La Plata. Sergio “Lolito” Regueiro: “Hace un mes mataron a mi viejo y nadie se hace cargo de nada”
En una extensa conversación con La Izquierda Diario a un mes de la represión de la Bonaerense en la cancha de Gimnasia, el hijo de Lolo Regueiro no se guarda nada. Los problemas de la causa judicial, una autopsia incompleta y la camiseta ensangrentada sin peritar. El maltrato de Berni a la familia. El engaño de la dirigencia del club. El recuerdo de su padre y una nueva movilización por justicia.
Hace pocos días la familia de César “Lolo” Regueiro denunció públicamente que Martín Almirón, titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) 8 de La Plata, sería obligado a dejar la causa en la que se investiga la brutal represión de la Policía Bonaerense contra miles de hinchas de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Los hechos ocurrieron la noche del pasado jueves 6 de octubre, y producto de la violencia policial perdió la vida Regueiro (de 57 años) mientras otros hinchas sufrieron graves heridas. Entre ellos Rodrigo Arballo, quien perdió uno de sus ojos.
El apartamiento de Almirón del expediente se confirmó este viernes. Según fuentes judiciales, el mismo fiscal se excusó de seguir a cargo de la investigación tras recibir presiones de los abogados de uno de los policías procesados, quienes lo acusan de ser hincha del “Lobo” y tener una supuesta “animosidad” contra su defendido. “Eso me va a jugar en contra, acá hay muchos intereses políticos e institucionales”, habría manifestado antes de tomar la decisión.
“Para nosotros Almirón venía trabajando bien”, dice Sergio “Lolito” Regueiro en conversación con La Izquierda Diario al cumplirse un mes del asesinato de su papá. Aún masticando bronca y sin poder hacer el duelo, la familia reclama justicia y denuncia que el entramado contra el que debe luchar es muy poderoso. “Algunos llaman y dicen que se ponen a disposición, pero ninguno pone sobre la mesa lo que hay que poner”, afirma indignado el joven de 32 años.
La causa se tramita en el Juzgado de Garantías 6 de La Plata a cargo de Agustín Crispo. Tras el corrimiento de Almirón, el juez derivó el expediente a la UFI 5 que comanda el fiscal Juan Menucci. Y recién este viernes, 29 días después de los hechos, el magistrado aceptó como querellante a la familia, con lo cual recién ahora podrán acceder a las cientos de fojas que integran el expediente.
Lo mismo aguarda la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que solicitó ser incorporada como querella institucional. Llamativas demoras que terminan siendo una señal de privilegio para la Policía Bonaerense, el ministro Sergio Berni y el gobernador Axel Kicillof, quienes sí pudieron intervenir en la causa desde el principio.
En una extensa conversación con este diario, Lolito Regueiro responde a cada pregunta con claridad. La charla se produjo pocos días después de que vecinos del barrio El Churrasco (donde vive la familia) se manifestaran en el acceso a la Autopista La Plata-Buenos Aires con la consigna “no fueron incidentes, fue represión” y a horas de una nueva manifestación este domingo en Plaza Moreno, al cumplirse un mes del crimen de su padre.
¿Cómo está la familia a un mes de los hechos?
Tristes, con la impotencia que nos genera todo lo sucedido. Pero lo más importante es que estamos todos juntos y tirando para el mismo lado.
¿Qué saben de lo que pasó con el fiscal Almirón? ¿Qué les dijeron?
Nos dijeron que lo habían cuestionado porque, supuestamente, al ser hincha de Gimnasia no se iba a tirar contra el club o cosas por el estilo. Para nosotros venía trabajando bien. Ya habían pasado veintipico de días de la muerte de mi viejo cuando mi mamá y mi señora fueron a verlo para preguntarle por qué aún no nos habían aceptado como querellantes. Ahí él les comentó que seguramente lo iban a sacar de la causa.
¿Tanto tardaron en aceptarlos como particulares damnificados?
Sí, increíble. Recién este viernes nos dijeron que nos aceptaron como querellantes.
¿Saben el por qué de la demora?
Nos dijeron que fue porque había un montón de gente que quería presentarse como querellante, incluyendo al club y a gente de derechos humanos. Cuando la semana pasada los abogados nos dijeron que aún no estábamos aceptados nos dio mucha bronca. Por eso con mis tíos salimos a hablar por todos los medios denunciando eso. Parece una tomada de pelo. ¿Cuánto tiempo se les dio a la Policía y a Berni para que embarren la cancha?
Ustedes presentaron al Juzgado la camiseta que llevó puesta Lolo esa noche, que tiene rastros de sangre. ¿Quieren que se perite y se determine por qué esa sangre está ahí?
Claro. Nosotros nos quedamos con la ropa que tenía mi viejo puesta esa noche. Al principio, en medio del dolor, estando toda la familia shockeada, no nos dimos cuenta de esas manchas. Al otro día del entierro uno de mis tíos me dijo ‘sobrino, yo quiero una de las camisetas de Lolo’. De corazón le dije que le daba la última que usó. Cuando mi cuñado la fue a buscar al auto, donde la había dejado con otra ropa que le dieron en la funeraria, vimos todas esas manchas. Fue un baldazo de agua fría. Ahí decidimos llevarla al Juzgado para que la permiten.
