Hace dos semanas se abría el proceso de ejecución de la sentencia de prisión para Sergi Hernández, un joven antifascista y afiliado al sindicato anarcosindicalista CNT -Confederación Nacional del Trabajo-. Los poderes judiciales lo condenan a tres años por participar en una manifestación antifascista contra un concierto nazi.
Martes 28 de julio de 2015
Fotografía: LID
El pasado miércoles, al finalizar uno de los numerosos actos de la campaña que junto a su grupo de apoyo #SergiLlibertat llevan a cabo para denunciar su caso, entrevistamos al propio Sergi para darle voz.
Un caso de represión que se enmarca en la cruzada represiva que está profundizando el Gobierno del Estado español contra miles de jóvenes que luchan por sus derechos y libertades democráticas.
¿Por qué te imponen una condena de 3 años de prisión?
Tengo una condena de tres años de prisión impuesta por el Tribunal Supremo frente a un recurso de la condena inicial de dos años que me impuso la Audiencia Provincial de Barcelona el octubre de 2014. Todo esto empezó por participar en una manifestación antifascista el 12 de octubre de 2011 que protestaba en las puertas de un concierto neonazi el día de la Hispanidad. El día de la Hispanidad en Barcelona los movimientos antifascistas, anticapitalistas y pro derechos humanos siempre salimos a manifestarnos contra lo que significa y ha significado el genocidio causado por España en Latinoamérica.
Ese año convocamos una manifestación para protestar contra el concierto y hubo una serie de disturbios. Un conocido neonazi, Alejandro Fernández, miembro de ‘Plataforma por Catalunya’ fue herido en la cabeza con el resultado final 18 puntos de sutura y 200 días de hospitalización. Esas lesiones graves fueron constitutivas de un delito de lesión con agravante de odio ideológico por el cual fuimos condenados Rubén y yo a dos años de prisión. Posteriormente el neonazi recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo español aumentando a tres años la sentencia inicial. Al ser una pena mayor de dos años se hará efectiva la entrada en prisión en cuanto salga el proceso de ejecución.
¿En qué punto está hoy el proceso?
Como la sentencia es firme ya no cabe opción a recurso, entonces para dilatar la entrada en prisión y como única opción para salvarme ha sido pedir el indulto. Con el apoyo de la campaña que hemos hecho de #SergiLlibertat, gracias a todos los colectivos sociales, organizaciones políticas de izquierda y sindicatos hemos enviado un indulto colectivo bastante importante en mi favor firmado por todos.
Después del indulto, hemos pedido a la Audiencia Provincial que suspenda la entrada en prisión momentáneamente hasta que se resuelva el indulto. Si no me lo concedieran se abriría de nuevo el proceso de ejecución de la condena y entonces no habría ya ninguna posibilidad.
Para pedir el indulto hay que asumir la pena, yo asumo que fui a una manifestación, que combatí al fascismo y que agredí a un fascista por el hecho de serlo. Sin embargo, el indulto lo concede el ministerio de justicia, como medida de gracia mediante el Consejo de Ministros si coinciden en que ya no eres un problema para la sociedad y no estas desestructurado.
¿Qué opinas de la impunidad con la que actúa el Gobierno ante eventos de carácter fascista y xenófobo?
Ningún gobierno del mundo lucha para derrotar el fascismo, más bien lo utiliza para mantener sus intereses de clase y su poder para reprimir a las clases populares cuando hay un empoderamiento del proletariado contra el capitalismo y se expresa en un proceso revolucionario, entonces el Estado utiliza el fascismo para defender sus intereses. Todo gobierno es autoritario y el fascismo es la herramienta de la autoridad para luchar contra los revolucionarios.
Los fascistas son los perros de presa del capitalismo. Si los poderosos tienen las cosas por la mano serán menos permisivos con el fascismo, pero cuando el poder se le va de las manos como se está viendo en Grecia, salen los partidos nazis como tercera fuerza en el Parlamento para revertir todo ese empoderamiento de la sociedad.
