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Red Internacional
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SATSE, CCOO, CSIT y UGT anuncian tres días de huelga en la sanidad madrileña

Esta semana cuatro sindicatos de la mesa sectorial, SATSE, CCOO, CSIT y UGT, anunciaron la convocatoria de tres días de huelga en todas las categorías de la sanidad madrileña: el 19 de abril y el 8 y 26 de mayo. Estas convocatorias, aunque necesarias, llega tarde y se dan sin la más mínima intención de confluir con las y los trabajadores organizados que llevan meses protagonizando huelgas, paros y movilizaciones como los médicos, pediatras, personal de enfermería y las y los vecinos organizados en los barrios.

Viernes 31 de marzo de 2023

Según han anunciado estos sindicatos, lo que ha motivado a tomar esta decisión ha sido la negativa por parte de la Comunidad de Madrid de aceptar una de las demandas que venían exigiendo como profesionales sanitarios: la vuelta a la jornada de 35 horas.

Actualmente la jornada laboral del personal sanitario es de 37,5 horas semanales. Esto es así desde que en 2012, en el contexto de los recortes que se impusieron en ese momento en la sanidad pública, se pasara de la jornada de 35 horas a la actual de 37,5. En los últimos meses, al calor del conflicto abierto en defensa de la sanidad pública los trabajadores y sindicatos retomaron con fuerza esta demanda. Ahora, a través de las declaraciones del Consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, quedaba clara la postura de la Comunidad ante esta exigencia. Con un tono de desprecio y acusación el que en su día fue Consejero de Sanidad, se refería así a la cuestión: “Mientras el resto trabaja 40 horas, ellos entienden que 37,5 horas es mucho. Teniendo su plaza de por vida, a diferencia de los demás trabajadores, creen que tienen que hacer 5 horas menos”.

Pero las palabras de desprecio ante la lucha y reivindicaciones de los sanitarios, quienes llevan meses luchando en defensa la sanidad pública, no son nuevas. En estos meses nos hemos acostumbrado a escuchar acusaciones denigrantes hacia los médicos en lucha; menospreciar las masivas movilizaciones de sanitarios y usuarios; y acusar de egoístas a los que luchan. Sin embargo, para estos sindicatos esto parecía no ser suficiente para tratar de dar una respuesta contundente en las calles. Ni siquiera para dar apoyo a los sectores que venían meses movilizándose, como los médicos y pediatras, y que debido al aislamiento esto no han podido desarrollar hasta el final su lucha.

Así hemos visto cómo mientras los centros sanitarios se movilizaban semana a semana junto a los vecinos, y los médicos y pediatras han sostenido una huelga durante casi cuatro meses, los dirigentes de los grandes sindicatos han mirado para otro lado. No han llamado a ninguna acción en solidaridad con los profesionales en huelga y por supuesto tampoco actuaron para extender y ampliar el conflicto, todo lo contrario. Estos sindicatos tenían la llave para convocar al conjunto de las categorías profesionales y así extender la huelga de la sanidad incorporando a algunas de las categorías más precarizadas. Sin embargo, deciden hacerlo ahora cuando la huelga de médicos ha finalizado y algunas de las grandes movilizaciones empiezan a difuminarse. Para muestra, un botón.

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Queda claro el papel de estos sindicatos al calor de un movimiento real como el de la defensa de la sanidad pública en Madrid. Algo que queda también demostrado con el papel que vienen jugando bajo esta legislatura negociando con el Gobierno de PSOE-UP reformas como la laboral y la de las pensiones que vienen a revalidar décadas de ataques al conjunto de la clase trabajadora.

La convocatoria llega intencionadamente en un momento de impasse del movimiento, tras el fin de la huelga médica, y como no podía ser de otro modo por parte de las direcciones de CCOO y UGT es convocada sin ningún tipo de discusión entre los afiliados y trabajadores sanitarios.

Sin embargo, el conflicto de la sanidad no está cerrado, mucho menos en Madrid donde se ha desarrollado un gran movimiento con sus distintos momentos. Ahora la convocatoria de estas jornadas de huelga reabre el debate sobre la necesidad de una huelga general sanitaria, la coordinación de los trabajadores organizados y de todas las categorías profesionales, incluidas las de los servicios externalizados. Más allá de estas burocracias hayan elegido un momento de impasse del conflicto sanitario, existe un gran hartazgo que no ha sido aplacado y una acumulación en la experiencia y organización de las y los trabajadores.

En este sentido es importante aprovechar esta oportunidad, es por tanto urgente que todos los sectores combativos se poyen en los espacios organizados de trabajadores para organizar y planificar verdaderamente esas jornadas de lucha, que sean un nuevo punto de arranque del movimiento en defensa de la sanidad pública y por la mejora de las condiciones de sus profesionales, y que no se conviertan en una jornada pasiva como pretenden los grandes sindicatos. Un punto de arranque para organizar e imponer desde los centros de salud, urgencias y hospitales un auténtico plan de lucha que pueda desplegar toda la fuerza del movimiento en defensa de la sanidad pública que hay en Madrid y confluya en una huelga general de toda la sanidad en todo el Estado. Solo de esta manera se conseguirá realmente echar abajo los planes de Ayuso y terminar con el marco legal, como la Ley 15/97, que permite la precarización de las y los sanitarios y el deterioro de la sanidad pública.