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Red Internacional
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Brasil. Sergio Moro justificó ante el Congreso sus acciones autoritarias en el Lava Jato

En el Senado afirmó que los diálogos que se filtraron con sus presiones para acusar a Lula, no demuestran su parcialidad.

Jueves 20 de junio de 2019 17:50

El ex juez y actual ministro de Justicia de Brasil, Sérgio Moro, aseguró ante la Comisión de Constitución y justicia del Senado, que las supuestas conversaciones divulgadas por el sitio The Intercept Brasil, entre él y fiscales de la Operación Lava Jato constituían un ataque sensacionalista hacia su trabajo.

Es evidente para todo el país que Sérgio Moro actuó políticamente para evitar que Lula participara de las elecciones en 2018, en base a un proceso judicial arbitrario, garatizando el camino libre para que los políticos que él prefería tuvieran chances de ganar los comicios, lo que ocurrió con la victoria de Bolsonaro que luego nombraría a Moro como ministro de Justicia.

Es lo que quedó al desnudo con las filtraciones, y que Esquerda Diario ya denunciaba desde el proceso de impeachment contra la expresidenta Dilma Rousseff en 2016. Una ofensiva golpista, que pretendía derribar el régimen político surgido en 1988, para imponer una nueva correlación de fuerzas en el país, que fuese capaz de retirar los derechos más básicos que los trabajadores conquistaron, como podemos observar en la reforma laboral aprobada en el gobierno Temer y el intento de reforma de la previsión que se debate actualmente.

El actual ministro de Justicia de Bolsonaro, busco hacer pasar su actuación como imparcial. "No hay ninguna convergencia entre el Ministerio Público y el juicio" aseguró. "No es raro que juegue con promotores, abogados, policías, no es raro que reciba a los fiscales y se converse sobre diligencias, es absolutamente normal" demostrando la naturalidad con la que distintos sectores del Poder Judicial actúan en común.

Moro buscó defenderse ante los senadores asegurando que “se intenta crear una situación de escándalo que en el fondo es inexistente”, además, calificó las filtraciones de revanchismo. “Pensé que saliendo de la magistratura y al asumir una posición de ministro, ese revanchismo, esos ataques a mi trabajo como juez que enfrentó la corrupción aplicando la ley, se acabarían. Pero por lo visto, me equivoqué”, afirmó ante el Senado.

“Hubo una invasión criminal [de teléfonos celulares] por parte de un grupo organizado con el objetivo de invalidar condenas por corrupción y lavado de dinero u obstruir investigaciones en curso, que pueden afectar a personas poderosas, o simplemente atacar las instituciones brasileñas”, agregó el ministro, quien no reconoce la autenticidad de los mensajes, pero asegura que, de ser verdaderos, no muestran ninguna actitud incorrecta de su parte.

Moro actúa como un golpista que no mide esfuerzos para estar en el poder. Con el pretexto de “combatir la corrupción”, el exjuez engañó a millones de brasileños que confiaron en que estaba haciendo justicia. Hoy es evidente el fraude y la interferencia que la causa Lava Jato tuvo en el proceso electoral de 2018. Moro le robó el derecho a millones de trabajadores a votar libremente a quien quisieran, encarcelo al candidato que lideraba todas las encuestas de intención de voto, sin pruebas, un proceso acelerado y viciado.

Contra ese ataque a un derecho democrático elemental y el avance del autoritarismo judicial contra las organizaciones y militantes de izquierda es necesario exigir la libertad inmediata para Lula, sin que ello signifique dar ningún apoyo político al PT..

Es importante resaltar que la izquierda necesita mantener una completa independencia con respecto a las iltraciones, ya que no se puede creer que el combate al régimen golpista se dará por filtraciones parciales que tiene intereses en favorecer a sectores capitalistas que negocian su parcela en el régimen por fuera de defender los intereses de los trabajadores, de la juventud y del conjunto de la población pobre. Un ejemplo de ello es cómo, aunque se han intensificando esas disputas "palaciegas" de las instituciones, los ataques neoliberales son punto de convergencia estratégica entre todos estos sectores y poco se habla sobre el proyecto del golpe institucional y cómo la reforma de la previsional se vincula fuertemente a ese plan.

Tampoco se puede confiar en el Poder Judicial que durante toda la historia de Brasil, actuó contra los trabajadores. Es la institución más reaccionaria del Estado brasileño, guardián de la esclavitud y tuteladora de golpes de estado como el de 1964. Es preciso defender que todos los jueces sean elegidos y revocables en cualquier momento, que ganan el mismo salario que una profesora y que sean abolidos sus privilegios. Para que sean juzgados los casos de corrupción, práctica inherente del capitalismo, que se organicen tribunales populares y que todos los involucrados en escándalos de corrupción tengan sus bienes expropiados sin ningún tipo de indemnización.

Es absurdo el discurso de los senadores, incluso los de la "oposición democrática" encabezada por el PT. Sus senadores en vez de denunciar el autoritarismo judicial a través de la causa Lava Jato y de la propia implicación de los miembros del Tribunal Superior, como muestran las conversaciones relacionadas al ministro Luiz Fux y la decisión de la prisión de Lula en instancia superior, esos parlamentarios decidieron reivindicar la operación Lava Jato como una marca en la historia del combate a la corrupción del país.

Esto es porque todos ellos aceptaron el golpe institucional, incluyendo el propio PT que noo lo enfrentó decididamente, y saben que para cuestionar más a fondo ese carácter autoritario del Poder Judicial en el régimen es necesario poner en jaque el proyecto neoliberal al que ha venido vinculado. El PT, lejos de organizar a los trabajadores para derrotar la reforma previsional se mantiene en su impotente estrategia parlamentaria y de alianzas con sectores de la derecha que incluso apoyaron el golpe.