Extrema derecha. Salinas Pliego y su cruzada por la desigualdad en la CPAC Argentina

El dueño de TV Azteca y Elektra participó por primera vez en esta cumbre ultraderechista. En su discurso, luego de congraciarse y declararse admirador de Milei, atacó la idea de la igualdad y, eufórico, gritó arremetiendo contra los “zurdos de mierda”.

Salinas Pliego es un empresario abiertamente ultraderechista, que comparte ideas como la legalización de armas para “defenderse” y la privatización de servicios públicos, incluidos la educación y la salud. Este tipo de posturas son característicos de la extrema derecha y, al analizarlas, podemos entender el tipo de sociedad que proponen.

La idea de que haya libre venta de armas implica, no solo que lo ricos y derechistas van a estar bien armados, sino que se normalice el asesinato “en defensa propia”, si sumamos el componente aporafóbico en sectores de la derecha, que busca deshumanizar a pobres, migrantes y otras minorías, podemos imaginar un mundo donde se legalice la violencia como en películas como La Purga, incluso puede que se quede corta. Un ejemplo claro son las milicias fascistas trumpistas que hoy pululan en el sur de Estados Unidos.

En cuanto a la propuesta de terminar con la educación pública, esto lleva directamente a que quien pueda estudiar en escuelas privadas lo hagan y quienes no, no tengan acceso siquiera a la enseñanza básica. Así una minoría bien acomodada sería la única que podría tener acceso al conocimiento, mientras que a la inmensa mayoría la prefieren analfabeta e ignorante.

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No es broma cuando decimos que la extrema derecha o ultraderecha contemporánea, como la que encarna Salinas Pliego, es una nueva ofensiva del capital contra las masas trabajadoras y los pueblos, en el marco de un mundo en crisis, con guerras y desastres ambientales cada vez más fuertes. Por lo que es fundamental entender qué buscan claramente, considerando que son las élites defendiendo sus intereses en contra de los pueblos y la clase trabajadora.

Si la ultra derecha es confrontada con sus propios planteos llevados hasta el final, es más difícil que puedan defenderlos en la “batalla cultural” que encabezan. Hay que decirlo fuerte y claro, ellos buscan una sociedad donde los millonarios la pasen bien, a todo lujo, mientras lanzan a la miseria y al hambre a tres cuartas parte de la población. Por eso les molesta tanto la idea de la igualdad.

Este sector defiende la idea de que unos pocos puedan disfrutar, mientras que los demás trabajan para ellos. Pero si los desfavorecidos se quejan, apoyan y aprueban las cárceles con las penas más severas, como los del régimen de Bukele en El Salvador.

Salinas Pliego además llamó a los de su clase, a la alta burguesía, a gastar decididamente en la difusión del ideario ultraconservador, racista y xenófobo que promueve la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Para él es fundamental apoyar a la ultraderecha y su "batalla cultural" desde las posiciones más reaccionarias y fanáticas de la derecha.

En la misma cumbre, donde estaba presente gran parte del gabinete de Javier Milei, participaron personajes como Eduardo Verástegui, quien utilizó su clásico discurso sobre la trata de niños y su película Sueño de Libertad usando esta noble causa para promover e imponer sus posiciones homófobas y machistas ligadas a un ideario ultracatólico. También mencionó sus planes para crear un partido político en 2025.

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En el evento estuvieron presentes Lara Trump, esposa de Eric Trump, hijo de Donald Trump; Santiago Abascal, líder de Vox y defensor del dictador Francisco Franco (el amigo de Hitler); y el comunicador Ben Shapiro, famoso por su defensa a ultranza del genocidio contra el pueblo palestino por Israel.

Además, Agustín Laje intervino a través de un video, en el que comentó estar de gira por México y realizó una intervención centrada en explicar cómo, según él y la ultra derecha, la agenda 2030 de la ONU (que no son sino una serie de buenas intenciones para hacer como que les preocupara el Cambio Climático y la pobreza sin enfrentar el poder capitalista), sería una globalista que busca imponer el aborto y la regulación ambiental. Pues "pobres" empresas no las dejan contaminar a su gusto ni explotar a sus trabajadores.

Es urgente construir una gran organización internacional revolucionaria, justo en sentido opuesto a la CPAC, para hacer frente a estos fachos envalentonados. Los grandes empresarios tienen sus cumbres y sus ideólogos, pero la clase trabajadora internacional necesitamos lo propio, teniendo claro que solo la izquierda socialista puede enfrentar y derrotar al fascismo.

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