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Red Internacional
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Paritarias. Sanidad: fracasó la primera reunión y no descartan nuevas medidas

Antes de comenzar la “semana santa” se realizó la audiencia en el Ministerio de Trabajo. Los empresarios insistieron en que no pueden pagar aumentos. Crece la bronca entre el personal de salud.

Viernes 2 de abril de 2021 12:09

“Ignorar nuestro reclamo solo agudizará el conflicto”. Así definió la cúpula del gremio de Sanidad la situación en que se encuentra la negociación salarial para la salud privada, que todavía adeuda parte de la paritaria 2020.

En la tarde del miércoles hubo una reunión entre las cámaras empresarias, el gremio, funcionarios de los ministerios de Salud y Trabajo. Recordemos que el conflicto se encuentra en este momento en una conciliación obligatoria, tras las medidas de fuerzas gremiales a las que se vio obligada a convocar Daer por la bronca que se siente desde abajo y la intransigencia patronal.

La reunión fue un rotundo fracaso. Así lo reconoció el propio Héctor Daer, dirigente de Sanidad y de la CGT.

Según el comunicado de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad, “las cámaras empresarias manifestaron su imposibilidad de acceder a nuestro pedido de actualizar nuestros salarios básicos”. Luego marcaron la posición de la conducción del grermio: “no vamos a aceptar más dilaciones ni negativas, no vamos a resignar poder de compra de nuestros salarios”. Además aclararon que “con la contundencia de los paros realizados el 26 de marzo los trabajadores expresaron su disconformidad y la necesidad de mejorar sus ingresos. La adhesión casi total a la medida de fuerza convocada por nuestra organización legitima el reclamo e interpela a los empresarios, autoridades nacionales, provinciales, a las autoridades de los organismos de la seguridad social y al resto de los funcionarios involucrados en la resolución de este conflicto”.

En el comunicado volvieron a marcar algo que saben, sobre todo, quienes realmente están en la primera línea todos los días: los trabajadores y trabajadoras de las clínicas y sanatorios privados: “Nunca trabajamos tanto y cobramos tan poco”.

Para finalizar, asegura el comunicado que “esperamos que los empresarios y los demás responsables políticos de esta situación intolerable, actúen con celeridad que esta crisis demanda en la búsqueda de soluciones, nuestra paciencia tiene un límite”.

Un conflicto abierto

Como reflejamos en La Izquierda Diario, las asambleas del 25 de marzo y el paro del 26 mostraron la bronca que hay entre las y los esenciales. La medida tuvo un 90% de acatamiento, a pesar de la tardanza de la cúpula de Sanidad en convocarla y del intento de contenerlo dentro de los canales “orgánicos” para presionar en la negociación.

La Izquierda Diario viene mostrando, no solo durante las jornadas de lucha, las voces de quienes hacen funcionar la salud privada. “Casi el 80 % del personal de salud y en especial los enfermeros tenemos dos trabajos por eso llegamos a subsistir”. “Nos cansamos de esperar a que decidan si nos van a pagar o no nos van a pagar”. “Somos el peor sueldo, no llegamos ni a la canasta básica. Nosotros tenemos un básico de $45 mil”.

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Lo cierto es que la bronca crece al ritmo que crece la preocupación por la llegada de la segunda ola. Mientras los empresarios no cumplen los aumentos y los funcionarios les dan tiempo, la cantidad de casos sí aumenta exponencialmente.

Sin embargo, el discurso de la cúpula de sanidad es ambiguo. Aunque plantea el incumplimiento de los dueños de la medicina privada, también ponen el foco en una solución de parte del Gobierno. Así le hacen el juego al pedido de las cámaras patronales de nuevos aumentos y subsidios para sus negocios.

La realidad es otra. Como nos decía la semana pasada un trabajador de la clínica Zabala: “Son unos sinvergüenzas, la cuota de las obras sociales aumentaron y la gente sigue pagando. Plata siempre hubo para el sector sanitario”.

Como vienen planteando la Agrupación Marrón Clasista y la Corriente de Izquierda de la salud, es necesario apoyarse en la fuerza que mostraron las acciones para exigir asambleas de base en todas las clínicas y sanatorios para debatir cómo seguir y votar un plan de lucha para ganar, unificando además la lucha con el personal de la salud pública.