Ayer las Abuelas de Plaza de Mayo y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) confirmaron que el hijo Hugo Castro y Ana Rubel, desaparecidos en 1977, acaba de recuperar su identidad. Tras dudar de su origen, se presentó voluntariamente para hacerse los análisis genéticos.
Daniel Satur @saturnetroc
Viernes 5 de diciembre de 2014
El nieto recuperado número 116, hoy de 37 años, luego de nacer en la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada) habría sido trasladado al Hospital de Niños de la Ciudad de Buenos Aires. Según relató ayer Página/12, el niño habría sufrido cianosis y por eso se lo trasladó al hospital. Estela de Carlotto, que está en México participando de la Feria del Libro de Guadalajara, le confirmó a ese diario la noticia y dijo que el joven fue criado por un médico de la Casa Cuna.
Desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, su responsable Martín Fresneda indicó que, aunque aún no se dará a conocer públicamente el nombre con el que fue criado, las familias biológicas del muchacho ya están al tanto del hallazgo.
Fresneda manifestó a la Agencia Télam estar orgulloso “de vivir en esta Argentina en donde el Estado Nacional, por decisión de la Presidenta, está haciendo todos los esfuerzos para recuperar a la mayor cantidad de nuestros hermanos en el menor tiempo posible”. Pero, paradójicamente, el nieto 116 no recuperó su identidad por acción del Estado. Tras haber dudado de su propia identidad y animarse a enfrentar la verdad histórica, se presentó voluntariamente en Abuelas y allí comenzaron los estudios de ADN.
Mientras tanto, el número de nietos que faltan recuperar sigue rondando los cuatrocientos y el gobierno nacional mantiene su decisión política de no abrir y mucho menos hacer públicos los innumerables archivos de la dictadura que siguen guardados en dependencias públicas nacionales y provinciales, en la propia Iglesia Católica y demás centros vinculados con el poder.
Ana Rubel y Hugo Castro militaban en el Frente Argentino de Liberación cuando fueron secuestrados en enero de 1977. Ella era maestra, estudiaba Ciencias Económicas y a fecha su embarazo rondaba los dos meses. Él era maestro mayor de obras, había trabajado en la Ford de Córdoba y en Buenos Aires ingresó a la Facultad de Arquitectura de la UBA.
El secuestro y desaparición de la pareja forma parte de los casos que integran la “megacausa ESMA”, que es un conjunto de causas judiciales por crímenes cometidos en el mayor centro clandestino de detención de la dictadura, con la mayor cantidad de represores imputados.
El Banco de Datos Genéticos entregó el jueves a la Secretaría de Derechos Humanos los resultados de los análisis realizados al joven. Y también al juzgado federal de María Servini de Cubría, donde se investiga el caso de la desaparición de sus padres.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).