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Red Internacional
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Periodista Invitado. Rusia 2018: un Brasil vistoso y en racha, las dudas de Alemania y el panorama para Argentina

¿Cómo llegan los candidatos? ¿Brasil es el favorito? ¿Alemania llega complicada? ¿Inglaterra hacia una nueva frustración? ¿Cómo repercute en España la crisis por el cambio de DT? Nuestro periodista invitado analiza los rivales de Argentina, los posibles candidatos y las probables revelaciones.

Ignacio Fusco @IgnacioFusco - Editor y co-fundador de revistadonjulio, periodista de TNT Sports.

Jueves 14 de junio de 2018

La Copa del Mundo empezó este jueves con un duelo entre una selección que hace siete partidos que no ganaba y otra que durante el último año despidió a un entrenador, contrató a otro, lo despidió tres partidos después, contrató a uno más y de los nueve partidos que organizó para prepararse para la gala definitiva, perdió seis. El holandés Bert van Marwijk –subcampeón en 2010 con Holanda y, ahora, en la selección de Australia– y los argentinos Edgardo Bauza y Juan Antonio Pizzi se sucedieron en una Arabia Saudita que vuelve después de dos ediciones y que visita a una Rusia que jamás superó la primera ronda de un Mundial. Millones de personas se hipnotizaron en más de 200 países con los movimientos de esos dos equipos y con los de la pelota Telstar 18, que en marzo hizo un viaje a 400 kilómetros de la Tierra, hasta la Estación Espacial Internacional. Se la llevaron el astronauta ruso Anton Shkaplerov, el estadounidense Scott Tingle y el japonés Norishige Kanai en la nave Soyuz MS-08. “La traeremos de vuelta para el primer partido”, avisó Shkaplerov. El último domingo, la pelota aterrizó en Kazajistán.

Mientras la Argentina de Sampaoli perdía 6-1 contra España, hace tres meses, unos días antes, la figura de Islandia se rompía una rodilla. Gilfy Sigurdsson recién volvió en un amistoso contra Noruega, hace menos de una semana. Entró en el segundo tiempo. En un mano a mano la pinchó hermoso y puso el 2-1. Islandia había cruzado la mitad de la cancha menos veces que lateral de Mostaza Merlo, y poco cambió con él. Noruega le empató 2-2. Noruega –a tres minutos de la campana– le ganó 3-2. Seis días después, el equipo contra el que debutará Argentina se las vio con Ghana. Sigurdsson fue titular. Vencía 2-0. Le empataron 2-2.

La impredecible Nigeria arrancó el 2018 con un 1-0 a Polonia y después perdió con Serbia, con Inglaterra, con República Checa y le iba ganando a Congo, hasta que Congo le empató. En marzo, mientras la Argentina de Sampaoli perdía 6-1 con España, la Croacia de Rakitic y Modric hacía una gira también. “Un equipo irreconocible, un juego pobre”, observó el sitio Sportske Novostidespués del 0-2 contra Perú. Hace dos domingos se las vio con Brasil en Anfield. “El equipo de Zlatko Dalic no les dio espacio a los defensores brasileños para iniciar las jugadas”, apuntó el diario El País de España. “Un cabezazo de Lovren pasó raspando la viga”, escribió también. En el segundo tiempo, sin embargo, se dividieron los testamentos: entró Neymar. Se escribe de nuevo, por si acaso fue muy rápido todo: entró Neymar. La Croacia que algo –algo– había manejado la pelota con Rakitic y Modric perdió los colores y perdió 2-0. Antes de eso, y mientras tanto, ya no atacó más.

“Un bloque de calidad, con una velocidad enorme al contraataque, puso en evidencia a menudo al cuadro europeo”, escribió el diario As hace cuatro días. Hace cuatro días, el bloque de calidad que es Senegal fue el rival del último amistoso del cuadro europeo que es Croacia, nuestro segundo rival. “Luka Modric apenas contó con espacios en la primera parte”, insistió As, mientras, en la segunda, después de que Ismaila Sarr firmara el 1-0, “Senegal pudo ampliar su ventaja”. Un tiro libre de Perisic se desvió en la barrera y fue el 1-1. Después, Croacia –que algo, algo, había manejado la pelota con Rakitic y Modric– se puso 2-1. A ocho minutos de la campana, Sané pateó un tiro libre hermoso. Subasic fue Goycochea en el 90. Goycochea, en el 90, ante Brasil. La pelota pegó en un ángulo y Goyco se quedó mirándolo, las manos en las rodillas, agradeciéndole a su dios.