¿Y los poderes judiciales? Hace unos días salió la noticia de que el asesino de Guillem Agulló era absuelto de un caso de difusión de propaganda nacionalfascista y venta de armas
Pues sí, el mismo tribunal que me condena a mí a tres años, absuelve de todo cargo a unas personas a las que les han encontrado todo tipo de armamento del ejército, revendiendo en el mercado negro y con todo un historial de agresiones y asesinatos como la muerte de Agulló. Pero tampoco me sorprende, nos quieren hacer creer que hay una división de poderes que es mentira en la práctica, todo poder va ligado.
Un caso destacable para ver que no hay división de poderes y que desde el Estado utilizan la misma maquinaria, es que a mí en teoría me condena un juez imparcial, pero una vez vaya a la cárcel el juez que hace mi seguimiento es un juez político, un juez de vigilancia penitenciaria que no depende de la carrera judicial sino de la carrera política dependiente del gobierno de turno. El poder judicial es simplemente una justificación del Estado. La justicia no es igual para todos, quien tiene dinero no entra en prisión y quien no tiene dinero no sale.
La cárcel es una forma de castigar a la disidencia política y económica, un castigo para los que atentan contra la propiedad privada y el poder establecido.
¿Crees que en tiempos de crisis las ideas nacional-fascistas pueden tener un mayor caldo de cultivo en algunos sectores de la sociedad? Al estilo de Aurora Dorada en Grecia
Así es, y no solo en tiempos de crisis. El fascismo en el Estado español es algo perpetuo, venimos de una dictadura franquista donde no se ha depurado ni se ha eliminado nada de lo que suponía el régimen franquista.
Al final de la dictadura y principios de la Transición hubo muchas protestas en la calle y una revuelta social increíble, pero al final ellos no perdieron nada. Después llegaron los pactos de la Moncloa donde la traición de los partidos de izquierda supuso la aceptación de la monarquía y de todo el aparato fascista del franquismo. Esto provocó que siguieran existiendo grupos falangistas y demás con la pistola en mano disparando a sindicalistas y manifestantes como los cinco muertos en Vitoria-Gasteiz durante las primeras asambleas de trabajadores.
Esa es la herencia que estamos recibiendo junto a la permisividad de las instituciones judiciales. Creando un caldo de cultivo en el que rápidamente se culpa al chivo expiatorio que en este caso es la inmigración, de todos los males del Estado y seguir así perpetuando el sistema. El racismo es una forma más de división que nos imponen los de arriba, igual que el nacionalismo o el fútbol.
¿Tienes alguna esperanza en la petición de indulto que habéis presentado?
En principio ninguna, pero he recibido mucho apoyo y no lo dejaremos de intentar. Esto además ha servido para remarcar que mientras un tribunal absuelve a los fascistas que mataron a Agulló a nosotros se nos combate.
¿Cómo has llevado estos casi cuatro años de proceso inculpatorio?
Al salir de los calabozos hacia la fase de instrucción estaba tranquilo, como una instrucción más de tantas que hay y las seguirá habiendo, ya que hay una gran disidencia social y una organización para luchar contra el capitalismo.
Pero luego paso a una solicitud de prisión de cinco años y medio en 2014, dos años después de comenzar todo el proceso. Y ahí es cuando empieza la verdadera preocupación, entendiendo que con esas penas de prisión tan elevadas puedes acabar en la cárcel. Entonces es cuando ponemos en marcha toda la campaña solidaria desde la CNT, junto a la izquierda independentista y otras organizaciones de izquierda por mi absolución.
Después preparamos bien el juicio y llegó la pena, dentro de lo malo son solo dos años y no tengo que entrar en la cárcel, entonces más o menos estoy un poco calmado. Pero luego ya viene la sentencia del Supremo aumentando en un año la condena de prisión. Siempre me he puesto en lo peor, sabía que me iba a juzgar un tribunal político, y lo vas asumiendo.
Ahora que es inminente la entrada me siento con mucha fuerza, tengo apoyo de todos los que me quieren y de la gente que milita conmigo. Ellos son los que me dan fuerza para seguir adelante y tener la cabeza bien alta, ya tendré tiempo en la cárcel de hundirme o de estar triste y echar de menos la libertad, pero mientras la tenga hay que ser fuerte.
