Conmoción e indignación por un médico trucho. Fue jefe de guardia por 4 años, después de estar a cargo del dispensario de La Emilia. Intentó suicidarse tras el escándalo.
Viernes 1ro de diciembre de 2017 09:00
La semana pasada se dio a conocer que Guillermo Chauderón, con 30 años de edad oficiaba de jefe de guardia en la clínica de la UOM de San Nicolás, había accedido al cargo falsificando el título y la matrícula de médico.
El falso doctor, que intentó quitarse la vida tras hacerse pública la noticia, permanece internado en la misma clínica. La noticia salió a la luz por una denuncia de mala praxis que le costó la vida a un paciente.
Fue el propio doctor Ismael Passaglia, exintendente de San Nicolás y ahora director del Instituto Provincial de la Vivienda, quien había designado a Chauderón al frente del dispensario sanitario de La Emilia donde comenzó su carrera fraudulenta como médico clínico. Antes de eso había sido presidente de la Juventud Radical de San Nicolás, donde llegó a integrar la lista del Frente Amplio Progresista como candidato a consejero escolar en 2013 acompañando a la actual concejala Adriana González.
La Clínica de la UOM brinda servicio a sus afiliados en una región con un peso enorme de la actividad metalúrgica. El servicio está plagado de denuncias por mala praxis, pacientes que son medicados solo para volver al trabajo o trabas para conseguir un turno y negativas a certificar un reposo. Estos son algunas de los obstáculos que debe enfrentar un trabajador para cuidar su salud y hacer uso de su obra social por la que le descuentan mes a mes.
El trasfondo es una cobertura médica en la que al paciente se lo considera un gasto. Pese a la fabulosa caja que significan las obras sociales para los sindicatos, el vaciamiento al que es sometido el sanatorio metalúrgico implica una fuga de afiliados al sistema prepago, resultando un fabuloso negocio para los empresarios. Mes a mes los trabajadores dejan su salud en fábricas expuestos a altas temperaturas, radiación y contaminación. En los últimos años aumentó la cifra de muertes en los lugares de trabajo a casa de la flexibilización y malas condiciones de trabajo. (metería algo de las art quizás) Y pese a los descuentos mensuales a miles de afiliados, empresarios, burócratas sindicales y el negocio de la salud obligan a una deficitaria atención, considerando la salud de los trabajadores como un gasto más a ajustar.
Consultado por La Izquierda Diario, Hugo Sívori, obrero metalúrgico y referente local del PTS-FIT, declaró que “aún si fuera por desidia de las autoridades y no abiertamente por corrupción, el hecho de que la vida de los trabajadores y jubilados nicoleños haya estado cuatro años a cargo de un jefe de guardia con matrícula trucha desnuda una política deliberada de vaciamiento de todos los centros de salud de la ciudad. Los trabajadores quedamos a merced de una camarilla corrupta que gana fortunas a costa de nuestras vidas”.
También se expresó Federico Berg, excandidato a concejal por el PTS-FIT: “Es la consecuencia de considerar a la salud pública como un negocio y no como un derecho conquistado. Y es doblemente grave por cuanto se trata de la clínica que debería pertenecer a los trabajadores metalúrgicos de la región. Acá hay una clara responsabilidad del ex intendente Passaglia y de la conducción de la UOM San Nicolás, que tendrán que responder por el manoseo de la salud y la vida de miles de familias obreras. Se debe poner en pie un comité independiente integrado por las víctimas de mala praxis, por los propios trabajadores de la clínica y por obreros metalúrgicos elegidos democráticamente en asambleas para controlar la obra social y los servicios de salud. Tenemos que terminar con el negocio privado que empuja al desfinanciamiento de la salud pública y de las obras sociales, garantizando un presupuesto acorde a las necesidades.”