Sin datos oficiales, el primer ministro que va por la reelección se adjudicaba una "enorme victoria" acompañado por la mayoría de los medios de comunicación.
Martes 3 de marzo de 2020 01:28
"Una enorme victoria" es como describió el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, las elecciones del lunes, mientras su rival de centro-derecha, Beny Gantz, pidió esperar a los resultados finales que aclaren si es posible una mayoría parlamentaria. La mayor parte de los medios locales y extranjeros acompañaban esta propaganda destacando los "resultados" y minimizando que se trataba de encuestas a pie de urna.
Para el régimen sionista resulta importante dar una imagen de legitimidad y buen funcionamiento de su "sistema democrático" ya que las elecciones se dan en el marco de una fuerte crisis política que lleva meses. Es la tercera elección en menos de 1 año, la primera fue en abril y la segunda en septiembre de 2019. En ambas oportunidades Netanyahu se impuso pero sin mayoría parlamentaria (se necesitan 61 diputados) y fue incapaz de acordar una alianza con las demás fuerzas derechistas.
Ahora, y pese a una alta participación que superó el 70%, el escenario también aparece complicado ya que el primer ministro subiría unos 5 diputados respecto de la elección de septiembre, pero no superaría los 37 diputados y con las posibles coaliciones rozaría el número clave de 61 escaños.
"Esta victoria es más dulce que la primera victoria en 1996 (cuando ganó por primera vez unos comicios). Esta es una victoria contra viento y marea", exclamó Netanyahu en la sede electoral ante cientos de simpatizantes que le gritaban: "Te amamos".
Los congregados en la sede gritaron contra el fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit, por el que Netanyahu se sentará en el banquillo de los acusados en dos semanas por causas de corrupción, lo que viene siendo otro fuerte elemento de crisis política para el gobierno. Sus partidarios también coreaban contra la posibilidad de un gobierno de unidad con Azul y Blanco de Gantz que quedaría segundo con entre 33 y 35 escaños.
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"Hace poco hablé con todos los líderes de las facciones de derecha. Lo haremos todo para formar un gobierno nacional amplio que sea bueno para Israel", declaró Netanyahu y adelantó que las reuniones comenzarán este mismo martes.
Un lento escrutinio había comenzado pero el líder del derechista Likud se mostró convencido de que se cumplirán los sondeos a pie de urna. Las predicciones son que, aunque superaría a su principal rival Gantz, Netanyahu no llegaría a formar un gobierno de coalición con sus socios tradicionales, la ultraderecha (Yamina, 7 escaños) y los partidos ultraortodoxos (SHAS y Judaísmo Unido de la Torá, unos 9 y 7).
Por su parte, el Gantz admitió un sentimiento de "pena y desilusión" pero pidió esperar "a los resultados finales porque podrían terminar no siendo diferentes a los de abril", cuando Netanyahu ganó los comicios por la mínima pero fracasó después en su intento de formar gobierno, lo que inició el bloqueo político que dura hasta hoy. "No es lo que queríamos que sucediera. Si estos son los resultados, no es lo que llevará a Israel al camino correcto", reconoció.
Gantz mantendría sus 33 escaños de septiembre, pero queda lejos de poder formar un Ejecutivo con los partidos de centroizquierda, Labor-Guesher-Meretz (7), y el apoyo externo de la Lista Unida (14), que engloba a los partidos árabes.
El cabeza de lista de Azul y Blanco se refirió al juicio que Netnayahu afrontará a partir del próximo 17 de marzo al afirmar que, "independientemente de los resultados de las elecciones, los procesos penales se deciden solo en la sala del tribunal".
Esta situación judicial determinará, además de los resultados electorales, si Netanyahu puede recibir el mandato del presidente para formar gobierno. La primera vez que Israel se enfrenta a este panorama y que tendrá que dirimir el Tribunal Supremo.
