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Red Internacional
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JUVENTUD. Salud mental en medio del estallido social : que la rabia se convierta en organización

A más de 100 días de iniciado el estallido social, con una represión cada vez más fuerte y un gobierno que nos entrega menos que migajas ante nuestras demandas, un tema que ha vuelto estar sobre la mesa es la situación respecto a la salud mental ¿cuál es la realidad?

Lunes 10 de febrero de 2020

El estallido social inicio por la acumulacion del hastío de la vida a la que nos somete el capitalismo, “ no son 30 pesos, son 30 años” era y es la frase que ilustra el sentimiento medular de cansancio y frustración ante las herencias de la dictadura como el sistema de AFP´s, la educacion de mercado, la salud precarizada y un sin fin de problemas asentados sobre un sistema que hace de las necesidades básicas un negocio, convirtiendo los derechos en privilegios a los cuales no todos pueden acceder.

Quienes se movilizan y se mantienen resistiendo la represión y la persecución del estado, son en su mayoria jovenes, parte de una generación que llamaron - en su momento - la generación sin futuro, que tiene que lidiar con los trabajos precarios, en negro, con una flexibilidad laboral que no garantiza ningún derecho, la que veía venir la inestabilidad laboral y la caducidad de profesiones del hambre, la que además espera sin resignación los estragos de la crisis medioambiental, con sequías, crisis alimentarias, migratorias y climáticas que harán la vida aún más dura.

Sin embargo estas problemáticas golpean a un sector con más fuerza - los hijos e hijas de las familias de la clase trabajadora - quienes soportan la injusticia de un sistema que desde antes de que llegaran al mundo ha decidido de diversas maneras darle la espalda a los sectores más empobrecidos, obligando a algunos sectores de la juventud a convivir con un sentimiento de resignación ante las situaciones cotidianas, entre jornadas laborles extenuantes, que condicionan la vida social y la recreación a un tiempo limitado muchas veces inalcanzable por temas financieros.

¿Es esto suficiente para deprimirnos?

la verdad, es que es simplemente demasiado, así lo dicen también las cifras, que muestran que 7 de cada 10 personas han sufrido algún grado de problemas respecto a su salud mental, es por esto que según las cifras de la Organización Mundial de la Salud, Chile se encuentra en el segundo lugar de la lista de países de la OCDE que han aumentado la tasa de suicidio en los últimos 15 años.

Pero hablar de salud mental, no solo apuntar a la disconformidad con el sistema y al agobio que produce la existencia en las acotadas posibilidades que ofrece este mundo para ricos, sino que tiene un eslabón más concreto, que es el problema de salud pública, pues del total de las personas con padecimientos mentales, solo un mínimo porcentaje logra tratarse, es decir solo un 20% de los afectados logra sostener un tratamiento, lo que nos lleva a otra cifra preocupante, el 80% de los chilenos con enfermedades psiquiátricas no está diagnosticado justamente por lo difícil que es obtener atención médica de calidad y a tiempo.

La inversión en la salud en general no es suficiente, para el problema específico de salud mental las cifras no son muy distintas, pese a los millonarios negocios que los empresarios hacen a costa de nuestra salud y trabajo, el presupuesto dedicado para resolver estas necesidades es de apenas un 2,1% del presupuesto total dedicado a la salud.

El estallido social : Una nueva esperanza

Según la OMS la principal causa detrás de los problemas de salud mental tienen relación con “los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a la exclusión social, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las violaciones de los derechos humanos” a esto se suma que la cesantía en personas con trastornos mentales severos es siete veces mayor, es ahí cuando nos damos cuenta de que es más que un círculo vicioso, si no que es el capitalismo llevándonos a nuestro límite arrojándonos a una vida de necesidades que no se pueden satisfacerse y acribillandonos con represión cuando decidimos no soportar más esta realidad.

Pero a pesar de la represión y su escalada - que ha tenido costos importantes como los 30 muertos durante las manifestaciones y las miles de denuncias por la violación sistemática de los derechos humanos, que tienen expresión en las escandalosas cifras entregadas por el ministerio público , que en su informe relatan que existen 4158 denuncias por apremios ilegítimos, 1038 referidas a abusos contra particulares y 134 casos de tortura - las esperanzas y las expectativas de poder conseguir un cambio no decaen.

En esta línea María Cecilia Besser directora del Centro de Atención a la Comunidad UCSH, quien conversó con el medio online El Mostrador, se refirió al impacto del estallido social en los jóvenes, donde comentó que “ tenemos muchos adolescentes que vivían en una situación de desesperanza, con el sentir de que hicieran lo que hicieran no tenían mucho futuro en esta sociedad, no tenían muchas posibilidades de cambio y el estallido social les ha dado una esperanza, entonces para muchos adolescentes que estaban más deprimidos, el estallido social les ha dado un nuevo sentido de vida”. María Besser se refiere a este fenómeno como un hecho interesante que ha mejorado de alguna forma la situación de quienes afrontan problemas de salud mental, convirtiendo la desesperanza y desmotivación en una expectativa de vida diferente.

Que la rabia se convierta en organización

Vivir con la represión encima y en condiciones de vida precarias acuna un sentimiento de pérdida y desesperanza con el que muchos se pueden identificar, sin embargo ahora que podemos ver con cada vez más claridad que el centro de los dolores y las miserias no está solo en las capacidades individuales, sino que está permeado por el efecto de un maquinaria dispuesta a sacar lo mejor de nosotros para traducirlo en ganancias para una minoría, podemos profundizar este cuestionamiento y convertir la rabia en el motor que nos impulse a organizarnos, confiando en nuestras propias fuerzas, para derrotar y romper todas las cadenas que nos oprimen y explotan, para acabar definitivamente con el legado del terror de la dictadura poniendo las fuerzas en enfrentar la represión y el falso proceso constituyente que nos quiere imponer la derecha.