Un tema en el que se pone poco el foco: la maternidad en la alta competencia (incluso de deportes que son casi amateur por su infraestructura). La palabra de protagonistas.
Florencia Rincón @globalonet
Lunes 18 de octubre de 2021 00:00
La tenista ganadora de 23 Grand Slam, Serena Williams y las reconocidas futbolistas estadounidenses Alex Morgan y Amy Rodríguez, pudieron convertirse en madres y continuar con su carrera profesional. En el ámbito nacional, las Leonas Belén Succi y Carla Rebecchi; en el fútbol: la arquera de la selección Vanina Correa, Silvana Pipi Peralta (Huracán) y Vanina Preininger (UAI Urquiza), son entre otras, ejemplos de jugadoras que se convirtieron en madres cuando ya se desempeñaban como deportistas.
Ser madre no es una tarea sencilla, requiere de la máxima dedicación, es un trabajo de tiempo completo. Pero ser deportista, profesional, semiprofesional o amateur y al mismo tiempo ser madre es mucho más complejo, sobre todo si no se cuenta con un entorno apropiado.
“Mamá de Olympia”, es la primera frase que utiliza Serena Williams para definirse en sus redes sociales. Ella es madre, tenista y empresaria. La conciliación no es sencilla. De hecho, confiesa sentirse “exhausta y estresada”, con la pequeña Alexis Olympia en brazos, mientras espera turno para saltar a la cancha. “Entonces tengo que salir a jugar y soy yo la que se siente inspirada por todas esas mujeres que lo hacen cada día”, reflexionó en su perfil de Instagram.
Belén Succi supo que estaba embarazada en abril de 2012, a cuatro meses de los Juegos Olímpicos de Londres, sus primeros como titular. La arquera recuerda: “Fue muy difícil. Un hombre dice: ‘Voy a ser papá’ y se va de viaje. Fue muy duro, porque mis sueños eran competir, y ser madre. Puse todo mi foco en ser madre y ser feliz”. Cuando la noticia se hizo pública recibió muchas críticas del mundo del hockey sobre césped, incluso de una de sus compañeras, Luciana Aymar, que declaró ante la prensa que la arquera podría haber esperado 3 meses más.
Para las deportistas profesionales del primer mundo también existen dificultades, como las contractuales y salariales durante el embarazo y maternidad. La atleta estadounidense Allyson Felix, especialista en 200 metros, séxtuple campeona olímpica, explicó los problemas que tuvo con Nike, quienes la patrocinaban cuando quedó embarazada. “Si tenemos hijos nos exponemos a cortes de nuestros ingresos por parte de nuestros patrocinadores durante el embarazo y más adelante también”, declaró al exponer su conflicto con la marca.
“Quedar embarazada es el beso de la muerte para una mujer deportista”, sentenció Phoebe Wright, también corredora estadounidense. Después de esas palabras en público, Nike se vio obligada a revisar las condiciones reservadas a las deportistas durante su embarazo.
El club italiano de voley Pordenone emprendió acciones legales contra la jugadora Lara Lugli, con motivo de su embarazo, aduciendo que le creó un perjuicio económico. Ante la oleada de protestas e indignación, el club finalmente retiró la denuncia.
Un avance para las futbolistas en términos de derechos se logró a partir de finales de 2020: la FIFA pudo imponer la baja por maternidad a los 211 países miembros. Los clubes de fútbol que compitan a nivel internacional deberán ofrecer una baja por maternidad de al menos 14 semanas, ocho de ellas después del nacimiento, remunerada como mínimo con los dos tercios del salario contractual de la jugadora. La FIFA establece las condiciones de la sustitución de la jugadora y de su regreso a la competición para proseguir con su carrera.
A pesar de estas mejoras recientes, muchas jugadoras postergan la maternidad. En el último Mundial de fútbol femenino, Francia 2019, solo cuatro de las 522 jugadoras que participaron tenían hijos. Dos son argentinas: Vanina Correa y Lorena Benítez, madre no gestante.
