Como morir en la orilla, Túnez le estaba aguantando el empate que había conseguido en la primera mitad a los ingleses y casi no sufría en la segunda parte, hasta que en el tiempo adicional, Harry Kane marcó su segundo gol y le dio los tres puntos al conjunto europeo.
Lunes 18 de junio de 2018
Por el grupo G, el claro favorito en la previa era Inglaterra, pero teniendo en cuenta de que muchos de los supuestos "favoritos" de cada grupo no habían conseguido el resultado que se esperaba, y que no hay resultado hasta que se juega, Túnez salió al estadio de Volgrogrado con ilusión y optimismo.
Sin embargo, el dominio del conjunto europeo era evidente, en todas las facetas. Pases entre líneas con mucha facilidad, superioridad notable en el juego aéreo, desmarques, habilidad individual y colectiva superior a la de una Túnez, que solo intentaba defender cerca del su área deseando el error de los atacantes.
Luego de 3 ocasiones de gol claras falladas en los primeros 10 minutos, a los 11 llegó el primero. El tiro de equina desde la izquierda, un gran cabezazo atajado por Hassen, que dejó el rebote en los pies del letal delantero inglés Harry Kayne, que no perdonó.
El comienzo era arrollador por parte de Inglaterra. Los centrales europeos conducían desde el fondo, estaban muy atentos y nunca entregaban espacios. Alli y Lingard eran las primeras opciones de pase en el juego corto, y se ponían delante de Henderson. Por los costados, el juego pasaba por Young y por Trippier, el resto no se desplazaba demasiado, estaban más bien fijos.
Pero los candidatos ya tuvieron problemas con equipos más limitados, y si Túnez no complicaba a Inglaterra, ellos mismos se complicaban solos. Un centro sin peligro al área de Inglaterra tuvo como consecuencia un innecesario manotazo de Walker sobre Ben Youseff, el árbitro cobró penal y a Túnez se le presentaba una oportunidad inmejorable luego de no generar lo necesario.
Sassi no dudó, rezó antes de ejecutarlo, se arrodilló luego de convertirlo, todo una postal de lo valioso que fue ese gol para Túnez, que lo empataba y se le complicaba de lo lindo a los ingleses.
El gol fue a los 35 de la primera mitad, y los últimos 10’ fueron como todo el primer tiempo, con Inglaterra manejando el partido, pero fallando en la definición.
El segundo tiempo le ponía el desafío a los ingleses de ganarle un partido a uno de los equipos más débiles de la competencia, pero que le daba espacios para el ataque. Pero Inglaterra fue otro equipo, nublado en ataque, sin imaginación.
Cada vez el reloj lo acorralaba más, buscaba la gambeta individual, y su especialista Sterling, estaba teniendo un pésimo partido. Daba la sensación de que los hombres de Túnez controlaban en defensa, pero no era sorpresivo un gol de Inglaterra, podía venir en cualquier momento.
No había sorpresa, no había inteligencia, y se agotaba el tiempo. Buenos cambios de Gareth Southgate, primero sacando a Sterling por Rashford y luego a Loftus-Cheek por Alli le dieron a Ingleterra un juego mucho más sorpresivo e ingenioso. Ante una selección de Túnez que tuvo serios problemas en la marca en el primer tiempo, cuando Inglaterra proponía otra cosa.
Cuando parecía que los ingleses se resignaban, y los africanos se llevaban un punto histórico, apareció otra vez el goleador Harry Kayne, para facturar por duplicado. También de una pelota parada, de un córner, de una pésima marca aérea, dejando 3 jugadores en el arco que habilitaban a todos, Kayne definió absolutamente solo por segunda vez, algo imperdonable.
Ganó Inglaterra. Fue 2-1. Una lástima para Túnez, y para la mayoría de los hinchas que queríamos ver otro batacazo en la copa, más de un equipo africano sobre un europeo. Pero la realidad es que Inglaterra mereció ampliamente la victoria. Inglaterra pateó 7 veces al arco, y Túnez solo una vez.
Inglaterra arrancó como para llevárselo con tranquilidad, incluso golear, pero tuvo que sufrir hasta ganarlo en el tiempo de descuento.
Más allá de la victoria de Inglaterra, se dio una particularidad en los candidatos como Brasil, Argentina, Alemania o Francia, más allá del resultado, que encuentran a equipos de calidad individual inferior notoria, que se tiran atrás, le plantean un esquema defensivo difícil de superar y les crea verdaderas dificultades, hoy no fue la excepción, más allá de la derrota de Túnez.
Por el mismo grupo Bélgica goleó a Panamá, así que los europeos se posicionan bien para pasar a la siguiente fase.