Después de varios meses de negociaciones, los partidos oficialistas esperan tener listas esta semana las candidaturas del bloque. Desde la DC hasta el PC y el Frente Amplio, buscan negociar las municipales. Una vez listas las figuras, recién se va a conversar del programa. Una gran demostración del total oportunismo de una alianza que reúne al amplio abanico de partidos empresariales, socialdemócratas y reformistas.
Lunes 8 de abril
Durante la semana pasada el debate sobre las elecciones de octubre de este año se centró en las observaciones que hicieran el servel y la posibilidad de realizar la elección en dos días. Además, la atención se la llevó el debate sobre la presidencia del Congreso y las alianzas para alcanzar el número de 78 votos para obtener el cargo.
Mientras esto ocurría, por abajo los partidos políticos del oficialismo realizaban todo tipo de tratativas para acordar las candidaturas de las más de 300 municipalidades que hay a nivel nacional. Esta negociación, que involucra a los partidos desde la Democracia Cristiana hasta el PC y el Frente Amplio, comienza a cerrarse y los partidos esperan durante esta semana tener listo la repartija de cargos.
Hasta ahora parece existir un amplio acuerdo en las comunas más alejadas del ajetreo político, mientras la disputa en comunas claves como La Florida, Providencia, Santiago, Maipú, Viña del Mar, Valparaíso, Puente Alto, entre otras, siguen siendo las grandes piedras de tope y justamente donde se baraja la posibilidad de la realización de primarias.
Por lo que se ve en esta negociación el programa y las ideas han pasado a un segundo plano. El oficialismo está negociando con las encuentras en la mano. La figuración las y los candidatos pasan adelante y las ideas, no gracias.
Del programa de gobierno la verdad es que no queda nada, tanto el Frente Amplio como el PC han girado hacia el consenso neoliberal, asumiendo con un pragmatismo desvergonzado, el proyecto concertacionista y mostrándose como los herederos de dichas ideas.
Así se ha visto con la política de seguridad, el fortalecimiento de las policías o en migración. Pero también lo han hecho en torno a la política monetaria, donde Marcel ha podido ajustar las cuentas fiscales a costa de reducir el gasto social sobre todo en educación y salud.
Las últimas semanas esto ha sido más claro aún con la política represiva y sobre todo hacia los pobladores que viven en campamentos no por opción, sino por necesidad. En el país hay un enorme déficit habitacional, que crece aún más producto de la enorme especulación inmobiliaria y el encarecimiento de los créditos hipotecarios, lo que vuelve imposible el acceso a la vivienda digna para la mayoría de la población.
Organizar una política independiente del gobierno y desde la clase trabajadora
Más allá de las definiciones que finalmente resulten de la negociación, todos los partidos y sus candidatos gobiernan para los grandes empresarios. Hoy por hoy, ningún partido con representación parlamentaria e incluso varios de los que están en proceso de legalización están dispuestos a romper el consenso neoliberal.
El Estado es un enorme botin del que todos estos partidos apuestan a sacar su tajada, mientras la clase trabajadora y los sectores populares siguen viviendo con una gran precariedad, con sueldos miserables, con una educación y salud estatal que se caen a pedazos.
Para enfrentar a los candidatos del empresariado, en todas sus variables, es necesario organizar una alternativa política, independiente del gobierno y que esté anclada en la clase trabajadora, con un proyecto socialista y revolucionario que apueste a terminar con este sistema capitalista y neoliberal.
Por eso, desde el PTR, estamos buscando reunir las firmas necesarias para levantar candidaturas que pongan sobre la mesa, demandas como el fin de las AFP, la nacionalización, sin pago, de las empresas estratégicas de recursos naturales como el Cobre, Litio, las forestales, así como los puertos, etc.