El Gobierno de Sánchez pasó de dar la bienvenida a los buques rechazados por el resto de Europa a negarse a recibir inmigrantes de otros países. El "progresismo" del Presidente no se ve ni con lupa.
Guillermo Ferrari Barcelona | @LLegui1968
Lunes 28 de enero de 2019
El “Gobierno del cambio” de Pedro Sánchez en tan solo unos meses, cambió su política de gestos hacia los inmigrantes por una política tan restrictiva como la que ejercen los gobiernos de Italia y Malta. No permite zarpar al barco Open Arms evitando que sigan rescatando refugiados de una muerte casi segura.
La política de estos peculiares “progresistas” se complementa con la negativa a acoger más barcos que rescaten vidas en el medio del Mediterráneo como pasó con el barco que finalmente amarró en Malta y además, la negativa a aceptar una parte de las 49 personas que recibió la isla. Tampoco informa sobre qué habrá pasado con aquellos inmigrantes que recogieron el Aquarius y el Open Arms y dejaron en puertos españoles
El implacable contador de muertos #Med avanza.
¿Cuántas vidas humanas acabarán en el fondo del mar antes de que los Gobiernos vuelvan a velar por la humanidad?#FreeOpenArms pic.twitter.com/1kvfmdBWpQ— Open Arms (@openarms_fund) 25 de gener de 2019
No, nada de ello. El Gobierno del PSOE ha dejado de lado su política de gestos hacia la inmigración debido al “aluvión” inmigratorio del año pasado. Alrededor de 57.000 personas han logrado acceder a Europa a través del Estado español. De ésta manera, las rutas migratorias han dejado de lado los “caminos” hacia Italia y Grecia para buscar acceder al viejo continente por el Estado español.
Si bien es cierto que ha aumentado notablemente la inmigración que llega al Estado español, también es cierto que la presión inmigratoria a nivel de la Unión Europea se ha reducido mucho en los últimos cinco años. Esto es así porque las políticas de la Europa fortaleza han aumentado. La UE financia estados como Turquía, Marruecos o Libia para que ellos sean encargados de frenar las migraciones. E incluso aumenta los efectivos y presupuestos de Frontex para frenarlas.
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Sin embargo, ésta “enorme presión migratoria”, como la califica del Gobierno, apenas si representa menos del 0,12% de la población española actual. Y, si lo comparamos con los nacimientos en todo el Estado durante 2017 tan solo es del 15%. Y hay que tener en cuenta que los nacimientos han descendido un 25% en los últimos 10 años y casi un 5% respecto los de 2016. Y, no solo ello, sino que una buena parte de los inmigrantes que pisan suelo español, lo hacen para irse a otros países de la UE.
Es mentira que el problema sea la enorme cantidad de refugiados que llegan al Estado español. El problema es que el Gobierno de Sánchez pretende ganar algo de votos del centro derecha y ubicarse en mejores condiciones para unas próximas elecciones presidenciales. Que si no son en éste año, lo serán el siguiente. La aparición de Vox es una oportunidad que el partido de la rosa pretende aprovechar ocupando un espacio que el PP parece abandonar.
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De todas formas los mal llamados “socialistas” (son social-liberales) son expertos en soluciones represivas antes los “sin papeles”. Son quienes elevaron las fronteras en Ceuta y Melilla, quienes pusieron las concertinas allí mismo, que comenzaron las expulsiones en caliente, quienes arrojan a los menores africanos a la calle, quienes promueven y mantienen los Centros de Internamientos para extranjeros como cárceles, etc.
El Gobierno de Sánchez trata de prepararse para ganar las elecciones y junto con Ciudadanos establecer un gobierno fuerte que aplique una nueva tanda de recortes sociales. Todos los analistas económicos auguran que habrá un nuevo período recesivo. No se sabe bien de qué magnitud, aunque parece ser importante. El próximo gobierno tendrá que reducir el déficit pero ya sin el crecimiento que acompañó en los últimos años. Para ello, el Régimen del 78 busca un gobierno fuerte capaz de acometer tareas duras. Sánchez se prepara para ello.
Al fin y al cabo, los gobiernos de ésta democracia para ricos tratan de favorecer la pelea entre los de abajo porque así nos dominan mejor, ¿Qué mejor que nos peleemos entre los trabajadores nativos y extranjeros? ¡Cómo se benefician atizando el odio entre los catalanes y el resto de los pueblos del Estado! No hay nada mejor para los ricos que nos peleemos entre trabajadores y trabajadoras. Mientras ellos se llevan la parte del león.
Es necesario, una política que unifique a los trabajadores seamos del lugar que seamos, pertenezcamos al pueblo que sea y del género que sea para defendernos del brutal ataque que éste Régimen y los empresarios del Ibex 35 nos lanzan con la precariedad, la brecha salarial, los sueldos de hambre, la opresión a las naciones. Hoy más que nunca hay que rescatar la unidad de los trabajadores para luchar por todos nuestros derechos sociales y libertades democráticas.