La líder en lácteos elevó una nueva propuesta al Gobierno, propone despedir a mil empleados y pide subsidios del estado.
Martes 14 de marzo de 2017 10:41
La principal empresa láctea del país, ubicada en Santa Fe, presentó al Gobierno un plan de reestructuración que contempla el cierre de las cuatro plantas cuya actividad ya fue suspendida y mil despidos a partir de abril.
Lo hace para conseguir subsidio estatal y seguir en operaciones, pero con menos trabajadores y atacando sus condiciones laborales. Este chantaje patronal con ajuste de trabajadores como principal variable, trae el recuerdo de Cresta Roja.
La propuesta se conoció luego de la reunión de urgencia citada el jueves pasado en la cartera laboral, de la que participó Triaca; su par de Agroindustria, Ricardo Buryaile; el asesor del Ministerio de Producción, Ignacio Werner; el titular de Sancor, Gustavo Ariel Ferraro, y el líder del gremio lechero Atilra, Héctor Ponce.
Allí acordaron avanzar en un plan de reestructuración de la compañía, que incluía entre las posibilidades desde la reducción de personal hasta la venta de la compañía.
Pero el gobierno empezó a especular que esta medida podía traerle inconvenientes en la opinión pública. Por eso Buryaile, del Ministerio de Producción, señaló ayer con demagogia que la cooperativa lechera más grande de la Argentina "no tiene que despedir gente sino que debe incrementar el volumen de leche que procesa, pero para eso tiene que tener más recursos financieros para comprar materia prima".
A pesar de estas declaraciones, el plan de Sancor incluye un fuerte ajuste.
Prevén normalizar deudas con proveedores; duplicar las ventas, para eso se proponen "un cambio de mix producto/canal razonable que mejora la rentabilidad"; reducir costos financieros por refinanciación de tasa y optimización de garantías; bajar gastos de alquileres (de depósitos de terceros).
En el marco de estas medidas proyectan la baja por la "suspensión inicial de actividades industriales, con posterior cierre definitivo de cuatro plantas y baja de 1.000 empleados aproximadamente a partir de abril", que serán indemnizados con un promedio de un millón de pesos por persona.
La empresa ya paralizó la semana pasada sus plantas de Brinkman y Moldes (Córdoba), Centeno (Santa Fe) y Charlone (Buenos Aires). Ahora, según se pudo conocer en un documento, prevé deshacerse allí de 105, 55, 60 y 51 operarios.
Los despidos alcanzarían a 29 localidades del país, entre ellas su sede central en Sunchales, Santa Fe.
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