Luis Almagro, volvió al ruedo político en el continente ejerciendo presión contra Venezuela luego que Donald Trump diera luz verde con su política injerencista en el país.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Viernes 24 de febrero de 2017
Esta vez Luis Almagro llegó exigiendo presión por "elecciones libres" afirmando este jueves que: "Primero hay que restablecer la democracia, devolver la decisión soberana al pueblo y, a partir de ahí tendrá que haber diálogo, pero hoy simplemente el diálogo ha sido una excusa para seguir violando la Constitución". La política de Almagro es la anticipación de las elecciones presidenciales en lo inmediato, y no a las pendientes elecciones a gobernadores que deberían haberse realizado a finales del año pasado, siendo que, según el período del mandato de Maduro, tendrían que realizarse a finales del 2018.
Por eso al hablar de “elecciones libres” Almagro hace alusión a lo que se vivía "en los años 1980 en Chile, en Argentina o en Uruguay", es decir, comparando a la actual situación del país con el período de las dictaduras de estos países suramericanos. La presión la ejercía sobre los ex presidentes José Luis Zapatero del Estado Español, Leonel González de Panamá y Martín Torrijos de Panamá que vienen actuando de mediadores junto al Vaticano entre el gobierno de Maduro y la oposición aglutinada en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD), sosteniendo que no puede haber diálogo si no hay elecciones primero.
La salida al ruedo político de Almagro no es casual. Luego que la Casa Blanca impusiera sanciones económicas al vicepresidente, Tareck El Aissami, por presunto narcotráfico, y que Donald Trump exigiera que Leopoldo López “salga de la cárcel inmediatamente”, se desató toda una presión internacional en el continente en la voz de diversos presidentes latinoamericano contra Maduro como si fuera una orden del magnate. Así, tras realizar Trump comunicaciones telefónicas con los mandatarios de Perú, Colombia, Argentina y Panamá, así como la que realizara el Vice Mike Pence con el presidente de Brasil, todos confirmaran que uno de los temas de dichas conversaciones fue Venezuela.
Este martes el presidente de Argentina, Mauricio Macri y el del Gobierno del Estado Español, Mariano Rajoy, volvieron a hablar de Venezuela durante una rueda de prensa en Madrid conjunta en el marco de la visita de Macri al Estado Español, en el mismo tono de Almagro y de la política del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
El actual Secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, ya había afirmado antes de ser confirmado por el Senado para su actual cargo que: “Vamos a seguir apoyando firmemente los esfuerzos del Secretario General de la OEA, Almagro, al invocar la Carta Democrática Interamericana para promover la normalización de la situación en Venezuela y restaurar las instituciones democráticas”.
Y el flamante secretario de Estado está cumpliendo su palabra, pero la propia derecha estadounidense exige más. En su editorial de este martes, el diario The Washington Post, afirmaba que el gobierno de Trump “debería cabildear en la Organización de Estados Americanos para la acción contra el régimen de Maduro bajo la Carta Democrática Interamericana”.
Almagro se ha convertido en uno de los portavoces más feroces del derechismo continental contra el Gobierno de Maduro completamente alineado con los intereses de la oposición derechista del país aglutinada en la MUD. El pasado 10 de febrero, luego de la luz verde que diera Trump, y en consonancia con lo declarado por el Secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, sostuvo que actualizará el informe de 132 páginas sobre Venezuela en el que el pasado 31 de mayo concluyó que en Venezuela existe una "alteración del orden constitucional que afecta gravemente al orden democrático" para poder activar la Carta Democrática Interamericana de la OEA.
Con el informe del pasado mayo, Almagro se había convertido en el primer secretario general de la OEA en recurrir a la Carta, un instrumento jurídico que puede llevar a la suspensión de un país miembro, contra la voluntad del Gobierno del Estado, una política en que junio fracasara cuando no fuera aprobado en el seno de la OEA.
Con la nueva ofensiva con todo el alineamiento internacional y de la mano de Donald Trump, que ha reactivado nuevamente a la MUD que venía alicaída producto de sus fuertes divisiones internas luego de su fracaso de imponer el revocatorio a Maduro, otro puede ser el panorama de la nueva política de Almagro e imponer la injerencista Carta Democrática Interamericana, actuando como punta de lanza del nuevo mandatario de la Casa Blanca.
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