La presunta hipótesis lanzada por el gobierno y los grandes medios de que Evaristo Jones había herido de muerte a Santiago Maldonado fue desmentida por el propio puestero.
Gloria Pagés @Gloria_Pages
Viernes 25 de agosto de 2017
En la noche de este jueves se caía una de las “pistas” que el gobierno y medios periodísticos como La Nación y Clarín abonaron durante la última semana.
El relato sería más o menos el siguiente: Evaristo Jones, puestero de El Retamo de Epuyén, situado en la Estancia El Maitén dentro de las tierras de los Benetton, habría apuñalado a un integrante de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) el 21 de julio pasado, este hombre herido sería seguramente Santiago, que luego había muerto escondido por los miembros de la RAM que no quisieron llevarlo a un hospital.
Una verdadera burla que ya denunciamos en este medio, más cuando hay innumerables testigos que vieron y estuvieron con Santiago hasta el mismo día de la represión y la fiscalía federal de Esquel cambió la carátula de la causa a desaparición forzada de persona. Por supuesto, estos datos fueron ignorados por el Gobierno y su comparsa mediática.
Quien la lanzó a rodar fue la ministra Patricia Bullrich durante su exposición del miércoles pasado ante la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico del Senado y como no podía ser de otra manera, algunos medios la tomaron como cierta. La desaparición a manos de Gendarmería es para el gobierno la única hipótesis que no debe ser investigada, mientras ayer la fiscal Silvina Avila recaratuló la causa como “desaparición forzada de persona”.
Una vez lanzada la presunta “pista”, se propagó como cierto y algunos medios citaban como fuente la denuncia policial de Evaristo Jones, en la que a ciencia cierta nunca declaró que mató ni hirió de muerte a nadie, sino que se defendió luego de que fuera incendiado su puesto, presuntamente por integrantes de la RAM. Toda una burda operación al servicio de encubrir a la Gendarmería y sacarla infructuosamente de la mira.
Anoche, La Nación publicó que “el puestero niega haber herido de muerte a alguien”. Una semana después de haber hecho circular la versión, el diario de los Mitre se dignó a hablar directamente con quien habían convertido en asesino de Santiago.
Evaristo, que faena animales desde pequeño, señaló a La Nación una semana después de que el mismo medio lanzará la mentira: "Sé lo que provoca una puñalada: es difícil que una persona herida con un arma blanca pueda irse por donde vino. Se hubiera caído ahí mismo, digo yo. Hubiese gritado, dicho algo, y sus compañeros hubieran interrumpido lo que hacían para ir a socorrerlo. Por la forma en que yo tenía el cuchillo y ellos me atropellan, es muy posible que el cuchillo lo haya rozado en un lateral. Por eso creo que la herida no fue profunda. Calculo que el hombre se puede haber cortado en la mano, o en la axila, qué se yo."
Anteayer, Clarín seguía diciendo que “la hipótesis sobre la posible participación de Santiago Maldonado en el atentado incendiario a un puesto de la estancia El Maitén de la familia Benetton en Epuyén no fue descartada”.
¿Entonces? Esta mentira del gobierno y sus medios, sumada a tantas otras como haber sido visto en varios puntos del país, sólo buscan proteger, encubrir y desviar la atención de los únicos y principales sospechosos: los gendarmes que reprimieron a la comunidad mapuche del Pu Lof en Resistencia y desaparecieron a Santiago.
A 24 días de ese gravísimo hecho, el gobierno se sigue negando a separar de sus cargos a los gendarmes.
Como cuando desapareció Julio López en 2006, con claras sospechas sobre las fuerzas policiales y el entorno del genocida Miguel Etchecolatz, el gobierno vuelve a decir que “no descarta ninguna hipótesis”, para no investigar la única hipótesis que nos llevará a saber dónde está Santiago: la Gendarmería Nacional.