“La defensa del título no es una cuestión de rutina”, escribe, desde Berlín, el diario Bild. Alemania se las vio este año contra España, Francia, Brasil: empató, empató, perdió. Hace una semana se enfrentó a Austria. Después de nueve meses volvía Neuer. Perdió. “Si cometemos tantos pequeños errores sólo somos un equipo promedio que puede perder contra Austria”, diagnosticó Joachim Löw. Después de cinco partidos le ganó, en el último amistoso, a la Arabia Saudita de Pizzi. Fue 2-1, y no fue, parece, el retorno al viejo camino, un festival. “En la Copa –le dijo Löw a German Press Agency– tendremos que llegar a nuestro límite de rendimiento si queremos progresar”. Mientras tanto, Bélgica y Marruecos hace 18 partidos que no pierden, y 15, mientras tanto, Dinamarca y Perú. Marruecos, que no tiene ningún jugador con experiencia mundialista, y Dinamarca, y Perú. Bélgica, que sí tiene (son 15 los jugadores que también estuvieron en el último Mundial), la última vez que perdió fue hace dos años: 0-2 contra el seleccionado español. Desde entonces, entre 2017 y 2018 se batió a duelo con uno solo de los de su tamaño: el campeón europeo, Portugal. Fue hace dos sábados y fue feo, feo: un 0-0 en el que no estuvo Cristiano Ronaldo, al menos, para tener un flequillo atractivo que enfocar.

En Francia leemos la formación y leemos Kanté de 5, leemos Pogba suelto, leemos Griezmann, Dembelé, Giroud y Mbappé pero le preguntan a Deschamps qué onda la vida y él advierte que su equipo le mete tanto rock and roll a los partidos que lo que siente es que en cualquier momento le pueden convertir: le falta aplomo a Francia, dice, un poquito de fútbol unplugged. En el primer amistoso del año enfrentó a Colombia. Deschamps dijo que estaba bueno Colombia porque sería un rival análogo a Perú, el segundo contra el que jugarán en el Mundial. Francia ganaba 2-0. Hubo pogo, un solo de guitarra, emoción. A cinco minutos del final Juan Fernando Quintero se tropezó con un cable y desconectó todo. Silencio. En el Stade de France, ganó Colombia por 3-2.

Mientras tanto, Inglaterra tiene a Henderson, tiene a Cahill, tiene a Stones; tiene a Dele Ali, tiene a Rashford, tiene a Sterling, tiene a Kane. Todavía sin arquero definido (sea Pickford, Butland o Pope, entre los tres no suman 12 partidos en la selección), su Rubicón parece el Riachuelo: afuera en la primera ronda en Brasil 2014, afuera en octavos en la última Euro (con cinco o seis titulares que acaso repetirá, y con sólo Cahill con experiencia fuerte, más de 40 partidos, en la selección), la prensa le insiste y le insiste con las escarapelas de las semifinales del 90 y el título del 66. Ya sabemos nosotros –los Ratón Ayala, los Zanetti, los Verón, los Crespo– lo que sucede con el volveremos, volveremos. A veces, la ignorancia y la desmemoria son un afrodisíaco que hace muy bien.

Por todo lo escrito ha quedado entonces, para este último párrafo, el único monstruo mundialista: Brasil. El equipo de Tite ganó 17 partidos de 21 en el ciclo y acá viene lo jodido: le metieron cinco goles, nada más. Thiago Silva, Miranda y Casemiro son el triángulo del orden y el progreso. Después, cuando la tarde baja y ellos se aburren, abren la puerta y dejan que Coutinho, William, Gabriel Jesús y Neymar corran por la plaza, salgan a galopar. Paciencia, el rigor necesario, la indispensable velocidad. Por momentos me hizo acordar al campeón del 2002, aquel oficinista metódico que parecía no dar para mucho pero al momento del after se te desataba con Ronaldinho, Rivaldo y el Ronaldo original. De aquellos años ha vuelto también este miércoles la dureza de Fernando Hierro, nuevo guía español. Su último partido como técnico había sido el 9 de junio de 2017, victoria de su Real Oviedo por 2-0 al Elche, en la última fecha de la Segunda División. A la larga, una lástima todo: entonces, tres puntos más en la campaña y se metía en el Reducido para ascender a la Primera del fútbol español.