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Red Internacional
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Actualidad. Santiago, Araceli, María y la saga de los camioneros

La Policía de Entre Ríos divulgó el testimonio de un camionero que asegura haber llevado el domingo pasado a un joven con "características similares" a Santiago Maldonado. Se suma a la saga de “camioneros” que llevaron a María Cash y Araceli Fulles.

Jueves 10 de agosto de 2017

“Alrededor de las 9.30 aproximadamente, cuando transitaba por la ruta nacional número 12, a unos mil metros de Ceibas un ciudadano le hace ’dedo’ por lo que se detuvo y se ofreció a llevarlo. El joven tenía 25 años de edad aproximadamente, pelo largo con rastas y abundante barba, con una contextura física delgada. Se le había roto el pedal de la bicicleta y contó que venía desde el sur del país y se dirigía hacia Concepción del Uruguay".

Así, con ese lenguaje de comisaría, habría hablado Pedro Miño. El hombre, a pesar de sus 73 años, maneja todas las semanas su camión en las rutas entrerrianas.
La Nación, Clarín, Perfil y otros medios que siguen el caso, le dieron difusión a la "nueva pista".

El encargado de divulgar el “esperanzador” testimonio es Favio Juriajura, titular de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos. Uno quiere imaginarse a Santiago, ya con el pedal arreglado, recorriendo las costaneras que adornan el recorrido del Río Uruguay. Si no fuera porque “la pista del camionero” trae el recuerdo de otros casos en los que "pistas" similares fueron usadas como maniobras distractoras antes que intentos de conocer la verdad.

El 10 de enero de 2012, un camionero de apellido Palomino se puso en contacto con la familia de María Cash, la joven era buscada tras desaparecer en el norte argentino. Según relataron a la familia, luego de levantarla “en estado amnésico” en la localidad de Fernández, Santiago del Estero, la dejó en el barrio de Nuñez. El testimonio alentó la esperanza de la familia y orientó la búsqueda hacia la zona metropolitana.

En abril de este año, cuando la familia y los amigos de Araceli Fules hace días la buscaban, la Policía les informó que había “novedades”. Un camionero había declarado en la localidad de Chajarí, Entre Ríos, que había llevado a Araceli y a otro joven, desde Zárate a Ceibas. Según el chofer, “me dijeron que querían llegar a Brasil”. La esperanza de que hubiera sido una “aventura” se fue apagando, hasta que Araceli apareció muerta en el mismo lugar que la Policía había “buscado” días antes.

No hace falta aclarar que no estamos poniendo en tela de juicio a los camioneros, que recorriendo las rutas seguro serán testigos o protagonistas de mil historias, como cualquier mortal. Se trata, otra vez, de no olvidar de los métodos con que actúan las fuerzas de seguridad del Estado y sus “investigadores”.

Seguramente la familia de Santiago quiere imaginar que “Pedro” tiene razón, que el pibe flaco y de rastas viajó con él, que arregló el pedal y recorre las costaneras del Uruguay. Pero también sabe que no se puede confiar en gendarmes y policías.
El recuerdo de María y Araceli, lamentablemente, así lo marcan.