Sin insumos y sin protocolos precisos y seguros sobre el actuar ante casos sospechosos y confirmados, así se reabrieron las escuelas en varios estados del país el pasado 30 de agosto.
Miércoles 15 de septiembre de 2021
Pasando por encima de la voluntad de madres y familias, el pasado 30 de agosto el gobierno federal y las autoridades educativas impusieron un prematuro regreso presencial a las escuelas. Esto en medio de la tercera ola de contagios en el país.
El regreso no sólo se impuso de manera prematura. Aunque discursivamente se aseguró que era voluntario, en los hechos obligaron a docentes, alumnos y familias a volver a escuelas que no cuentan ni con la infraestructura ni con los insumos necesarios para evitar los contagios.
Frente a la demanda de que “el regreso presencial debe hacerse con recursos y no con discursos”, las autoridades simplemente hicieron oídos sordos. En el mejor de los casos las escuelas abrieron con un par de litros de alcohol en gel y jabón. Al tiempo que solicitaban a las familias que garanticen por sus propios medios insumos básicos como: cubrebocas, sanitizantes, jabón, gel antibacterial, caretas, etc.
Por otro lado, el único “protocolo” -presentado por la Secretaria de Educación Pública (SEP) en conjunto con la Secretaria de Salud (SSA)-, es la famosa “Guía para el Regreso Responsable y Ordenado a las Escuelas”. Que por un lado plantea acciones totalmente negligentes como mantener en las aulas a maestros y alumnos aunque hayan tenido contacto con personas infectadas y, por otro, no explica con claridad cuál debe ser la ruta de actuación ante los contagios que pueden darse (y se están dando) en las escuelas.
Para volver más crítica la situación, las autoridades educativas han decidido mantener en secreto los contagios en las escuelas, con el pretexto de “no generar pánico”. Evitando así que se puedan realizar aislamientos preventivos que impidan el contagio masivo en las escuelas.
Sobre el consumo de alimentos, la operación de cooperativas y comedores no menciona nada en absoluto, lo que ha dado pauta a que los alumnos se expongan comprando y consumiendo alimentos en las escuelas sin garantizarles espacios seguros para ello.
Ante esta apremiante situación, un grupo de personas presentó un amparo el pasado 30 de agosto, exigiendo a la SEP y a la SSA protocolos claros para evitar los contagios en las escuelas, además de que estas dependencias garanticen los insumos sanitarios y médicos (como pruebas de diagnóstico) para que la salud y la vida no se exponga en las aulas.
Aunque un Juez de Distrito admitió y resolvió en favor de este amparo, la realidad en la mayoría de las escuelas sigue siendo la carencia de insumos elementales, desde agua hasta medidores de CO2 por mencionar algunos.
Se vuelve urgente generar un gran Movimiento Nacional que se proponga enfrentar y echar atrás el regreso forzado que ya ha dejado en estas dos semanas cientos de contagios y al menos cuatro docentes muertos en el país. Datos que son poco claros, pues como mencionamos ya, la línea de las autoridades es ocultar los casos en las escuelas.
Sólo la organización y unidad de docentes, trabajadores de la educación y familias podrá frenar esta política criminal de “reactivación” a costa de la salud y la vida de las y los hijos del pueblo