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Red Internacional
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PANDEMIA SIN DESPIDOS. Siete meses de conflicto: trabajadores de Loimar Tandil vuelven a la calle

La lucha de los ceramistas comenzó en marzo del 2019, pero a fin de año la situación se agravó con despidos y suspensiones. Exigen respuestas al gobierno municipal y provincial, "queremos volver a trabajar".

Viernes 29 de mayo de 2020 09:52

Los trabajadores de Loimar movilizaron ayer a la mañana, desde el centro de la Ciudad hacia la municipalidad levantando el reclamo que vienen sosteniendo hace 7 meses: pago de los salarios adeudados y la reincorporación inmediata de todos los trabajadores.

El conflicto iniciado en marzo del año pasado llegó a su punto más crítico hace siete meses cuando la patronal despidió a diez empleados y suspendió a otros 41, en el marco de un acuerdo de reducción horaria y salarial que duraría hasta marzo de este año para evitar justamente despidos o suspensiones.

Ante tal atropello por parte del empresario, el 17 de octubre de 2019 los empleados decidieron ir a paro y desde ese momento continúan sin recibir una respuesta que dé solución al conflicto.

Ante la resistencia y organización de los trabajadores, la patronal declaró el lock-out y por ello sostienen que la empresa está en la ilegalidad.

Lock-out significa literalmente "cerrar y dejar afuera", es una medida de acción de una empresa que consiste en paralizar las actividades para finalizar un conflicto, dirigida contra los trabajadores, especialmente los sindicatos, para evadir sus peticiones laborales.

En la legislación laboral de algunos países se contempla la posibilidad de esta medida con ciertos requisitos, pero en la legislación argentina está prohibida dado que el derecho del trabajo parte de considerar a los trabajadores como el eslabón más débil de la relación laboral.

Así la huelga de los trabajadores en una situación de conflicto es considerada una forma legítima y legal de equiparar la relación asimétrica, mientras que el lock-out patronal reviste un carácter extorsivo que refuerza y abusa de esa asimetría, por lo que no se considera un derecho.

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Lejos de tener un problema económico, el empresario busca la forma de debilitar la organización interna de los trabajadores que tiene una historia de más de 12 años. En las últimas semanas, aprovechando la necesidad que atraviesan las familias agravada por la crisis económica y sanitaria que atravesamos, la empresa se comunicó con algunos de los operarios para proponerles volver a trabajar bajo sus condiciones.

Este atropello por parte de la patronal se suma a la ausencia de respuestas a nivel municipal y provincial, motivo por el cual ayer nuevamente los empleados salieron a la calle a exigir una respuesta que dé fin al conflicto.