El intendente es parte de una casta política que acumula propiedades y viven en un nivel muy alejado del pueblo trabajador. Por abajo hay decepción y malestar. Hay que terminar con los privilegios y salir a pelear las demandas de los trabajadores, las mujeres y disidencias, la juventud y el movimiento en defensa del ambiente.
Lunes 6 de septiembre de 2021 11:34
Mario Secco es parte del Frente de Todos, se vanagloria de ser un fiel seguidor de Cristina Fernández de Kirchner y el hijo pródigo del gobernador Kicillof. Detrás de discursos progresistas y de presentarse como un servidor del pueblo, la realidad es que, según datos del 2020, el intendente cobra medio millón de pesos, 14 veces más que los empleados municipales, la mayoría bajo contratos inestables.
Su sueldo es de los más altos de la provincia, ganó más de $90 millones desde que asumió y tiene un patrimonio que no alcanzará a disfrutar en vida: cinco casas en Ensenada, tres terrenos y dos departamentos. ¿Qué trabajador del Astillero, municipal, de YPF, docente o de los equipos de salud que se bancaron la pandemia en la primera línea puede acceder a este nivel de vida?
Secco acumula propiedades mientras cada año se suceden verdaderos crímenes sociales con casillas que se queman por instalaciones precarias de gas y electricidad. La respuesta del gobierno a la pelea de vecinos por tierra y vivienda es la represión: Berni mandó a la bonaerense con balas de gomas y topadoras a desalojar en Guernica y el barrio El Carmen de Berisso.
Mientras Alberto Fernández realizaba festejos relajados en Olivos en plena pandemia, las fuerzas de seguridad perseguían, hostigaban y detenían a jóvenes por portación de cara que “violaban” las disposiciones que limitaban la circulación de personas. Facundo Astudillo Castro fue desaparecido y asesinado en estas circunstancias, visto por última vez en un patrullero de la bonaerense.
Por otro lado, los trabajadores que votaron el Frente de Todos con la expectativa de terminar con el ajuste macrista, ven con bronca los privilegios de los políticos tradicionales. Se acumula malestar porque millones se bancaron la pandemia yendo a trabajar sin protocolos y bajo amenazas de despido, mientras el Gobierno y la oposición realizaban festejos de cumpleaños y se vacunaban antes que nadie.
A esto se suma que, durante la pandemia, los empresarios aprovecharon para despedir, precarizar y avanzar sobre conquistas de los trabajadores. El decreto anti despidos fue un papel mojado, y el IFE una ayuda ultra limitada que ya se dejó de otorgar mientras más de la mitad de les niñes en la provincia de Buenos Aires son pobres y fueron expulsados de la escuela pública porque no se garantizaron dispositivos ni conectividad. El contraste es muy fuerte, choca, indigna.
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¡Basta de privilegios!
Los diputados del Frente de Izquierda Unidad cobran un salario igual al de un trabajador, y donan el resto de sus dietas para poyar distintas luchas. Proponemos que todos los funcionarios políticos cobren como una maestra.
Baradel y el conjunto de las conducciones sindicales pactaron con el gobierno una propuesta salarial que sigue siendo a la baja y naturaliza que hay que trabajar 2 y hasta 3 cargos para llegar a fin de mes. Una maestra/o de grado con un solo cargo que recién se inicia llegaría a $52.568 en noviembre, mientras la canasta familiar supera los $100.000. Mientras tanto, hay más de 50 mil docentes desocupados en la provincia de Kicillof.
Desde la Marrón y el PTS en el Frente de Izquierda Unidad, planteamos la propuesta de reducir la jornada laboral sin rebaja salarial y repartir las horas de trabajo. En la docencia, mientras miles trabajan 2 y 3 cargos, otros compañeros no consiguen tomar un cargo. Tenemos que trabajar todos con un salario igual a la canasta familiar para terminar con la sobrecarga, precarización y desocupación laboral.
Vamos por una tercera fuerza política nacional para enfrentar el ajuste
Los políticos patronales aprovechan la campaña electoral para vender discursos de ocasión, pero todos se preparan para hacer los deberes y pagar la deuda odiosa, ilegítima y fraudulenta al FMI. Es decir que el ajuste va a seguir.
Por eso, hay que darle fuerza a la Izquierda que reúne a luchadores que como en Ensenada formamos parte del Suteba combativo, de los que luchan por defender un Astillero 100% estatal, de la juventud que construye centros de estudiantes independientes del gobierno y conquistó en las calles el derecho al aborto y hoy pelea contra la destrucción de nuestro ambiente; de los trabajadores de la salud a quienes les dicen esenciales, pero los tratan como descartables.
Hay que poner en pie una tercera fuerza nacional para transformar la decepción y bronca en lucha; y salir a pelear en las calles las demandas del pueblo trabajador, las mujeres y disidencias y la juventud.
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Laura Champeau
Delegada Suteba Ensenada