La AFA, en noviembre del 2019, resolvió que las jugadoras embarazadas conservarán su empleo y remuneración hasta reincorporarse a la actividad. De esa forma el embarazo dejó de ser sinónimo de lesión en el fútbol argentino como era catalogado anteriormente. “En mi caso, tuve dos hijos y siempre tuve mi lugar en el club. No sé si les pasó así a otras jugadoras. Ahora está estipulado en los contratos, y si bien acá estamos atrasadas respecto de las ligas europeas, tenemos algunas cláusulas que nos benefician más que ellas”, destacó Silvina Peralta, histórica jugadora de Huracán.
Con respecto a las becas para las deportistas, en marzo de este año, Inés Arrondo, secretaria de Deportes de la Nación anunció un histórico cambio en el reglamento de becas para deportistas, que reconocerá nuevos derechos tales como: licencia por embarazo, maternidad, paternidad, interrupción voluntaria del embarazo y violencia de género, entre otras.
No son muchas las deportistas que expresan abiertamente que postergaron la maternidad hasta el momento de finalizar su carrera. Resulta un tema tabú, una de las consecuencias de postergar la maternidad es la dificultad para quedar embarazada, como lo explica Esther Vivas en su libro Mamá desobediente.
Luciana Aymar, hoy es madre de dos hijos, en su momento dijo: “Buscar un hijo y no lograrlo es una situación difícil, no sabés cómo manejarlo. Al principio tenés la ilusión y pensás que todo va a salir bien. Después, pasan los meses, te volvés impaciente, y te cuestionas por qué no sucede y por qué te pasa a vos. Eso, tarde o temprano repercute en la salud”. Lucha fue mamá por primera vez a los 42 años, y contó que congelo óvulos para un segundo embarazo. Fue madre por segunda vez este año a sus 44.
Ser deportista amateur y ser madre
En marzo se hizo viral en las redes una foto de una jugadora de básquet amamantando a su hija en el entretiempo de un partido de la Liga Femenina. Al respecto la protagonista, Antonella González, base de Tomás de Rocamora (Concepción del Uruguay) dijo: “La verdad es que me sorprendió que algo tan natural como es amamantar generara tanta repercusión”.
“Muchas mujeres deportistas no vuelven a jugar por no poder organizarse o no tener con quien dejar a sus hijos, somos nosotras las que ponemos el cuerpo. Es importante que se vea y se aliente a las deportistas a pensar que se puede ser madre y jugadora, sin descuidar nada”, expresó la jugadora.
Florencia Porcires es jugadora de futsal de Independiente que compite en la categoría A de AFA, y como la mayoría de las jugadoras, empezó a jugar con varones. La capitana del Rojo fue mamá en enero, y cuando supo la noticia se puso muy feliz. Con respecto al futsal pensó que iba a tener tiempo para volver, ya que tiene 27 años: “El club y el DT nos felicitaron y a la vez no, porque perdían la capitana, pero lo supieron manejar bien”, reflexionó la delantera.
Es difícil poder lidiar con todo, trató de entrenar durante el embarazo, pero al final decidió dedicarse a disfrutar de la panza. A su regreso al entrenamiento, y luego de dos meses del nacimiento de su hijo contó: “Es complicado si no tenés ayuda, mi familia se queda con mi bebé cuando voy a entrenar. Desde el club lo entienden, y si tengo que faltar a un entrenamiento, hay empatía”. Con respecto al físico siente los cambios. Por ejemplo, en sus rodillas, por los 20 Kg que subió en el embarazo, y el calzado que tenía antes no le sirve: “Cuesta, pero si una se pone en la cabeza que puede se logra”.
La jugadora del Rojo trabaja por las mañanas hasta las 14 Hs y entrena por la noche, y dice que no podría jugar fútbol 11, ya que la gran mayoría de los planteles entrenan por la tarde: “El hecho que el deporte sea amateur hace que muchas mujeres posterguen su maternidad, ojalá que cada vez sean menos. No hay que mirar mal a una mujer que deja a su hijo con el padre ¿Por qué un padre puede ir a jugar al fútbol sin problemas y una madre no?”.
* Nota publicada originalmente en el sitio Globalonet.