¿De dónde sospechan que salió esa sangre?
Estando mi viejo ya fallecido en el Hospital San Martín, mi hermana le tocó la cabeza, pasó la mano por la parte de la nuca y cuando la retiró la tenía llena de sangre. Hay gente que se acercó a decirnos que vio cómo, después de eso, le ponían un parche en la cabeza. Gente que ya nos dijo que está dispuesta a declarar lo que vio. Creemos que acá se están ocultando muchas cosas.
¿Y la autopsia qué dice de esa herida en la cabeza?
Nada, nada. En la autopsia no se describe ningún golpe en ninguna parte del cuerpo. Sólo dice que murió por un paro cardíaco no traumático. Yo digo que, suponiendo que se hubiera caído y se golpeó sin que nadie le hubiera hecho nada, eso tendría que figurar en la autopsia. Pero acá no hay nada de eso asentado. ¿Entonces de dónde salió esa sangre?
Van a pedir una nueva autopsia?
Sí. En ese momento de desesperación, de idas y venidas, estábamos muy shockeados, por eso no pudimos darnos cuenta de todo. Si no, hubiéramos puesto hasta un perito de parte. Ahora que vemos todo esto y que ya nos aceptaron como querellantes, vamos a pedir una nueva autopsia. Sabemos que una bala de goma disparada a corta distancia, pegando en la cabeza te puede matar. Por eso queremos saber de dónde salió la sangre que tiene la camiseta y qué heridas hay en el cuerpo de mi papá.
¿Tuvieron contacto con Rodrigo Arballo, que perdió un ojo por la represión?
Con él nos conocemos de compartir idas a la cancha. Él laburaba con la mamá como transportista. Sabemos lo que está pasando y estamos en la misma situación. No hay palabras.
“Nos mienten en la cara”
Según algunas fuentes judiciales, la camiseta que usó esa noche Regueiro ya fue enviada a la Asesoría Pericial de La Plata para el análisis de las manchas hemáticas y otros posibles rastros que sirvan para la investigación. Algo que debería haberse hecho de entrada, sabiendo de lo que significa el paso del tiempo en causas como éstas. Mientras tanto, en este mes la familia de Lolo no recibió más que provocaciones. Del Gobierno provincial, del Poder Judicial y hasta de la dirigencia de Gimnasia y Esgrima La Plata.
¿Cómo es la relación con la dirigencia de club?
No tengo nada contra ellos, pero nos mintieron en la cara. Yo le pedí al presidente Gabriel Pellegrino si nos podían facilitar las grabaciones de las cámaras de la cancha. Me dijo que sí, que me quedara tranquilo. Cuando me entregaron el disco rígido con, supuestamente, todas las filmaciones, me pasé la noche mirando cámara por cámara. Pese a lo duro que sabía que iba a ser, esperaba ver el momento en que cayó mi viejo. Quería saber cómo fue. Pero me dieron las imágenes editadas. A mi papá nunca se lo ve entrando ni saliendo. Las cámaras estaban fijas, pero en el horario que calculamos que mi papá entró a la cancha, justo la cámara se mueve y apunta para otro lado. Me dio mucha impotencia. Capaz a la Justicia el club le entregó todo, pero a mí me dieron los videos editados.
Ustedes tuvieron una reunión con Berni. ¿Cómo fue?
Berni es otro mentiroso. A los pocos días de la muerte de mi papá nos recibió en su oficina de La Matanza. Nos mandó tres autos para que fuera la familia. Apenas llegamos se sentó al lado mío y se puso el cronómetro en el reloj, como queriendo demostrar que nos iba a atender por tiempo. Un maleducado. Queríamos saber qué tenía para decirnos, pero de entrada empezó a hablar contra el club, que se habían revendido entradas, que había mucha gente. Sobre lo que hicieron con mi viejo, nada. Le dije que para mí había una interna policial o le quisieron hacer una cama a alguien y se les fue de las manos. Porque la gente de Gimnasia no estaba haciendo nada, sólo se estaba ahogando y quería salir. Y le dije que quería saber qué pasó con mi viejo.
¿Qué te respondió?
Nada. Sólo dijo que habían identificado al policía que disparó el primer gas, uno del grupo GAD. “Es un tarado”, dijo. Ahí salté y le dije “entonces fueron todos unos tarados”, porque tiraron cualquier cantidad de gases y balas de goma. Le pregunté por qué cerraron las puertas. Me dijo que no habían sido ellos sino el club. También le pregunté por qué habían tirado gases por abajo de los portones de la cancha, algo que todo el mundo vio en videos. “No los vi”, respondió. Mi hermana sacó el celular y se lo mostró. Se quedó callado.
¿Sobre sus dichos respecto a que tu papá tenía problemas del corazón qué les dijo?
