Según un informe entregado por el Bank of America Merril Lync las expectativas de los principales gestores de fondos del mundo estaría cayendo ante el evidente cierre de un ciclo económico de recuperación posterior a la crisis del 2008.
Miércoles 17 de octubre de 2018
Cuando ya va cerrando el año, el Bank of America Merrill Lynch encuestó a los principales inversionistas del mundo para conocer las perspectivas económicos para los proximos años. El resultado del estudio determinó que 85% de los gestores europeos de fondos considera que la economía mundial está “en la parte final del ciclo económico”.
En consonancia con estas proyecciones, la mayoria de los grupos han decidido mover los flujos de inversión hacia sectores que puedan traer retornos pero con riesgos controlados. De esta manera varios grupos reconocieron estar más interesados en la compra de deuda pública emitida por EEUU cuya rentabilidad estaría asegurada por la proxima década.
La incertidumbre internacional y la ruleta económica.
Hasta ahora las mayores incertidumbres a nivel mundial provienen de la guerra comercial impulsada por EEUU contra China. La incapacidad de prever la política fiscal de Trump en el largo plazo ha generado constantes alzas y bajas en las bolsas del mundo.
Pero a la política de Trump también se ha sumado el resultado que pueda traer para la zona del euro la concreción de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y las serias dudas sobre la deuda pública y la estabilidad financiera de las principales economías latinoamericanas (Brasil y Argentina).
Sin ir más lejos, los grupos de inversores de Alemania (uno de los más grandes de la Eurozona) han tenido una constante a la baja. En concreto, el índice correspondiente a las expectativas de los inversores para los próximos seis meses ha bajado en octubre a -24,7 puntos desde los -10,6 del mes anterior, situándose así a su peor nivel desde agosto de 2012, muy por debajo de la media histórica de 22,8 puntos.
Ya en septiembre de este año el economista Nouriel Roubini había mencionado varios factores que llevarían a una nueva debacle económica similar o peor a la de 2008 en el año 2020.
De generarse una nueva crisis, para la que los fondos de los grandes capitalistas estarían preparándose, será que nuevamente terminaran pagando los cosos la clase trabajadora y los sectores populares o esta vez existirán mayores enfrentamientos que impidan un salvataje bancario a costa de un nuevo sobreendeudamiento de los Estados. Según informes de JP Morgan y el mismo Roubini esta situación no sería factible debido a las deudas ya contraidas por los Estados durante la crisis anterior, por lo que nuevos rescates no son viables si no es pagando altísimos cosos sociales que podrían generar situaciones catastróficas en dichos países.
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