Luego del Acto central del PIT-CNT, la CTS se reunió en las cercanías de la Plaza Primero de Mayo y emitió un saludo por el Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, con una postura de independencia de clase respecto a la política de la dirección oficialista de la central sindical.
Jueves 2 de mayo de 2019
En primer lugar, queremos repudiar el nuevo intento de golpe de estado en Venezuela donde, con la complicidad del imperialismo norteamericano, un sector de las fuerzas armadas y toda la derecha venezolana, pretenden manipular al pueblo llamándolo a movilizarse detrás de una política que los llevará más a la miseria.
Sin brindar ningún tipo de apoyo al gobierno de Maduro, para nosotros es importante que la clase trabajadora y el pueblo pueda dar su propia salida con sus métodos y un programa de salida obrera a la terrible situación de emergencia social y económica.
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Hoy queremos saludar por el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, un día que para nosotros es muy importante y no solamente remite a la lucha sindical sino especialmente a la lucha contra la explotación y contra un sistema que hoy mantiene en la esclavitud salarial a más de la mitad de la población mundial.
Recién vimos cómo la dirección mayoritaria del PIT-CNT pretende encauzar la lucha obrera detrás de generar ilusiones en el gobierno frenteamplista, un gobierno de conciliación de clases que gestiona el estado capitalista y que solo discursivamente aspira a redistribuir mínimamente algo de lo que se le caen a las patronales.
Pero para nosotros eso no es suficiente, como nunca lo fue. Para la clase trabajadora internacional la pelea histórica es la de sacarnos de encima este sistema de explotación, y no contentarnos con migajas.
Hoy vemos cómo en nuestro país la dirección oficialista ha tirado por la borda la independencia política de nuestra clase, a la vez que directamente frena las luchas para “no hacer olas” contra el gobierno frenteamplista, y más aún en el medio de la campaña electoral.
Con el verso de que “se viene la derecha” imponen un pacto social y atan de pies y manos a la clase trabajadora, debiendo aceptar salarios de hambre, contratos precarios y ahogamiento presupuestario.
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Pero son ellos mismos los que no enfrentan a la derecha y, es más, incorporan posturas reaccionarias a su agenda. El Frente Amplio, de la misma manera que hizo el PT de Lula en Brasil, permite que la derecha conquiste base propia social. Con su modelo reformista y conciliador con las grandes patronales y el imperialismo le dan paso a la derecha para que crezca, como hoy lo estamos viendo en América Latina.
Pero no hay medias tintas, o están con los capitalistas y sus intereses, o están con los trabajadores, las mujeres y la juventud.
En las próximas elecciones nacionales nuevamente se activan las mentiras y promesas a futuro. Por eso desde la izquierda anticapitalista y socialista debemos oponer fuertemente un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, defendiendo las 8 horas, el salario y los derechos adquiridos.
Por eso estamos llamando a conformar un Frente de Izquierda y los Trabajadores para que pueda representar estos intereses también en el terreno electoral. Y que se convierta en un espacio de organización de todos los sectores que están descontentos con el Frente Amplio, y otros sectores clasistas y combativos. Una expresión política de independencia de clase que permita aglutinar detrás de sí a otros sectores y se convierta en un espacio de lucha y organización de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Dar esta pelea en las elecciones es una continuación de la pelea más estratégica de construir una verdadera organización revolucionaria de la clase trabajadora y de todos los sectores explotados y oprimidos. Un partido obrero revolucionario e internacionalista que recupere las mejores tradiciones de lucha y organización de nuestra clase.
Y lo podemos hacer basándonos en lo más avanzado que viene dando la lucha de clases a nivel internacional como los chalecos amarillos en Francia, o la fuerza de pueblos enteros como en Argelia o Sudán que expresan su hartazgo en las calles y tiran gobiernos a su paso.
¡Viva el 1° de mayo!
¡Viva la clase obrera internacional!
¡Viva el socialismo!
¡Por la reconstrucción de la organización internacional de la clase trabajadora, la IV Internacional!
