La huelga más grande en 25 años de trabajadores de refinerías en Estados Unidos entra en su segunda semana.
Jueves 12 de febrero de 2015
Fotografía: Corresponsal de La Izquierda Diario
La huelga comenzó en la medianoche del 1 de febrero en nueve refinerías de California, Texas, Washington y Kentucky, y este domingo se le unieron plantas en Indiana y Ohio llegando a un total de once refinerías paralizadas. Entre ellas se encuentra la segunda planta más grande de British Petroleum (BP) en el mundo, Whiting en Indiana, con una capacidad de producción que supera los 420 mil barriles de petróleo diarios.
De acuerdo con Al Jazeera, la huelga afecta el 13% de la producción de nafta y derivados del petróleo de Estados Unidos, pero los precios de la nafta no se han visto afectados todavía. La huelga se da en una época en que las refinerías reducen su producción debido al fin del invierno en el hemisferio norte (en Estados Unidos, se utiliza gasolina para calefaccionar una parte importante de los hogares).
La huelga afecta plantas de Chevron, BP, Shell y Exxon. Las refinerías se han mantenido funcionando con personal jerárquico y trabajadores bajo contrato por fuera del sindicato.
El sindicato del acero USW (en inglés United Steelworkers) encabeza las negociaciones con las empresas que están siendo representadas por la compañía Shell. Las demandas centrales son mejoras en la seguridad en las plantas, y en protesta por la negativa de parte de las compañías petroleras de negociar ciertos puntos en los contratos de trabajo a nivel local.
El USW representa a más de 600 mil trabajadoras y trabajadores siderúrgicos, de la industria del papel, de la industria maderera y de la manufactura.
Como explica Rebecca Burns en In These Times, hay dos esferas de negociación, una a nivel nacional y otra a nivel local en cada refinería. Las empresas se están negando a discutir ciertas demandas en las refinerías que ellos consideran pertenecen al nivel nacional. Los trabajadores en huelga denuncian que de esta forma las compañías se niegan a discutir medidas de seguridad laboral específicas en cada planta, o sobre la necesidad de crear comités que protejan a las mujeres y los trabajadores no blancos, dos grupos que son cada vez más numerosos en algunas de las refinerías.
La industria petrolera se mantiene como una de las industrias más peligrosas para trabajar. Como reportó Inside Energy, solo en 2013 murieron 106 trabajadores en Texas y 23 en Dakota del Norte, estado que vive un boom en la explotación del petróleo usando el método del fracking para la extracción.
El diálogo entre las empresas y el sindicato se reinició esta semana, después de haber estado suspendido por varios dias. El USW comenzó una colecta de firmas en Estados Unidos en apoyo a sus demandas, donde denuncia continuos incendios y escapes de gases, la falta de personal, que obliga a trabajadores a tomar demasiadas horas extras, y la falta de capacitación para empleados temporales.