Esquerra Republicana anuncia una enmienda a la totalidad a los presupuestos debido a que Sánchez no ha hecho nada para atenuar la situación de los presos y el Presidente se tambalea.
Guillermo Ferrari Barcelona | @LLegui1968
Lunes 4 de febrero de 2019
El conjunto de los diputados y senadores de Esquerra Republicana de Catalunya han dado una rueda de prensa en la cual han anunciado la enmienda a la totalidad de los presupuestos presentados por el PSOE. La dirección republicana durante semanas ha pedido algún tipo de gesto o movimiento de Sánchez en relación a la situación de los presos políticos para poder dar su apoyo en la negociación de los presupuestos.
Sin embargo, los dirigentes socialistas han dicho una y mil veces que en el Estado español hay “división de poderes” (por favor nada de risitas) y que el ejecutivo es un poder diferente al judicial y como tal no puede hacer nada. Es el discurso que llevan meses repitiendo. No obstante, la Fiscalía que depende del Gobierno ha seguido manteniendo más o menos la misma actitud que cuanto estaba Rajoy. Y, cuando hablan los ministros dan por sentado que los presos políticos catalanes son culpables.
El diputado republicano Joan Tardà dijo claramente “Estábamos dispuestos a negociar si ellos hacían gestos de categoría, que tuvieran trascendencia en el ámbito de la judicatura”. De hecho, Esquerra sigue buscando esa negociación puesto que podría levantar la enmienda si con Sánchez constituyen una mesa bilateral con partidos soberanistas y españoles (¿cuáles?) junto a un mediador para acercar posiciones antes del martes 12 cuando comienza la farsa judicial.
La reacción inmediata del Gobierno ha sido más bien agresiva. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, les acusó de hacer una pinza junto a la derecha atacando al Gobierno e impidiendo unos presupuestos nuevos. “Coincidencia” que también ha señalado el líder del PSC, Miquel Iceta. El portavoz Socialista Felipe Sicilia les espetó “Piensen en los catalanes, no se alineen con la derecha!”
Esta situación de bloqueo de los presupuestos y de ataque del Estado hacia el pueblo catalán demuestra que el arco parlamentario que encumbró a Pedro Sánchez en la presidencia está más bien “unido” por el espanto a la derecha. Mucho más ahora, con el ascenso de Vox. Estos días previos al juicio serán decisivos para ver qué curso tomarán los diferentes actores políticos, aunque es difícil que se reedite una votación como la de la moción de censura.
Además de Esquerra se suman las voces del PDeCAT y de Junts per Catalunya. A pesar de las divisiones y las fricciones públicas, el secretario general David Bonvehí acabó anunciando que su partido también está por presentar una enmienda a la totalidad, a menos que Pedro Sánchez cambie su posición. Para ello el gobierno socialista tiene plazo hasta el viernes.
El Gobierno de Sánchez está entre convocar elecciones ante la imposibilidad de tirar para adelante los presupuestos o tratar de encontrar algún acuerdo con las fuerzas catalanas. Acuerdo que también iría ligado a los presupuestos del Principado. Sin embargo un acuerdo con las fuerzas soberanistas puede ser un espanta votos y será rechazado por los barones de la formación de la rosa. Lo cual pone a Sánchez a las puertas del “super domingo”.
La política de presionar al PSOE y al Gobierno de Sánchez es completamente impotente. Tanto Esquerra, como el tándem PDeCAT-JxCat están llevando al pueblo catalán al callejón sin salida de presionar al Gobierno. Hay que recordar que Sánchez desde la oposición apoyó el 155 de Rajoy y que ya en el Gobierno ha mantenido a la Fiscalía en su misma posición de ataque a los presos políticos.
Sánchez no está dispuesto en aliviar la situación de los presos políticos, puesto que está con la calculadora viendo cómo puede hacer para sumar más votos. Y, mucho menos aún en negociar un referéndum de autodeterminación como ha dicho miles de veces en la oposición y en el Gobierno. Sánchez es la cara menos fea de los poderes del Estado. El garrote lo dirigen desde el Supremo, el Constitucional y la Monarquía que dirige el ejército.
Lo que está por verse es si las fuerzas soberanistas inician su enésima reculada o si se plantan. No hay que descartar que permitan la tramitación de los presupuestos poniendo la excusa que sino vienen lo derechistas del PP, Cs y Vox y traten de ganar tiempo para seguir negociando los presupuestos españoles y catalanes. El problema que tiene esto es que el juicio empieza el próximo martes y a sus dirigentes políticos les pueden caer hasta 26 años.
Pero lo que es seguro que ni Junts per Catalunya-PDeCAT, ni Esquerra Republicana impulsarán la movilización de las masas denunciando al Régimen del 78, no organizarán de ninguna manera una amplia campaña en los lugares de trabajo y de estudio para poner en las calles ese 80% que quiere votar. No lo harán porque antes que desatar la lucha de calles y romper con Madrid, prefieren postrarse ante el régimen que tantos beneficios les ha dado a las empresas catalanas que ellos representan.
Lamentablemente, la negociación de los presupuestos es moneda de cambio para beneficiar a las grandes empresas españolas y catalanas, mientras la juventud, las mujeres y el conjunto de los trabajadores sufrimos la precariedad, el paro y la rapiña de las grandes multinacionales. Sufrimos los ataques del Estado contra las libertades democráticas con las leyes mordaza, los delitos de odio “al revés”, con “manadas” sueltas mientras los presos políticos catalanes están presos sin juicio.
Esta es la situación que tenemos que dar vuelta. La izquierda sindical y política tiene que organizar asambleas y reuniones en los lugares de trabajo y de estudios y los barrios para reagrupar a la vanguardia y comenzar a defendernos de los ataques que desde el Gobierno y el Régimen del 78 están llevando a cabo. El pasteleo en el Congreso no resuelve los problemas de la gran mayoría.
Ni Sánchez preside un “gobierno de progreso”, ni las fuerzas soberanistas aplicarán el mandato del 1-O.