Con el más que posible veto a Iceta como presidente del Senado de telón de fondo, el saco de gestos vacíos de Pedro Sánchez con Catalunya, parece agotado. Mientras, lo que no se agotan son los ases en la manga de las togas de los fiscales para seguir reprimiendo al movimiento catalán.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Federico Grom Barcelona | @fedegrom
Miércoles 15 de mayo de 2019
Foto: EFE
Primer contratiempo para el actual presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez. como vencedor de los comicios del pasado 28A. El socialista se ha encontrado con el veto de Junts Per Catalunya (JxCAT), las CUP y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), para que Miquel Iceta ocupe el acta de senador de José Montilla (senador por el PSC).
La formación capitalista, a través de Vidal Aragonés, además del "no" a Iceta, recordó que fue el Senado el que avaló y dio luz verde a la aplicación del artículo 155 en Catalunya.
El propósito de este movimiento de Sánchez era aupar hasta la presidencia de la cámara alta a Iceta, algo que, bajo sorpresa mayúscula, no va a poder ser. Desde San Sebastián, donde el líder socialista ha iniciado lo que será una larga campaña electoral de cara a los comicios municipales y europeos del próximo 26M, ha denunciado a ERC de “vetar la convivencia”.
Según ha asegurado en este primer acto de campaña, la decisión “no es un veto a Iceta”, célebre por ir a comerse una paella el 1-O mientras apaleaban a miles de personas en las cargas a las puertas de los colegios electorales, sino “una demostración de que tienen -las tres formaciones- miedo a una solución, miedo al diálogo”.
La última formación en decidir su dirección de voto ha sido ERC. Hasta el mismo fin de semana desde las filas republicanas, en boca de Pere Aragonés, se pedía algún gesto al PSOE. Incluso que el propio Iceta visitara a Junqueras en la cárcel de Estremera, algo a lo que por supuesto el líder del PSC se negó.
Ante esta disyuntiva y frente a la negativa de la Junta Electoral Central (JEC) de permitir a Oriol Junqueras y Puigdemont participar en un debate de TV3, ERC respondió con un “no” a la candidatura del socialista a una decisión que vulnera los derechos básicos de un candidato. Una negativa que además dependía del Gobierno del PSOE, a cargo de la gestión de las instituciones penitenciarias.
Por otro lado, después de todo el apoyo a Iceta, que se negó a denunciar el 155, causaba malestar entre las bases del partido de Oriol Junqueras, y aunque la apuesta de apoyo al gobierno de Sánchez es fuerte, y esa sigue siendo la única estrategia real de ERC, no obtener ninguna concesión, como era de esperar, frente a un apoyo a dos semanas de elecciones, no parecía buen negocio.
Sánchez y el “diálogo” de la Fiscalía
Por más que el presidente del gobierno use hasta el desgaste la palabra “diálogo” lo cierto es que desde Moncloa no hay absolutamente nada que ofrecer a las aspiraciones democráticas del pueblo catalán. Durante los meses del “gobierno de la moción”, más allá de los provocadores gestos (como el Consejo de Ministros celebrado en Barcelona), los palos del Bunker del 78 con la continuidad de los presos políticos y el juicio farsa que dio otro palazo con la acusación de este miércoles de parte de la Fiscalía de Barcelona, que ha recurrido el auto judicial de la jueza de Barcelona Alejandra Gil.
En este escrito el ente público solicita que 28 de los 30 procesados, entre ellos altos cargos de la Generalitat y los responsables de TV3 y Catalunya Radio, sean también acusados por “organización criminal”.
La represión y persecución al movimiento catalán se mantiene intacta con Sánchez en la Moncloa. Tan solo con una pizca de hipocresía mayor. Cosas de social liberales en campaña electoral.
Si ahora mismo la Fiscalía buscara un grupo o entidad que defienda frente a los tribunales esta acusación, tan solo se encontraría como aliado a VOX. El partido de extrema derecha es el único que como acusación particular en el juicio del procés en el Tribunal Supremo, defiende esta acusación.
Pero la represión al movimiento catalán no solo alcanza a las más altas instancias de la Generalitat. Miles de activistas y militantes de formaciones de izquierda, republicanas e independentistas están siendo procesados, juzgados y muchos condenados.
Sirva como ejemplo el caso de los militantes de Arran, que este miércoles han acudido al juicio en el cual la Fiscalía solicita hasta 3 años de prisión para los acusados por unos supuestos actos acontecidos el 1 de mayo del 2016.
👉 Acaba el judici a @controlades en l'Audiència Provincial. La Fiscalia ha reiterat la penes de 3 anys de presó. Queda vist per sentència. #JoventSotaControl pic.twitter.com/qf9Ivh4cbZ
— Arran 🃏 (@Arran_jovent) May 15, 2019
Nuevo aumento de la tensión
Estas fechas están poniendo sobre la mesa la nula voluntad del PSOE de “dialogar” en la que alberga esperanzas ERC o buscar ningún tipo de solución “política” para la demanda democrática del pueblo catalán a decidir su futuro. Y mucho menos la idea de realizar algún cambio sobre la situación de los presos políticos.
Ante este bloqueo institucional, donde además no ha contado con ERC para configurar la mesa del Congreso, y la continuada represión de la Fiscalía sobre el movimiento catalán, la situación se torna más inestable. Inclusive con una victoria de ERC en las pasada elecciones del 28A en las que abiertamente se declara por un pacto con el PSOE del 155.
Por tanto, el primer secretario del PSC no podrá ser senador por designación autonómica y tendrá bloqueado presidir el Senado. Si bien Pedro Sánchez hasta ahora no ha contado con ellos para una mayoría que facilite su investidura como presidente del Gobierno, esta situación deja en una enorme tensión las relaciones entre los partidos independentistas y el PSOE, en un contexto de fuerte represión del Estado central al conjunto del pueblo catalán ahogando sus aspiraciones expresadas el 1-O.
El gobierno del mal menor muestra una de sus caras más reaccionarias en la cuestión catalana, una de las crisis de mayor calado del Régimen del 78.