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Red Internacional
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TRABAJO Y SALUD. Seguridad social, un derecho humano y laboral que se extingue

La seguridad social está cursando de lo público a lo privado, a la población trabajadora le están despojando de sus derechos elementales, las leyes escritas en el papel no tienen correlación con la realidad que vivimos millones. la constitución pierde su carácter social por una cuestión mercantil.

Miércoles 16 de agosto de 2017

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El artículo 2 de la Ley del Seguro Social dice:

“La seguridad social tiene por finalidad garantizar el derecho a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo, así como el otorgamiento de una pensión que, en su caso y previo cumplimiento de los requisitos legales, será garantizada por el Estado.”

¿Qué tanto se garantiza el derecho a la salud y la asistencia médica?

Según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), para el caso de México el gasto público en salud está por debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y por debajo del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) recomendado en la resolución CD53.R14 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la Estrategia para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud.

Los indicadores básicos en materia de salud, como por ejemplo: las tasas de mortalidad neonatal, la tasa de mortalidad infantil y la tasa de mortalidad materna durante el parto (incluyendo también la presentación de enfermedades infecciosas propias de situaciones de precariedad higiénica como tuberculosis, malaria, dengue y cólera) sitúan al sistema mexicano de salud en un nivel bajo comparativamente con algunos países del Istmo Centroamericano, el Caribe y la región andina, según estadísticas publicadas por la OMS y la OPS por medio de la oficina regional para las Américas, en el 2016.

Situación terrible teniendo en cuenta el nivel de tecnología y avances científicos que en materia de salud se ha alcanzado en el país. Sin embargo, estos avances no llegan a la mayoría de la población, donde parece que se hubiera detenido el tiempo y las comunidades se hallaran extraviadas en una lejana época.

¿Son la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales actuales los necesarios para el bienestar individual y colectivo?

De esto no se puede presumir con un Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) mutilado por las reformas. Los despidos, como los de decenas de enfermeras en Chiapas, apoyándose las autoridades en la incursión de golpeadores del charrismo sindical para quebrar cualquier indicio de protesta ante despidos, carencias y abusos, favorecen la existencia de contrataciones desfavorables para los trabajadores son los principales obstáculos que hoy tiene que enfrentar el trabajador de la salud.

Además de la reducción de la plantilla laboral, la política de reducción presupuestaria del Estado en el sector Salud lleva a la falta de insumos médicos, la desaparición de laboratorios de investigación, la falta de medicamentos, y culmina en la privatización disfrazada de los servicios bajo el nombre de subrogación. Esto último ha dado paso a la existencia de laboratorios y clínicas “chatarra” sostenidas con recursos del Estado y donde además de cobrar los servicios a los derechohabientes, se pone en riesgo su vida como en el caso de las hemodiálisis donde se han reportado defunciones por contaminación microbiana.

¿Y el otorgamiento de pensiones?

Al aumentar el tiempo de servicio de 500 semanas cotizadas de la ley del seguro social de 1973 a las 1250 cotizaciones de la ley de 1997 y al alargar la edad de jubilación hasta los 65 años de edad, se afecta a las generaciones que ingresaron al sistema después del 1 de julio de 1997, ésto sin contar con los millones de trabajadores que no cuentan con ninguna garantía laboral, es decir que una gran parte de la población trabajadora de hoy, (derechohabiente o no de alguna institución como IMSS, ISSSTE o SSA), que desconoce lo que significa la seguridad social. Son millones de personas afectadas y van en aumento.

Hay que enfrentar esta situación

En el capitalismo, las leyes legitiman y legalizan la permanencia de una clase privilegiada en el poder. Es una situación de carácter hipócrita ya que se utiliza el camuflaje de la “seguridad jurídica”, el “estado de derecho” y la ”equidad”, todo en favor de la “paz y cohesión social” para el funcionamiento de “nuestra democracia y la sociedad”, mientras en el territorio nacional es patente la barbarie.

Esta barbarie se manifiesta en las condiciones favorecidas por la crisis internacional que desde 2008 ha estancado la economía mundial. Los patrones, viendo que sus grandes ganancias tienden a decrecer, implementan mediante los gobiernos de turno condiciones más brutales de precarización y desempleo. No contentos con ello, amplian sus activos con la privatización de los sistemas de asistencia social. Como vemos actualmente en el sector salud, donde la subrogación y la reducción de las prestaciones de ley, son un paso previo para para adueñarse, en términos monetarios, del “cuidado “ de nuestras vídas.

Todo lo anterior nos indica que ante el avance de las políticas gubernamentales que están en contra de la población trabajadora, (en este caso en la esfera de la seguridad social) se necesita construir una herramienta que dote a los trabajadores y derechohabientes de la fuerza para impedir la consumación de todos estos ataques y los eche para atrás. Que abrogue las reformas canallas. Sólo con la organización de todos y todas se puede hacer frente a este sistema que nos pretende exprimir hasta la última gota de energía laboral y dejarnos endeudados, enfermos y en la calle.

Acercate al MTS, organicemos comités de hombres y mujeres en la defensa de nuestros derechos más elementales.