La economista y socióloga estadounidense declaró que “La solución es trabajar menos y en estos días la forma más popular para lograrlo es implementar semanas de cuatro días de trabajo” en Congreso Futuro, instancia levantada desde la Cámara del Senado, con el objetivo de debatir sobre las problemáticas actuales para la “ciudadanía” con expertos de distintos países.
Sábado 22 de enero de 2022
A nivel internacional, afirma que posterior a la pandemia los índices de tristeza, preocupación y estrés sólo aumentaron para los trabajadores, pero que Latinoamérica lidera las estadísticas, dando cuenta de la cruda realidad de la explotación e inestabilidad laboral. En particular para Chile, Schor sostiene “El 46% de los trabajadores chilenos reporta estrés diario, el 18% enojo diario y casi uno de cada cuatro reporta tristeza”.
El debate de la reducción de la jornada laboral en Chile
Fue el año 2019 cuando en plena rebelión, la Comisión del Trabajo de la Cámara del Senado se vio forzada a aprobar el proyecto de ley de la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, pero hasta el día de hoy, se encuentra en tramitación en la misma cámara que implementa “Congreso Futuro” sin presentar ningún avance ¡Valla paradoja!
Como bien señala la economista de Harvard, desde el 2019 a la fecha vivimos la crisis sanitaria y económica producto del COVID-19 que generó estragos en los sectores populares a nivel mundial, pero hay que subrayar que la conclusión fue que los ricos se hicieron más ricos, mientras los pobres más pobres, aumentando la desocupación, la inestabilidad laboral, y jornadas laborales que superaron hasta las 45 horas semanales.
¿Es suficiente la modificación de la semana laboral a 4 días?
Lo cierto es que los capitalistas buscan la total libertad para que dejemos nuestras vidas en los trabajos, robarnos hasta el último minuto para aumentar la producción y así, sus ganancias, eso ha quedado demostrado con creces a lo largo de la pandemia, donde jugaron con nuestras vidas como si fueran números para costear sus privilegios exorbitantes mientras el número de desempleados llegaba a cifras históricas.
Hoy hemos visto cómo los sueldos siguen en la miseria, mientras aumenta el costo de la vida y los arriendos superan un sueldo mínimo. Mientras tanto, miles de trabajadores realizan turnos rotativos 6 días a la semana, el subcontrato mantiene la precariedad e imposibilidad de luchar por mejoras básicas y los contratos de plazo fijo condenan una y otra vez a sectores a vivir en la total incertidumbre. Y eso no basta, los capitalistas batallan para mantener constantemente a un sector sin trabajo, un “ejército de desocupados”, donde peleemos por sobrevivir con sueldos de hambre y nos resignemos a no tener derecho a ocio y descanso.
Hoy el capitalismo arrasa con nuestras vidas y el medioambiente para mantener a la clase dominante. Si bien es fundamental reducir la semana laboral, esta debe ir de la mano con la reducción de las horas de trabajo y el reparto de estas con los, las y les desempleades, donde todes podamos trabajar, con el aumento de sueldo base y una planificación racional de la producción que no esté al servicio de los capitalistas, lo que choca directamente con las ganancias de los empresarios.
Y es que esta es una lucha que no puede ser un saludo a la bandera, debe ser librada por los, las y les trabajadores, arrebatada a los empresarios que defenderán sus intereses con garras y dientes. Esta perspectiva, se abre ante el debate de la reducción de la jornada laboral, su implementación y la degradación del medioambiente, el cómo avanzar es una discusión fundamental para el conjunto de la clase trabajadora y los sectores populares, y que debe estar sobre la mesa ante la promesa de Boric en el ministerio del trabajo, que señaló como una clave la reducción de la jornada laboral.