La discusión sobre los apoyos en la segunda vuelta siguen tensionando a la centroizquierda, el ejemplo de la mayor crisis del sector desde el fin de la dictadura.
Jueves 16 de noviembre de 2017

En una afirmación que parece querer transmitir la distancia de los partidos para mostrarse como opción ciudadana, Guillier solo profundiza la crisis de la centroizquierda. "Yo no voy a hacer negociaciones”, afirmó. Agregando que “yo voy a llamar a la gente a trabajar, me voy a dedicar a recorrer el país y a buscar los votos y los partidos políticos conversarán si se quieren integrar a la coalición de Gobierno, se quieren colaborar en cosas muy concretas de aspectos programáticos". Y remató "los políticos sabrán conversar entre ellos”.
Lejos de aparecer como una opción ciudadana, solo refleja la impotencia de un acuerdo que parece cada vez más difícil.
Y no se quedó en eso. Incluso rechazó un esperado apoyo de Lagos, al decir que "hay que renovar este país". Insistió: " Yo voy a dirigir mi mensaje a los ciudadanos no a las élites”.
Además, se rechazaron mutuamente con Goic. Del comando de Guillier habría salido que se esperaba que Goic fuera su generalísima de campaña para la segunda vuelta. Guillier lo negó, y Goic lo rechazó contundentemente: “yo no soy generalísima de nadie”. Y profundizó la división: "Guillier y Piñera se parecen cada vez más en su discurso y las descalificaciones"
Con todo esto, no solo le allana el camino electoral a Piñera. Profundiza un entero nuevo ciclo político en Chile, con el mayor pacto para contener las demandas del pueblo que se triza sin remedio.