¿Crees que todo tu proceso y condena está enmarcada en la actual cruzada represiva que criminaliza a tantos luchadores? Y ahora más con la entrada en vigor de la Ley Mordaza
Pues sí, evidentemente. Desde el poder establecido hay una criminalización a quien lucha contra el sistema y una permisividad que lo defiende. El fascismo es una herramienta de los poderosos para perpetuar su sistema, y los anticapitalistas y antifascistas somos esa gente que nos queremos organizar para cambiar el mundo. Somos como los revolucionarios del ’36 que nos alzamos contra el golpe de estado e iniciamos el proceso revolucionario, entonces el poder y el Estado te van a reprimir.
¿Cómo has intentado combatir esta cruzada? ¿Has tenido apoyo de la sociedad?
No dejando de militar y concienciándome. Decidimos enmarcar la campaña de denuncia sobre mi caso en una campaña más amplia y combativa sobre la lucha contra el fascismo.
Es un proceso duro, tanto todo el proceso que he pasado como los años próximos que me tocan, pero hay que afrontarlo con entereza. Cuando luchas sabes a quién te enfrentas y a qué te expones. La gente que nos organizamos sabemos que podemos ser apaleados, detenidos y encarcelados, es algo que asumes cuando empiezas a militar. La gente no puede ver que te vienes abajo y que tu vida se pierde, porque así se pierde todo el sentido de la lucha. En ese sentido enorgullecerse y no bajar la cabeza es básico para el movimiento antifascista.
He tenido mucho apoyo. Desde la sociedad he sido visto como una persona que se manifiesta por los valores de la tolerancia y el respeto. Las cartas de indulto también manifiestan el apoyo de la sociedad civil.
El caso de Alfon tiene similitudes con el tuyo ¿Qué relación tienes con el joven bukanero encarcelado?
Sí, tenemos relación. Lo conocí antes de entrar en prisión en algunos actos anti-represivos que hicimos juntos. El grupo de apoyo #AlfonLibertad ha hecho una faena muy buena y con mucho apoyo.
Conozco bien el caso, Alfon me explicó que lo que quería la policía era que inculpara a compañeros suyos del colectivo de los ‘Bukaneros’ que ya estaban siendo muy seguidos por la propia policía. Él no quiso ser un chivato y afrontó la pena igual que la afronto yo.
Son casos de similitud de represión a personas concienciadas en un auge de organización de luchas y conflictividad que ellos quieren atajar con la única forma que conocen. Sus líneas represivas dependiendo del punto revolucionario en que se encuentre la sociedad pasan de las detenciones y palizas, a la encarcelación y tortura y en mayor grado violaciones de derechos humanos y asesinatos.
A raíz de la entrada en prisión de Alfon, su madre y yo hablamos mucho, además de ayudar a la mía con el tema de apoyo de familiares a presos. Ella me cuenta que habla con él por lo menos dos o tres veces a la semana, le pone al día de mi caso y le manda los ánimos que le mando yo desde fuera. Su madre se ve también muy identificada en mi caso y en mi madre.
La solidaridad que recibimos está siendo muy parecida también. El apoyo que está teniendo Alfon y más desde que ha entrado en la cárcel yo también espero recibirlo, y agradecer desde ya el que he recibido, que ha sido mucho. Todo eso nos une y nos hace seguir en la lucha.
Por último ¿Qué mensaje enviarías a tantos jóvenes que como tú están en procesos condenatorios?
Diría que no hay que agachar la cabeza, hay que seguir en la lucha y estar orgulloso. Aunque son procesos muy duros psicológicamente y a veces te puedes venir a bajo porque ves tus días en la cárcel, no hay que pensar que es el fin del mundo. En mi caso son tres años, en el de Alfon cuatro, otros serán seis o siete años pero intentaremos salir con el tercer grado para seguir con nuestra vida y que no sufra la gente que nos quiere. Tenemos que estar orgullosos de lo que hacemos.
Si nos vienen a detener y encarcelar significa que estamos haciendo las cosas bien y les estamos causando problemas. Esta es la lucha que hemos decidido contra el sistema capitalista para intentar cambiar las cosas. Seguimos adelante, la represión no nos parará.