Fue aprobado el plan bajo el que serían “transferidos” cerca de 15 mil telefonistas a la empresa que nacería de la “separación funcional”. ¿Qué “acuerdo” presentaron patrón y dirección sindical sobre la relación laboral y cuál es su propuesta sobre las jubilaciones?
Jueves 23 de enero de 2020
El pasado 17 de enero se aprobó el “esquema de transferencia de personal”, presentado por directivos de la empresa y dirigentes del Sindicato de Telefonistas (STRM) al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Esquema mediante el cual, a más tardar el 31 de este mes, “migrarán” alrededor de 15 mil telefonistas a la nueva razón social “Última Milla Telmex” (UMT), constituida en junio del 2018.
De acuerdo al plan aprobado, la base laboral permanente de UMT estaría conformada por trabajadores que actualmente dependen de empresas “filiales” de Telmex (tercerizados), bajo la figura de “patrón sustituto”. Pero también contará con otro tipo de personal, “externo”, compuesto por la parte de trabajadores de Telmex que serían “transferidos” mediante el esquema de “prestación de servicios”.
Es decir, la parte del personal de Telmex que pasaría a la otra empresa mantendría la relación laboral con su patrón actual y conservaría su mismo Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), solo estaría en la nueva compañía en calidad “subcontratada”. Mientras que los trabajadores que hasta ahora prestan sus servicios a Telmex mediante empresas contratistas (“filiales”), pasarían a UMT como empleados directos, con su propio CCT (precario) y bajo la titularidad del STRM.
A pesar de que en lo inmediato este esquema conserva intacto el CCT de los telefonistas que trabajarían en la nueva empresa, de aplicarse abriría la puerta al patrón para que posteriormente avance sobre las conquistas laborales. Pues UMT pagaría a Telmex por la “prestación de servicios” del personal “transferido” de a acuerdo a lo que este produzca (destajo), pero Telmex continuaría cubriendo su nómina de acuerdo a lo pactado en el CCT; diferencia que el patrón usaría para “flexibilizar” aún más los salarios y prestaciones, haciéndolos depender cada vez más de las “metas productivas” alcanzadas en la nueva empresa.
La discusión sobre las jubilaciones
Desde hace años el patrón y la Secretaria General del STRM argumentan que el “pasivo laboral” de la empresa (jubilaciones y pensiones) viene creciendo, debido al aumento de las jubilaciones y a la reducción de utilidades ocasionada por las restricciones del gobierno. Por esa razón pactaron en el 2008 la primer modificación a la cláusula de jubilaciones, aumentando de 31 a 35 los años de servicio; después, en el 2012, impulsaron el Programa de Permanencia Voluntaria (PPV) para lograr alargar la vida laboral de los trabajadores que ya alcanzan jubilación; y en el 2014 volvieron a modificar esta cláusula contractual, extendiendo la edad jubilatoria de 60 a 65 años de edad.
Actualmente, Slim declara en “números rojos” a Telmex y menciona que existe un “déficit” de 105 mil millones de pesos para cubrir las jubilaciones y pensiones de toda su plantilla de activos y jubilados. Razón por la cual propone, junto al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del STRM, regresar “temporalmente” Telmex a la Bolsa de Valores, usando como base inicial las acciones que los trabajadores compren voluntariamente usando parte de su pensión jubilatoria. De esta manera, explican, se lograría reducir la carga del pasivo laboral y los trabajadores que así lo decidan conseguirían multiplicar su dinero o mantenerlo igual, con una garantía de 5 años en caso de una caída abrupta de las acciones.
Si bien la discusión sobre la crisis de las jubilaciones y pensiones es un tema que a traviesa a distintos Estados y empresas en todo el mundo, su razón está lejos de ser una causa casi “natural” como el “aumento de la esperanza de vida”, tal como lo hacen creer los patrones y gobiernos. Se debe al contexto de crisis y estancamiento que sufre la economía mundial desde su caída abrupta en el 2008, cuyo efecto golpea a todas las economías y empresas del mundo hasta la fecha pero que descargan sobre las espaldas de los trabajadores. Por estas medidas antiobreras, es que vemos a los mismos multimillonarios manteniendo o aumentando sus inmensas fortunas en plena crisis internacional, mientras que la clase trabajadora padece ajustes y recortes que precariza cada vez más sus condiciones de vida.
