La reconocida y multimillonaria cadena no da ninguna respuesta en Córdoba a los trabajadores contratados que se suman a las listas de los millones que no saben como sobrevivir en el marco de la pandemia.
Martes 7 de abril de 2020 12:36
Les dicen “extras”, la realidad es que son de quienes dependen gran parte de las tareas básicas del servicio de hotelería. Son los y las invisibles que en cada sucursal cocinan, sirven, lavan y realizan el servicio de limpieza atendiendo en los eventos y alojamiento de quienes pueden pagar las altas tarifas del Sheraton Hotel.
Pesos pesados, para los trabajadores
La firma le pertenece a Mariott International, que luego de comprar Sheraton se trasformó en la principal agencia de la industria hotelera a nivel mundial. Pero sus millonarios ingresos están íntimamente relacionados con la precarización del trabajo en sus hoteles.
Nos llegó a La Izquierda Diario una denuncia de un trabajador de planta contratada quien nos dijo que desde hace más de una semana, cuando preguntan cómo o cuándo van a cobrar, no tienen ninguna respuesta por parte de la gerencia, ni del gremio.
Para la empresa, el “contrato” es una dinámica permanente, todos los días cuando llegan tienen que firmar que trabajan por jornada, además les dan el “alta” y la “baja” cada vez que tienen que ir a buscar su recibo de sueldo.
Resulta que hay trabajadores que hace 4 años están como “temporales”, ¿qué significa esto? Que hablen los trabajadores:
“Somos más de 20, figuramos como eventuales, no tenemos vacaciones pagas, aguinaldo ni básico. Tampoco obra social, supuestamente tenemos la del gremio, UTHGRA, pero cada vez que la necesitamos y vamos a preguntar no tenemos ninguna respuesta. Nosotros estamos obligados a estar cada vez que nos lo piden, por un evento o lo que sea y siempre que hay algún problema, también recae sobre nosotros. Estamos elaborando una carta a la directiva del hotel para que den algún tipo de respuesta sobre nuestra situación, hay compañeros de los que depende una familia, madres que no saben cómo hacer, y ni siquiera podemos cobrar el IFE porque aunque nos pagan por jornada aparecemos como trabajadores registrados”, nos cuenta Evaristo de 28 años.
Cinismo patronal, y solidaridad obrera
“La verdad es que en estos momentos de crudeza se observa el corazón y la empatía por el otro, la familia que somos los trabajadores”.
El silencio de hambre de la patronal y la falta de respuesta del gremio encontraron una contracara en la solidaridad entre trabajadores. La planta “efectiva” lanzó una campaña para donar parte de su sueldo y además generar bolsones de alimento en esta durísima situación. La carta que escribieron está cargada de preocupación, están tratando de multiplicarse porque no llegan a cubrir las necesidades que están pasando las más de 20 familias y trabajadores temporales.
Un enorme ejemplo, de esos que se multiplican al ritmo de la desidia de las empresas a nivel nacional, como lo muestran las colectas docentes en los Paicor o comedores escolares ante las absolutamente insuficientes cajas de alimentos del Gobierno, o en otro nivel las gestiones obreras, que guiadas por las necesidades sociales y no por el lucro de las empresas, reconvierten su producción para donar, por ejemplo, sanitizante de alcohol a los hospitales.
El Sheraton es un ejemplo de muchas cosas, quienes están en peores condiciones en los lugares trabajo se encuentran absolutamente desprotegidos ante la voracidad de la patronal, en sus propias palabras “no son despidos ni suspensiones, lo que hacen es “freezarnos” por el tiempo que quieran”.
A nivel nacional siguen los despidos y las suspensiones, pero este es un ejemplo más de los sectores que están en la más absoluta informalidad: 7 millones de personas que en nuestro país que nunca estuvieron contempladas. Muchos tampoco pueden recibir el IFE, es decir, ninguna medida da respuesta a esta realidad, que es la de cientos de miles.
En tiempos en los que se justifica el descarte de miles de trabajadores a nivel nacional con la excusa de la incapacidad de pago, los pesos pesados marcan el camino. Así como McDonald’s, que factura 62 millones de dólares diarios, no le pagó a la mitad de sus trabajadores, o Techint, que terminó despidiendo a 1450 con el aval del Gobierno en plena pandemia; la principal firma de la industria hotelera a nivel mundial muestra como los empresarios aprovechan la pandemia para descartar o precarizar aun más a sus trabajadores. No importa el costo humano a la hora de cuidar sus millonarias ganancias.
Minuto a minuto esta realidad se multiplica en nuestro país. Días atrás el Sheraton Hotel exhibía la palabra “Fe” en todo el edificio, con un juego de luces en las ventanas de las habitaciones, como “Un mensaje para la humanidad en tiempos difíciles”. Tremendo cinismo, mientras condena a sus trabajadores y trabajadoras al hambre.
Sheraton, con “Fe”, no se come.