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Red Internacional
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SIDERAR San Nicolás: Bronca y consternación entre trabajadores por la muerte de Nicolás Troyas, PARO TOTAL de la producción por 24 horas

El desenlace del accidente del 6 de mayo en la planta SIDERAR, donde dos trabajadores de Loberaz, empresa contratista, sufrieron heridas de gravedad tras un incendio y explosión en el Alto Horno, ha dejado a la comunidad consternada. Nicolás Troyas, de 36 años y padre de dos hijos pequeños, recibió quemaduras que afectaron el 80% de su cuerpo y no resistió. La tragedia ha desatado la bronca de los trabajadores contra una patronal acusada de precarización y negligencia en la seguridad laboral.

Viernes 24 de mayo 17:41

La bronca no dejó lugar a dudas, y encuentra a toda la población de la zona consternada, contra una patronal que lleva a sus trabajadores con salarios de hambre a sufrir consecuencias graves, y directamente al matadero, en muchos casos 12 horas para apenas cubrir las necesidades y riesgos permanentes producto de ritmos de producción y precarización.

Las empresas terciarizadas hacen su gran negocio con la prestación de servicios, pero no se diferencian en nada ante la política nefasta en seguridad de Paolo Rocca, uno de los empresarios más ricos de la Argentina.

A propósito del homenaje del gobierno de Milei al nefasto Carlos Menem

Esta empresa, que pertenecía al estado, fue privatizada bajo el menemismo, dejando a 8 mil trabajadores en la calle. En su reemplazo, las leyes de reforma laboral permitieron las terciarizaciones, empresas contratistas que durante años hicieron grandes ganancias. Un negocio en el que participa directamente la burocracia sindical, que pasó de recibir prebendas del estado a participar directamente en el negocio.

La flexibilización laboral y precarización, común denominador de esta situación, han llevado a los contratados a trabajar en las peores condiciones. Para la patronal de Techint, esto ha significado una rentabilidad extraordinaria favorecida por cada gobierno, mientras las conquistas laborales se pierden y los salarios quedan bajo la línea de pobreza, obligando a los trabajadores a realizar horas extras en condiciones extremas de calor, frío y polución.

No hay lugar para quejas sobre un trabajo inseguro. Ni siquiera se les ocurre parar la producción, venerando la sacrosanta rentabilidad y ganancia, para no ser aislados de los grupos de trabajo o llamados a las oficinas por los supervisores de la planta.

Estas son parte de las presiones diarias que sufren los trabajadores dentro de la planta. Mientras cínicamente se visualizan en campañas y trámites burocráticos su “política de seguridad”, afirmando que deben cuidarse porque son trabajos peligrosos. Nicolás no encontró esa oportunidad. Ni siquiera pudo "cuidarse" cuando una manguera de gas se desprendió, convirtiéndose en su trampa mortal con un gigante lanzallamas. Y así sigue la larga lista de acontecimientos interminables.

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Hay que decir BASTA. Solo quienes padecen a diario estas consecuencias pueden ponerle un freno, formando comisiones independientes que coordinen en todos los sectores, con la facultad de parar la producción para cada tarea, exigiendo condiciones seguras y oponiéndose a la política implícita de presiones. Así se evitará una vez más la pérdida de amigos, vecinos y familiares.

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Es ahora, por Nicolás y tantos otros que conforman una larga y lamentable lista.