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Red Internacional
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Universidad de Chile. Senado Universitario: ¿Imparcialidad entre Israel y Palestina o apoyo soterrado al opresor?

Este viernes 19 de enero, en la plataforma online de la Universidad de Chile, el Senado Universitario publicó una declaración referente a lo que denominan conflicto entre “Israel y Palestina”. Con un discurso típico del “nunca quedas mal con nadie” y condenas en abstracto “a toda clase de ataque terrorista, como atentados, asesinatos y secuestros”, busca por esa vía nivelar ambas partes. Una declaración digna de cualquier diplomático hipócrita que se llena la boca por estos días para, en los hechos, permitir que siga ocurriendo un genocidio a escalas brutales ante nuestros ojos.

Martes 23 de enero de 2024

Al día de hoy, más del 1% de la población de la Franja de Gaza ha sido asesinada por el Estado de Israel solo desde el pasado 7 de octubre. Esto solo contando con las muertes oficiales, sin tener en cuenta las miles de personas desaparecidas que se presumen muertas bajos los escombros producto de los diarios bombardeos israelíes sobre la población gazatí, el aumento de enfermedades, los desplazamientos, mutilaciones y decenas de miles de infancias que han quedado huérfanas de ambos padres.

Lo hemos dicho en reiteradas ocasiones: es un genocidio televisado a vista y paciencia del mundo, especialmente de los países alineados al imperialismo norteamericano. Frente a este hecho se han hecho las más variadas declaraciones, lamentablemente la mayoría de ellas llegan solo al punto de declarar “buenas intenciones”, sin acciones concretas. Peor aún, muchas de estas buenas intenciones no pasan más allá de la mera apariencia para evitar conflictos.

Este es el caso que vemos con la declaración lanzada por el Senado Universitario este 19 de enero. Vistiéndose con el halo moral del respeto a los derechos humanos y una falsa apariencia de imparcialidad ante el “conflicto Israel y Palestina”, como señala también la Coordinadora por Palestina, la institución de la Universidad de Chile termina “ocultando lo que realmente ocurre en Palestina”.

Y es que tratando de quedar bien con palestinos y judíos (particularmente los sionistas dentro de la Universidad y con los que la Universidad de Chile tiene relación), la declaración del Senado Universitario entra a la discusión prácticamente como si la población de Gaza estuviese en igualdad de condiciones, igualando la situación del opresor con la del oprimido. Y es que el pueblo palestino ha sido desplazado de sus hogares y ha sido puesto en situación de genocidio no solo desde el 7 de octubre, sino que desde 1948 con la venia de los EE.UU. y de Inglaterra, además del resto de las potencias imperialistas occidentales, en conjunto a otras violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Es por esto que decimos que se cubren con un halo moral bajo los derechos humanos.

¿Imparcialidad o victimización del opresor?

Cuando estallaron las movilizaciones del NiUnaMenos el año 2015, denunciando la violencia sistemática hacia las mujeres y en particular los feminicidios, nació a la vez, casi con una rabia intestinal, otra consigna, reaccionaria: “Ni uno menos”. Los defensores más férreos del orden patriarcal salieron a poner a los cuatro vientos un grito que trataba de igualar la situación de los hombres (“también hay hombres que son asesinados”, decían) con la de las miles de mujeres que son asesinadas año a año por el hecho de ser mujeres.

Cuando se popularizó la consigna “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan), denunciando los asesinatos a la población negra en Estados Unidos, particularmente por agentes estatales, otro movimiento reaccionario surgió a su vez: “Blue Lives Matter” (Las vidas azules importan, haciendo referencia al color de los uniformes policiales). Otra vez nos encontramos en presencia de un intento inconsistente de nivelar la situación de los opresores con los oprimidos.

¿En qué se diferencia la posición del Senado Universitario con estos movimientos reaccionarios? En primer lugar, lo más obvio, es que en lugar de hacerle un favor abiertamente a los sionistas, lo hacen de manera soterrada. ¿Cómo la prestigiosa Universidad de Chile, que tanto dice hablar por los derechos humanos, podría hacer algo así abiertamente? Sin embargo, en el contenido la conclusión termina siendo la misma. Es un favor a los sionistas, pero no sincero y abierto, sino pusilánime, tratando de no quedar mal con nadie.

¿Pero qué motivaciones podría tener la Universidad de Chile para no dejar en claro la posición de colonialismo estructural y de largos tiempos que ha actuado sobre la población palestina? En primer lugar, los intereses que mantiene con instituciones y personalidades sionistas. El año 2015, el Grupo de Acción por Palestina publicó el “Informe sobre los vínculos de la Universidad de Chile con universidades israelíes y la colaboración de éstas con la opresión del pueblo palestino”. En este informe se detallaban vínculos oficiales y otros no publicados oficialmente con instituciones sionistas, entre ellas la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Universidad de Tel Aviv, la Universidad de Ben Gurion del Néguev, entre otras.

Supuestamente, algunos de estos vínculos se terminaron, pero al día de hoy no existe claridad de ello hasta el final, de hecho, las universidades anteriormente mencionadas aún mantienen convenios con la Universidad de Chile para realizar intercambios estudiantiles, universidades con participación conjunta del ejército israelí, construidas sobre aldeas palestinas arrasadas y hasta conceptos filosóficos como el de “daños colaterales” desarrollados para justificar el asesinato en masas a civiles, particularmente palestinos.

Donde parecieran no temblar en justificar políticas de exterminio o, de mínima su consolidación, es al apoyar la política de coexistencia de dos Estados. ¿Qué significa esto en términos prácticos? ¿Van a encerrar a la población palestina en la Franja de Gaza, aún más reducida ahora, o en Cisjordania para cerrar un tratado de paz y coexistencia pacífica mientras se permite la existencia del Estado terrorista y teocrático de Israel? Esto sería en la práctica negar el derecho a retorno de la población de origen palestino expulsada de sus tierras desde 1948. ¡Ah! ¡Pero pareciera que ahí se les pasó mencionar los derechos humanos!

Si el Senado Universitario vocifera a medias tintas y escondiéndose detrás de una aparente defensa a los DD.HH. es nada más y nada menos porque sostiene intereses con los sionistas. ¿De qué otra manera se explica que se haya intentado boicotear en reiteradas ocasiones actividades a favor de Palestina organizadas por el Comité de Solidaridad con Palestina UChile? ¿Por qué la justificación fue que no había defensa para ambos bandos luego de que alguna autoridad anónima reclamase aquello?

Nuestra postura, en cambio, es clara. ¡Que la Universidad de Chile rompa relaciones con instituciones sionistas! ¡Que exija al Estado de Chile romper relaciones con el Estado de Israel! ¡Por una Palestina Laica, Obrera y Socialista, donde convivan árabes, judíos, cristianos, ateos y de cualquier credo, como ocurría antes de la expulsión forzada de su población y la instalación artificial de Israel apoyada por el imperialismo!

Las condenas “imparciales” en un conflicto totalmente asimétrico hace décadas no puede ser otra cosa que el apoyo hipócrita y pusilánime a los oprimidos. Aquí de defensa a los derechos humanos no hay más que palabras vacías.