El SNTE denunció la intromisión del gobierno de Nayarit en las elecciones para elegir la nueva dirigencia de las secciones 20 y 49, haciendo alusión a la aprobación de la reforma de pensiones. ¿Qué significaría para las y los trabajadores de la educación una real autonomía sindical?
Miércoles 29 de marzo de 2023
El pasado 27 de marzo se llevaron a cabo las elecciones para renovar los comités ejecutivos de las secciones 20 y 49 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), como ya se viene haciendo en casi todo el país. Para el caso de Nayarit se cuenta con un padrón de más de 20 mil trabajadores, quienes acudieron a las 150 sedes distribuidas en los 20 municipios de la entidad para emitir su voto por las planillas registradas.
Esta convocatoria, como ya señalamos en otros artículos, se hizo a tono con las modificaciones del 2019 a la legislación laboral, para que los agremiados a cada sindicato sean convocados a emitir sufragio directo, universal y secreto para elegir a sus dirigentes.
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Sin embargo, esta jornada electoral en Nayarit estuvo marcado por la reciente aprobación de la reforma al sistema de pensiones para trabajadores estatales (no solo del sector educativo), avalada desde el congreso local, lo cual desencadenó desde el pasado 14 de marzo el descontento de decenas de miles de trabajadores del sector educativo y demás trabajadores al servicio del Estado, por los importantes recortes a los esquemas de pensiones.
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Ante esos hechos, el Secretario General del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, a través de sus medios de comunicación oficial y en la reciente movilización del 18 de marzo, repudió el actuar del gobierno nayarita encabezado por el morenista Miguel Ángel Navarro, declarando abiertamente que ellos respaldaron la campaña del entonces candidato del partido guinda.
Autonomía sindical: un problema de fondo
En sus declaraciones, Cepeda hace alusión a que “el desgobierno” de Nayarit se entrometió en la elección de los comités ejecutivos en las secciones nayaritas, pasando lista entre los docentes a través de una de las planillas contendientes y desplegando a las fuerzas policiacas locales para -asegura- persuadir a los docentes de no ir a votar. En las redes sociales de la Sección 20 se mostraron fotografías de la presencia de policías en las inmediaciones de las urnas, aunque no se reportaron enfrentamientos; docentes aseguraron que su presencia se debe al descontento latente por el recorte a las pensiones.
Uno de los términos usados por el Secretario General del SNTE es precisamente el que hace alusión a la “autonomía sindical”, violada flagrantemente en este proceso electoral por parte del gobierno estatal. Aunque, paradójicamente, la dirección sindical ha asegurado durante todo el sexenio su respaldo a la Cuarta Transformación, que ahora gobierna Nayarit, e inclusive ha planteado que “apoyan la reforma laboral”, que profundizó los mecanismos de intervención estatal en nuestras organizaciones de trabajadores, lo cual hace preguntarnos: ¿esa postura de los dirigentes del SNTE, realmente abona a la autonomía sindical tan necesaria?
Los trabajadores necesitamos poder ejercer nuestra capacidad de decisión política usando nuestras herramientas de organización como clase. El SNTE es una organización capaz de movilizar a decenas y cientos de miles de trabajadores; los casos de importantes movilizaciones de trabajadores de la educación en Baja California, Durango, Zacatecas y recientemente Nayarit son una demostración de esa capacidad, aunque las direccione sindicles de las respectivas secciones no han desarrollado los procesos de lucha en un sentido combativo y con independencia política respecto a los gobiernos, promoviendo la organización democrática desde las bases.
Por otro lado, el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE ha reiterado en numerosas ocasiones su apoyo al gobierno federal, inclusive en 2018 se declararon “ejército ideológico de la 4T”. Con estos ejemplos, podemos entender que la autonomía sindical pregonada desde la dirección del sindicato no es la misma que necesitamos para realmente tener una herramienta de lucha con semejante fuerza como la del SNTE.
Los hechos arriba mencionados demostraron la capacidad de movilización y convocatoria que tiene el SNTE. Desde nuestro punto de vista, hace falta conquistar desde las bases –y contra el charrismo sindical- la democracia interna y la independencia política de nuestro sindicato respecto al Estado, para poder desplegar una estrategia de lucha que eche abajo las políticas del gobierno que golpean a la educación pública y las conquistas laborales.
Para nosotrxs, la autonomía sindical pasa porque los docentes y trabajadores de la educación nos hagamos sujetos políticos, que podamos elegir de manera realmente democrática, exijamos, critiquemos y podamos revocar a las direcciones sindicales, para que respondan al mandato de las bases y no nos usen como base de maniobra para después negociar migajas con el gobierno. Esto último es algo muy común en el sindicalismo en este país, pero que mediante la organización democrática desde las bases es posible erradicar.
*Integrante de la agrupación magisterial y normalista Nuestra Clase.
