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Red Internacional
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UNAM. Seis razones que muestran el carácter antidemocrático de las elecciones en la UNAM

El pasado 5 de abril se realizaron las votaciones para elegir a los consejeros estudiantiles que por un periodo de dos años serán parte del Consejo Universitario de la UNAM.

Martes 10 de abril de 2018

Compañeras y compañeros estudiantes del CCH sur y militantes de la Agrupación Juvenil Anticapitalista decidimos impulsar una candidatura para estas elecciones para que se escucha la voz de quienes luchamos por una universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo.

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De sobra sabemos lo antidemocráticos que son el régimen de nuestra universidad en general y los mecanismos de supuesta representatividad mediante los cuales se eligen a consejeros y representantes.

1. Para empezar nos parece una locura que sean únicamente cuatro consejeros y cuatro suplentes los que deben representar a más de 50 mil estudiantes de todos los CCHs, más cuando no existen organismos de representatividad en cada plantel y los que existen, como los “alumnos enlace”, están completamente controlados por las direcciones de cada colegio.

2. Otro ejemplo de la falta de representatividad en el Consejo Universitario es el caso de los trabajadores, de todas las facultades, preparatorias, CCHs, centros de investigación, etc, sólo pueden elegir a siete consejeros para que los representen. Una completa ridiculez. Pero eso sí, el señor rector, que representa los intereses de los gobiernos en turno y esepecíficamente del PRI, tiene derecho a veto, o sea que tiene siempre la última palabra.

En la universidad y en el CCH se reflejan todas las contradicciones y problemas que existen a nivel nacional y la “democracia” que impone la rectoría no es una excepción. El día de las elecciones nos encontramos con un montón de irregularidades en el proceso.

3. El mismo día de las elecciones descubrimos que sólo los estudiantes de la mañana pueden votar por las planillas del turno matutino y los de la tarde por las candidaturas vespertinas, esto además de limitar nuestras opciones de elección, no estaba especificado ni en la Ley Orgánica, ni en el Estatuto de la Universidad ni en la Convocatoria del proceso. Cuando le pedimos a la Subcomisión local de vigilancia del proceso que nos aclarara este criterio, no tuvieron la más mínima idea de dónde venía señalado o de por qué no se nos avisó con anterioridad.

4. Otro problema grave que identificamos fue que no hay ningún tipo de difusión del proceso de elecciones, ni carteles, ni propaganda, ni información clara para que el conjunto del estudiantado sepa que existe el Consejo Universitario y que es su derecho decidir qué estudiantes lo conforman. Por esto mismo es que desde siempre son las planillas que tienen apoyo de la dirección las que obtienen más votos, no hay mecanismos para que las candidaturas independientes, como la nuestra tengan verdaderas posibilidades de ganar.

5. Por esto decidimos poner una mesa con computadoras en medio de la explanada del CCH Sur el mismo día de las elecciones, donde invitamos a los alumnos a votar por la opción que mejor les pareciera y les explicábamos lo que era el Consejo Universitario y para qué servía. En un momento llegó la Subcomisión de vigilancia a decirnos que lo que estábamos haciendo era ilegal, que los estudiantes sólo podían votar en sala Telmex, donde ellos estaban vigilando. Esto es completamente falso.

¿Por qué sería “ilegal” que los estudiantes generemos los mecanismos que la misma dirección no asegura para que pueda haber un proceso un poco más democrático y representativo de lo que son estas elecciones? Nos dijeron una y otra vez que era responsabilidad de los candidatos informar de que existía la posibilidad de votar en sala Telmex.

¿Por qué sería responsabilidad de los candidatos y no de las autoridades que impulsan este mismo proceso? En éste sólo participó un 4% del estudiantado de los CCHs, nada más lejano a unas elecciones representativas.

Más tarde llegaron cerca de 30 estudiantes, quienes fueron mandados por su profesor a votar la fórmula Álvarez-Castro (o Te quiero CCH), sin conocer ni esa ni el resto de las planillas, sus propuestas ni qué era para lo que en realidad estaban votando.

6. Cuando junto a tres chicas de este grupo denunciamos lo sucedido con la Subcomisión, ésta dijo que “cohesionar el voto no era ilegal” y cuando la presionamos para tomar cartas en el asunto, ésta expuso a las compañeras, las presionó para hablar y hasta le ofreció al profesor denunciado apoyarlo para acusarlas de difamación.