Desde el gobierno, el ministro Pérez realiza un llamado a todos los sectores para que se avance en el proyecto de reforma a Carabineros. Desde la oposición hablan de “refundación la institución”. Abordar esta crisis parece ser urgente para todo el régimen político, pero ¿será posible modificar una institución creada para reprimir?

Francisco Flores Cobo Egresado/Gradista de Derecho U. de Chile
Lunes 5 de octubre de 2020
En ningún momento desde la creación de carabineros, la idea de su eliminación ha sido tan pronunciada y tan popular. Y aunque la policía siempre ha sido profundamente odiada en los sectores mas empobrecidos y oprimidos, como en las poblaciones y el pueblo mapuche, ahora existe un sentimiento de repudio muy generalizado en contra de esta institución.
La idea de que la policía es un servidor público y un árbitro neutral de la paz y el orden se encuentra totalmente cuestionada, y se pone en duda con cada nuevo caso de represión, corrupción y montaje que logra salir a la luz.
Para ojos de millones, comienza a quedar mucho mas claro cual es el verdadero rol de este brazo armado del estado. Y es que en el último tiempo, la existencia de mayores niveles de polarización política también ha dejado en evidencia cuales son los intereses que protegen esta institución: Mientras escoltan y protegen a los manifestantes del rechazo, a los camioneros y a los empresarios del transporte, reprimen, torturan, mutilan a todo aquel que se manifieste en contra del gobierno.
Ahora incluso fueron capaces de lanzar al rio Mapocho a un menor de edad que se manifestaba en Plaza Dignidad, y tal como se revelo en audios expuestos durante la formalización del carabinero directamente responsable, se escucha al propio imputado, en horas posteriores al hecho, indicando que la víctima estaba en calidad de detenido, presuntamente con el propósito de construir una coartada. Otro intento de montaje que no logró tener éxito.
La pregunta clave que nace con este contexto es que hacer con la policía.
El Frente Amplio y el PC han anunciado que rechazarán la partida presupuestaria de carabineros. Algo mínimo, dado que no puede seguir financiandose con recursos públicos la violación sistematica a los Derechos Humanos.
Además el FA anuncia que este es el primer paso para exigir la refundación de la policía pero ponen centró en la salida del general Rozas. ¿Es suficiente la salida de un general cuando la linea de todo el gobierno es reprimir y respaldar a los uniformados? el "Fuera Rozas" queda corto para un problema mucho mas profundo.
El rol de Carabineros, es reprimir y mantener un orden tal que permitan el normal desarrollo de la explotación capitalista. Ese es su objetivo central y su esencia, por ende, pensar en reformar la institución, es pensar la manera en que este objetivo pueda seguir desarrollándose.
Es por eso que en los marcos de este sistema es inviable pensar en una reforma a carabineros. Por mas modificaciones que se le puedan hacer, su objetivo central sigue siendo el mismo, de ahí que la única vía realista para la solución del problema sea la disolución de esta institución.
No hay reforma ni mejora posible de la represión, o de la institución que la ejerce: hay que eliminarla. Mientras exista la policía, habrá represión. Ni la “educación en DDHH” ni la remoción de sus generales, ni la eliminación de los escalafones clasistas al interior de la institución podrán cambiar su carácter represivo.
Por eso, la disolución de la policía y todas las fuerzas de seguridad, es una tarea planteada por la realidad, lo que nos obliga al mismo tiempo a promover todas las formas de autoorganización y autodefensa obrera y popular. Las funciones de seguridad pueden perfectamente ser desarrolladas por los trabajadores en conjunto con las comunidades. Todos sabemos que carabineros no es sinónimo de "seguridad" , por el contrario, es en nuestros pares que encontramos mayores y mejores redes de protección frente a cualquier eventualidad.
Todo esto en la perspectiva de la construcción de un gobierno de los trabajadores, donde también se desarrollen milicias de la clase trabajadora, controladas por las organizaciones obreras y del pueblo. Única forma de posible de terminar realmente con la represión y poder construir una sociedad donde gobiernen los trabajadores.