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Red Internacional
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CORDON INDUSTRIAL. Seguridad laboral: el sindicato aceitero de San Lorenzo le lava la cara a las empresas

El SOEA participó de una jornada para presentar un manual sobre prevención y seguridad en el trabajo, junto a los empresarios. Mientras, deja pasar la precarización en la industria agroexportadora, responsable de las malas condiciones en las fábricas y de las muertes obreras.

Jueves 10 de enero de 2019 21:12

A horas de la terrible noticia de la muerte de Fernando Peña tras caer a una fosa con agua hirviendo en la planta de Dreyfus Timbúes, en la página del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo se postea un video sobre seguridad laboral. El secretario general Pablo Reguera aparece orgullosamente hablando del "Manual de Buenas Prácticas en la Industria Aceitera Argentina", surgido de un acuerdo entre empresas, el Ministerio de Trabajo, las ART y el gremio. Una verdadera provocación.

La presentación en cuestión, de la cual participaron funcionarios nacionales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo de la Nación (SRT), representantes de las ART, de las empresas, el equipo del Centro Regional de Higiene y Seguridad, y numerosos delegados y miembros de la comisión directiva del sindicato, se realizó el 21 de diciembre. Es el colmo, se reúnen a discutir nuestra seguridad con los mismos que día a día nos precarizan y son responsables de los "accidentes" en las fábricas, las lesiones y las muertes obreras.

El video recién se publicó el último lunes en la página del sindicato, justo el día en que falleció Fernando. Sin embargo, aún no hay ni un solo pronunciamiento por el crimen patronal que se llevó su vida. Parece ser que el discurso de Pablo Reguera y su preocupación por la seguridad de los trabajadores es nada más que un discurso.

Un sindicato lejos de la realidad de los trabajadores

En la intervención que realizó Reguera frente a empresarios y funcionarios, afirmó que "desde la CGT San Lorenzo siempre le estamos prestando mucha atención al tema de la seguridad". Una frase que no condice con las condiciones de precarización que hoy viven cientos de laburantes del cordón industrial. Sobre todo los tercerizados de las contratistas, que están fuera del convenio aceitero, son los que realizan las tareas más riesgosas y son ninguneados por el gremio que no los reconoce como aceiteros. En otro momento de su discurso el dirigente sindical aseguró: "La responsabilidad más importante que tenemos los que representamos a los trabajadores es la salud". El cinismo de Reguera ciertamente no tiene límites.

Pero entre tantas mentiras que sostiene el secretario general de aceiteros San Lorenzo se le escapa una media verdad: "Sabemos que las empresas están con muchas dificultades, y hoy están pensando en cualquier cosa menos en la seguridad". No, la industria oleaginosa está lejos de sufrir dificultades. Sin ir más lejos la Bolsa de Comercio proyectó la cosecha 2018/2019 en un valor bruto de producción equivalente a 25.500 millones de dólares, y un ingreso de exportaciones de 26.400 millones. El sector de la industria aceitera tiene ganancias exorbitantes.

Lo que sí es muy cierto es que las patronales multimillonarias como Dreyfus, Cargill y Molinos entre otras, poco se preocupan por las condiciones de seguridad de los trabajadores. Lo que le sucedió a Fernando, como a Gustavo López, un joven de 19 años, que murió aplastado por un alud de soja mientras limpiaba una celda de acopio de la empresa Cofco, o a Lucas Coronel, de 21 años, fallecido mientras limpiaba el sector de manipuleo y secado de la cerealera Dreyfus de General Lagos, son sólo algunos casos que expresan brutalmente esta cruda realidad.

La precarización laboral mata: basta de tercerización en la industria aceitera

Más allá de manuales y reglamentos esbozados por el sindicato y las empresas junto al ministerio de Trabajo, la precarización laboral continúa afectando la salud de los trabajadores y cobrándose vidas obreras. Son los tercerizados que trabajan para empresas contratistas los más expuestos a sufrir accidentes, porque son los que padecen las peores condiciones de trabajo. Para garantizar la seguridad es necesario terminar con la tercerización en la industria aceitera, peleando por el pase de todos los trabajadores al convenio aceitero bajo relación de dependencia de la empresa en la que desempeñan sus tareas.

También es necesario poner en pie Comités de Higiene y Seguridad íntegramente obreros, conformados por delegados elegidos en asambleas entre todos los trabajadores de la fábrica, tanto efectivos como contratados y tercerizados. Estos organismos tienen que contar con la facultad de parar inmediatamente cualquier tarea que consideren riesgosa, para evitar que siga habiendo muertes obreras. La burocracia sindical y la patronal ya demostraron que no les interesa la salud ni la vida de los trabajadores. Somos los propios trabajadores los que tenemos que tomar la seguridad laboral en nuestras manos.