Hay situaciones que parecen no pertenecer a este siglo, sino a relatos de comienzos del siglo XX. A esas historias de prepotencia patronal en las salitreras en el norte de Chile o en las minas del carbón en el sur. Sin embargo, sigue existiendo la más amplia y diversa impunidad empresarial.

Javiera Márquez Santiago de Chile
Viernes 23 de enero de 2015
Es así como el 31 de diciembre, los Angelini, uno de los diez grupos económicos más ricos de este país, despedía el año viejo junto a 208 mineros bajo el artículo 161, “por necesidades de la empresa” en Minera Can Can. Y el 2015 comenzaba para los trabajadores de la Minera San Alberto, en la Región de Coquimbo, sin agua potable en su lugar de trabajo. Obligados a largas y extenuantes jornadas laborales con diarrea. Sin garantía de las “necesidades de los trabajadores”. Frente a esta situación “no quedaba más que amenazar con que el turno entrante no realizaría sus labores sin algo tan vital y necesario como el agua potable”, así lo manifestó el joven secretario del Sindicato Minera San Alberto de los Vilos, Edison Galdámez (23), quien llegaba a cumplir el turno de noche y se encontró con esa dramática escena en la jornada del 8 de enero, situación que se arrastraba desde el día anterior.
Cada jornada laboral, los trabajadores reciben “dos panes pelados” como dicen ellos o con una mitad de paté, otras veces dos huevos duros como “choca fría” (colación que les debe entregar por obligación la empresa. Este es un requisito de la Dirección del Trabajo para aprobar jornadas excepcionales de 12 horas). Aseguran que siempre todo es mezquino para el esfuerzo diario en sus labores, pero no recibir sus bidones de agua potable es el colmo.
La empresa los obligó a tomar agua de un pozo que está a escasos 200 metros del relave de su minera. Agua que es sacada del Valle Pupío, en la comuna de los Vilos, que está contaminado por el Tranque de relave El Mauro de Minera Pelambres, ubicado a 15 kilómetros aproximadamente. Éste ha generado un alto impacto ambiental y ha perjudicado brutalmente la calidad de vida de la comunidad de Caimanes. Cabe destacar, que ya son dos los fallos de la justicia en contra de la Minera Los Pelambres del Grupo Luksic, gracias a las constantes movilizaciones de la comunidad.
Los trabajadores al verse obligados a beber esta agua que probablemente ha sido contaminada por el tranque (que tiene estroncio, arsénico, oxido de silicio, plomo y otras sustancias contaminantes asociadas a la explotación de cobre), primero intentaron pasar el mal gusto agregando jugo en polvo, otros la hirvieron. Sin embargo, muchos trabajadores pagaron el precio de beber esta agua, que según las pruebas del ministerio de salud es potable, con diarrea.
Frente a esta prepotencia y avaricia patronal, los trabajadores entrantes al turno de noche dieron de plazo hasta las 12 pm para tener sus bidones de agua o no trabajarían. El agua llegó una hora antes del plazo. Sin una respuesta organizada de los trabajadores no habrían podido enfrentar este maltrato a su integridad física y sicológica. Dejando en evidencia una vez más el trato existente entre el mundo público y privado, que con sus entidades fiscalizadoras dan el favor a los empresarios por sobre la integridad de las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora.

Javiera Márquez
Periodista