Después de escuchar sus “explicaciones”, le pregunté por qué había salido a mentir así, si había visto alguna historia clínica de mi viejo para decir eso. “No, no, a mí me informó gente de Salud”, me dijo. Una tomada de pelo. Encima había otro hombre al lado suyo que no se había presentado. Pensamos que era algún secretario suyo o algo así. Resulta que era (Eduardo) Aparicio, el de Aprevide (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte, dependiente de la Policía Bonaerense, NdR).
¿Cómo es eso de que no se presentó?
Cuando llegamos nadie dijo quién era. Sólo estaba al lado de Berni con varios cuadernos y fotos. Mientras Berni hablaba, sin decir nunca quién era, nos empezó a mostrar fotos de las cámaras de seguridad donde se veían las puertas de la cancha llenas de gente. Decía “ahí es donde se originó el problema”. Pero en las fotos se podía leer que eran imágenes de las 20:50. El partido empezaba a las 21:30, era lógico que 40 minutos antes hubiera mucha gente para entrar. Encima nos mostraba fotos de una puerta y decía que era otra, como si no conociéramos la cancha. Recién cuando terminamos la reunión me dio la mano, me entregó su tarjeta y me dijo “yo soy Aparicio de Aprevide”.
¿Qué sintieron en ese momento?
Que nos estaban subestimando y creyeron que podían mentirnos en la cara. Yo en política ni cabida, pero le dije que mi papá era peronista, que toda la familia lo es y que los votamos confiando en ellos, en que iban a hacer las cosas bien. Y que lo que esperábamos era que nos mirara a los ojos y nos dijera “vamos a hacer justicia por Lolo”. En cambio, nos mentían. Para hacerla completa, en un momento Aparicio preguntó qué podían hacer “en honor a Lolo, para sanar un poco esto”. Y como un rato antes mi hermana les había dicho que es policía, le ofrecieron ir a trabajar con ellos. Querían arreglar. Salté y les dije que se estaban equivocando y que si tenemos que ir contra ellos para tener justicia por mi papá, vamos a ir contra ellos.
¿Después de eso no hablaron más?
Nosotros no quisimos saber más nada. Recién la semana pasada, a raíz del corte de la calle que hicieron vecinos del barrio por justicia para mi papá, nos volvieron a llamar. Me habló Pablo Fernández, uno que labura con Berni, diciéndome “Lolito, ¿qué están haciendo? Tengan cuidado”.
Sergio cuenta que su padre era muy conocido no sólo en el ambiente “tripero”, como hincha “de toda la vida” del club, sino también en importantes sectores del peronismo platense. Como trabajador municipal durante la larga intendencia de Julio Alak (16 años) y de su sucesor Pablo Bruera, tejió muchas amistades y vínculos. De allí la conmoción que causó su muerte, al punto que encumbrados funcionarios del Frente de Todos llegaron a pedir públicamente la renuncia de Berni, algo que no hicieron frente a otros aberrantes casos de violencia policial ocurridos en la provincia desde diciembre de 2019.
Sin haberlo imaginado nunca antes, la familia Regueiro ahora se enfrenta a todo tipo de maniobras, mentiras y traiciones.
¿Por qué pensás que, ante tanta evidencia de cómo fueron las cosas, busquen ocultar todo?
No lo sé. Lo que sí sé es que esta pelea es contra el poder. Mi viejo era muy conocido, trabajó 28 años en la Municipalidad de La Plata y gracias a eso tenemos muchos allegados. Algunos llamaron diciendo que se ponían a disposición. Pero ninguno quiere poner sobre la mesa lo que hay que poner para hacer justicia. Ocultan todo. Si nosotros no salíamos la semana pasada con mi tío a denunciar lo de la autopsia y la camiseta, nadie lo iba a hacer. Por eso sabemos que va a ser difícil. Pero no vamos a parar hasta conseguir justicia.
Contabas que el otro día la gente del barrio salió a cortar la autopista por justicia
Sí. No fue la familia la que organizó la movida, sino mucha gente del barrio que quería mucho a mi viejo. Se enteraron lo de la camiseta con sangre, de las faltas de respuesta y les dio mucha indignación. Por eso nos acercamos a donde estaban manifestando, para agradecerles a todos los vecinos el gesto que tuvieron por mi papá.
¿Qué van a hacer este domingo?
Estamos convocando para las 19 a todos los que quieran manifestarse, pacíficamente, que lleven la camiseta del club que quieran, para pedir justicia por mi papá. Nos juntamos en Plaza Moreno.
¿Cómo lo recordás a Lolo?
Éramos felices con mi viejo. Todavía no pude hacer el duelo. Recién ahora me estoy poniendo a pensar y me está cayendo la ficha de que no lo voy a ver nunca más. Pienso cómo contarles a mis cuatro nenas quién fue su abuelo, que tenía mucha vida por vivir pero no lo dejaron. No hay plata ni nada que me lo vaya a devolver. Yo quiero justicia.
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc
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