Va tomando forma el proyecto del gobierno “progresista” para reflotar el capitalismo español. Rescate masivo para las grandes empresas con los fondos europeos, ajustes y contra-reformas a demanda de la UE y la patronal y una nueva expansión imperialista de las multinacionales patrias en América Latina y el Magreb.
Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN
Jueves 10 de junio de 2021 12:11
La intensa agenda política nacional puede hacernos perder de vista que el llamado gobierno “más progresista de la historia” también cuenta con otra internacional. Ambas coinciden en la defensa de los intereses de las grandes empresas españolas, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Por si tras la crisis de Ceuta quedaba alguna duda, el carácter imperialista el Estado español y sus gobiernos de turno, se pone en evidencia ahora con una ofensiva exterior que busca extraer, en base al expolio de recursos, parte de los fondos necesarios para el rescate de los grandes del IBEX35.
En las dos últimas semanas la subida del precio de la luz – más de un 40% en el último año según FACUA – y los posibles indultos a los presos políticos catalanes como vía para asentar la restauración autonómica de la mano de ERC y JxCat, han centrado toda la atención informativa. Tanto es así que para el común de los mortales habrá pasado desapercibido que, entre tanto, el presidente del gobierno ha realizado dos trascendentes viajes al extranjero.
El primero a Libia, el pasado 3 de junio, uno de los países más importantes para Repsol, donde explota algunos de sus yacimientos de más alta calidad y en donde otras empresas del sector esperan poder ser pioneras en conseguir contratos con el nuevo gobierno tras años de guerra civil. Además, otras grandes empresas de construcción, infraestructuras o ingeniería acompañaron a Sánchez en búsqueda de una participación en las obras de reconstrucción. El gobierno “progresista” quiso tomar delantera a otros socios europeos en “apoyar la restauración de la democracia” en Trípoli a golpe de contratos que perpetúen el carácter dependiente de este país, que lleva décadas sufragando las arcas de empresas y Estados europeos.
El Magreb sigue siendo un área estratégica para las grandes empresas españolas. El primer viaje al extranjero de Sánchez fue en octubre de 2020 a Argelia, donde Naturgy ha conseguido una participación del 49% del nuevo gaseoducto que comunicará directamente con la península sin pasar por Marruecos. La crisis diplomática con este último país, hace que desde el comienzo de su mandato Sánchez esté buscando diversificar el negocio para garantizar que sigue siendo una fuente importante.
El segundo viaje ha tenido lugar esta semana en Argentina, con una segunda escala en Costa Rica. El primero fue uno los países clave en el desembarco de las multinacionales energéticas, de telecomunicaciones y bancarias – la misma Repsol, Telefónica o el Banco Santander, entre otras- durante la década de los 90 en América Latina. El expolio de recursos y empresas públicas privatizadas a precio de saldo por los respectivos gobiernos cipayos del continente, fueron tan importantes para el llamado “segundo milagro económico español” como la burbuja inmobiliaria que se extendió hasta la crisis de 2008.
En el reciente viaje y encuentro con el presidente argentino, el peronista Alberto Fernández, éste realizó unas declaraciones más propias de un rito de vasallaje: “Los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero los argentinos llegaron de los barcos. Y eran barcos que llegaron de allí”. Esta fue la frase de bienvenida seguida de un “bienvenido mi querido amigo, el presidente del Reino de España, don Pedro Sánchez”.
Detrás de tanta pleitesía cipaya, apologista de la conquista, colonización y expolio español del continente, estaba un contenido del viaje muy acorde con estas palabras. Ambos mandatarios reconocieron su voluntad en avanzar en la “asociación pública y privada”, que se concretará en un Plan de Acción Estratégica, en principio por tres años. Sánchez ha ido acompañado de 30 grandes empresarios con inversiones en la región y dos representantes de la burocracia sindical de CCOO y UGT. Las energías renovables, el litio, el hidrógeno, la industria alimentaria y otras ramas tecnológicas, son los sectores donde las empresas españolas quieren realizar un nuevo desembarco.
El PSOE de Sánchez, como el de Felipe González, apuesta a que nuevamente una Argentina hiperendeudada con el FMI y en crisis, y con un presidente dispuesto a abrir la puerta a los grandes capitales transnacionales, pueda volver a convertirse en otro motor de recuperación del capitalismo ibérico. Para ello se destinarán, además de esfuerzos diplomáticos, cantidades significativas y parte de los Fondos de Recuperación de la UE. Solo para los ejercicios del 2021 y 2022 se han asignado 4.500 millones de euros para subvencionar la expansión de las multinacionales españolas en el continente latinoamericano.
El gobierno del PSOE y Unidas Podemos mantienen así una hoja de ruta al servicio de las grandes empresas. Mientras el desempleo de masas producido por la pandemia sigue sin revertirse y las tasas de pobreza están en máximos solo comparables a los de la crisis de 2008, las políticas del llamado “escudo social” se han quedado en pagas de hambre para apenas 200 mil personas, ERTEs que están sirviendo a las empresas para ahorrar las indemnizaciones de los despidos futuros y un aumento constante de los desahucios.
En el otro lado hemos visto como se conseguían nada menos que 140 mil millones de euros para repartir entre las grandes empresas. 70 mil irán a engrosas la deuda pública que se pagará en las próximas generaciones a costa de ajuste fiscal y nuevos recortes, como ya se hizo con el rescate bancario de 2012. Los otros 70 mil van a costa de nuevas reformas laborales y de pensiones al gusto de la patronal y la Comisión Europea.
El otro gran capítulo de esta búsqueda de fondos para los que más tienen se da por fuera de las fronteras de la UE. Los desembarcos en Libia, Argelia, Argentina... y otros tantos países donde tienen puestos los ojos y las garras las grandes del IBEX35, suponen costear su recuperación también en un aumento del expolio, la precariedad y la pobreza entre estos pueblos hermanos, con la complicidad de sus respectivos gobiernos y burguesías locales.
La misma semana que se producía la mayor subida del precio de la luz aquí, Sánchez conseguía mejores condiciones para una de las grandes energéticas españolas en Libia. La misma semana que aquí se lograba sentar las bases para un acuerdo con los representantes de la burguesía catalana para que se olviden del derecho a decidir a cambio de participar en el reparto del botín que suponen los fondos y la expansión exterior, Sánchez se pasea por América Latina buscando oportunidades de negocio para aumentar dicho botín.
Luchar contra este expolio imperialista es pues parte de la lucha contra el proyecto de reconversión y ajuste del capitalismo español que será descargado en las espaldas de la clase trabajadora y los sectores populares de aquí y los pueblos hermanos de América Latina y África. La pelea por la nacionalización, sin indemnización y bajo control de sus trabajadores, de todas las empresas estratégicas y las multinacionales españolas, para que todos los recursos que expolian sean inmediatamente devueltos a sus respectivos países, es una demanda internacionalista fundamental de todo aquel que quiera pelear consecuentemente para que esta crisis no la paguemos nuevamente los de siempre, y sea pagada, esta vez sí, por los capitalistas.
Santiago Lupe
Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.