Lo que no dicen Telmex ni la dirección sindical telefonista, es que la razón principal en la caída de las utilidades de la empresa son las maniobras financieras de Slim y su desinversión de la empresa desde hace años, mediante el consentimiento y la ayuda de la cúpula sindical. Desde que compró Teléfonos de México hasta la actualidad se ha encargado de separar en otras empresas los activos más lucrativos de la compañía - como Uninet, Red Uno, Telcel, Telmex internacional (ahora Claro), REMSA, etc. -, haciéndolos depender de una matriz distinta a la original que concentra todas las ganancias y divide las “pérdidas”(América Móvil). Así como también a propósito frenó el ritmo de las contrataciones para hacer parecer casi “natural” que el número de jubilados crezca aceleradamente y “justificar” no aguantar la carga financiera que esto implica.
Mediante la propuesta - que ya el dirigente telefonista Francisco Hernández Juárez (FHJ) dijo apoyar y ser el primero que vendería su jubilación a la empresa -, el patrón intenta dar un paso importante en la eliminación de una de las clausulas más importantes del CCT. Ya que a pesar de “prometer” que esto sería voluntario y “temporal” - en lo que supuestamente se reorganiza y recapitaliza Telmex en la Bolsa y obtiene su triple play - se trata de una maniobra para avanzar en deshacerse de esta responsabilidad laboral. Estableciendo un modelo jubilatorio parecido al de las Afores pero a través de Telmex, el patrón ahorra capital y lo protege de ser arriesgado en el vertiginoso mercado de valores, usando en su lugar el de las jubilaciones y pensiones de los trabajadores, como hizo para financiar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) usando el dinero para el retiro de millones de trabajadores invertido en afores.
¿Qué salida tiene la base telefonista?
La demanda por la cancelación de la neoliberal “separación funcional” de Telmex cada vez está más ausente del discurso de la dirigencia del STRM, quien ha dicho ya a su base - repitiendo el mismo discurso del gobierno -, que es “imposible” de impedir al ser un mandato federal, mismo que “solo se puede revertir” mediante una resolución de la Suprema Corte o del mismo IFT. De aquí que se haga pasar la separación de Telmex como algo “inevitable” ante lo que aparentemente solo queda “adaptarse para sobrevivir”.
Lo cierto es que el gobierno de López Obrador (AMLO) ha demostrado tener el poder y el consenso suficientes para detener compromisos “heredados” de gobiernos anteriores, a pesar de ser “mandatos federales”, como la cancelación del NAICM o la “abrogación” de la “reforma educativa”. El problema es que estas medidas de corte “semi-nacionalista” solo han sido tomadas para desactivar luchas obreras y populares combativas, como las del magisterio y los pobladores de Atenco, además de que han sido soluciones poco profundas que no terminan por romper con acuerdos neoliberales establecidos, sino solo por modificar los aspectos más “problemáticos” para su aplicación.
A pesar de los discursos “combativos” de los dirigentes del STRM contra la “separación funcional”, en estos tres años que lleva avanzando el proceso no solo no han demostrado acciones combativas que preocupan al gobierno actual o pasado e interrumpan el proceso; por el contrario, amedrentan constantemente a su base con lo “peligroso” que sería tomar el camino de la lucha, desviando sus demandas hacia las instituciones patronales - como la ilusión creada hacía que AMLO cancelaría la política del IFT e incluso eliminaría esta institución - y quiebran su moral argumentando que, los paros y las huelgas sólo afectarían más las finanzas de la empresa y terminarían “dándose un tiro en el pie”.
El STRM tiene el peso suficiente como para presionar a AMLO a cancelar la separación de Telmex, como lo demostró tan solo la acción de los jubilados en su “conferencia matutina” de Palacio Nacional. De otra forma esta en serio será inevitable y permanente, como lo demostró la Suprema Corte votando a favor de la reaccionaria “extinción de Luz y Fuerza del Centro” y del despido de 50 mil electricistas en el 2010. Para lograrlo los trabajadores y trabajadoras de base de Telmex tienen la tarea de discutir, organizarse y obligar a su dirección sindical a defender con hechos sus conquistas históricas, o de lo contrario rebasarla y sustituirla por una verdaderamente independiente del patrón y combativa, como ha ocurrido en otras ocasiones en la historia del sindicato.
La “separación funcional” demuestra ser una política neoliberal encaminada a facilitar la entrada de grandes transnacionales al sector y a “flexibilizar” aún más la mano de obra de los trabajadores en beneficio de las ganancias del cuarto hombre más rico del mundo. La aplicación de esta medida, del “esquema de transferencia de personal” y de la propuesta accionaria para reducir el pasivo laboral, representan una trampa con la que el patrón, con la ayuda de la burocracia sindical, buscan deshacerse de conquistas muy importantes de la base y avanzar en la precarización de su CCT.