Fracturas en la estructura y filtraciones inundaron laboratorios y electrificaron paredes. Historia de fatalidades, precarización y corrupción en la Universidad en el noroeste Argentino.
Martes 12 de abril de 2016
En el instituto de Biología de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT se produjeron filtraciones de agua por las paredes inundando laboratorios y dejando electrificadas las paredes. Esto se debe a las fracturas producidas por asentamiento de la estructura debido a construcciones en los terrenos lindantes donde se están construyendo edificios. Esto generó que los mismos trabajadores de la facultad decidieran cerrar el edificio por el peligro que esto representa a sus vidas y la de los alumnos que asisten a clases. En pleno período de clases y con un amplio movimiento de alumnos se debió suspender las actividades.
Esto se suma a una pesada y larga historia de precariedades, en la UNT se puede hacer un raconto muy importante de personalidades que se destacaron de diversas maneras. Pero también tiene un prontuario pesado de aquellos que dejaron su vida dentro de la Institución. Allí se destaca la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT en donde los riesgos implícitos de los laboratorios se agrandan con la falta de recursos, mantenimiento y mejoras, sumado a quizá el más difícil de todos los problemas: la naturalización de situaciones muy precarias de trabajo, exponiendo no solo la propia vida de los trabajadores sino la de todos sus alumnos.
Ya en 1977, el Dr. Bernabé Bloj murió electrocutado en uno de los laboratorios del Instituto de Química Biológica, que ahora lleva en honor su nombre. A fines de los 90’ la Dra. Zarbá murió en el laboratorio intoxicada con cianuro. En el 2008 se suspendieron las actividades en los laboratorios del Instituto de Microbiología porque las paredes estaban electrificadas. Esta vez el tanque de la unidad central de calle Ayacucho tenía filtraciones por fracturas en su estructura. Esto se resolvió como habitualmente se hace en la UNT, se parchó, tirando la pelota para más adelante.
En el 2011 se incendió la entrada de energía a esta facultad lo que demandó arreglos muy costosos por la urgencia del caso. Hoy en día todo el edificio de calle Chacabuco tuvo que suspender las actividades porque las paredes están electrificadas y sin una certeza de si se podrá resolver ya que se asume que las grietas se deben al asentamiento de la estructura producido por las construcciones lindantes.
Todo se complica aún más cuando la perspectiva de un nuevo edificio para la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia diseñado en predio grande que cuenta la UNT sobre Av. Roca, la Quinta Agronómica (como es conocido en Tucumán), está paralizado. La construcción de la estructura tiene fallas graves en el basamento por corrupción de los privados, falta de controles y negligencia de las autoridades. En este momento, para poder recuperar el esqueleto de la estructura se necesita una inversión millonaria. Se llamó a licitación para estos arreglos y la finalización de esta primera etapa del edificio a fines del año pasado, pero la licitación está suspendida. No son pocos los que vislumbran que ese será otro esqueleto como el que se encuentra en el cerro San Javier, edificio que nunca se concluyò. Y si de infraestructura se habla, la construcción de un edificio en conjunto con CONICET, diseñado y promocionado desde el 2007, todavía no hay ni un ladrillo.
La corrupción y la desidia en la UNT no son nuevas, ya en el 2007 uno de los “nuevos” anfiteatros de la Facultad de Filosofía y Letras se desplomo. Por esos azares que trae la vida no había clases y no se produjeron víctimas fatales lo que habría complicado mucho más al sobrino del exrector CPN Mario Marigliano quien fuera designado por este para la construcción. Durante esos años se hicieron obras con costos fastuosos solo para hacer reparaciones y arreglos. Por esto el exrector CPN Juan Alberto Cerisola está imputado por malversación de fondos y sobreprecios. De la cual el ex diputado Luis Sacca también está implicado y de lo que se asume que ese dinero también fue útil para que Jose Cano (Actual ministro para el Plan Belgrano) llegara a su banca de diputado. De estas responsabilidades no queda exenta tampoco la actual rectora, hasta hace unos años decana de la facultad.
Esto demuestra la simbiosis del entramado político de corrupción en la UNT manejada hace muchos años por los radicales y en los últimos años en conjuntos con agrupamientos que responden al peronismo, como La Campora. La corrupción por la que atraviesa la UNT, deja a sus trabajadores, docentes y alumnos expuestos a la precariedad, la desidia y la insalubridad laboral, exponiendo hasta la vida. Que acaso deberemos esperar que alguno de los estudiantes y uno de sus docentes muera electrocutado?