Por sexto mes consecutivo vuelve a subir el índice de desempleo informado por el INE alcanzando los 8,7% concentrando las cifras más altas en las regiones de Atacama, Metropolitana y de Antofagasta.
Jueves 1ro de junio de 2023
Según el último Boletín Estadístico entregado por el Instituto Nacional de Estadísticas la tasa de desocupación del último trimestre móvil febrero-abril marcó un 8,7% a nivel nacional, lo que implica un sexto incremento anual desde el trimestre marzo-mayo del 2021.
Por su parte las mujeres son las más afectadas por la desocupación alcanzando un 9,5%, mientras en los hombres marca un 8%.
En la región Metropolitana la cifra asciende a un 9,6%, siendo la cifra más alta la que corresponde a la región de Atacama con un 9,8% de desocupación, seguidas, ambas, por la región de Antofagasta que registra un 9,6% de desocupación.
A estas cifras se suma el peso de la inflación que viene empujando el precio del costo de la vida al alza con la canasta básica de alimentos acumulando al mes de abril un incremento de 15,7% en los últimos doce meses, con la consecuente desvalorización del salario.
Es decir, que la vida laboral de los trabajadores en el país se hace cada vez más precaria, no solo por el aumento del desempleo y la inflación, sino por la reducción del valor real de los salarios.
Por el contrario, quienes sacan cuentas alegres son los grandes empresarios quienes el 2022 tuvieron cifras históricas de ganancias. Para graficarlo, solo el grupo Luksic obtuvo ganancias por UD$ 4.130 millones, por su parte SQM acumuló ganancias por US$ 3.906 millones.
Como vemos estas millonarias ganancias no se traducen en mejores condiciones laborales para las y los trabajadores en el país quienes deben hacer malabares para llegar a fin de mes, aún cuando el gobierno viene promoviendo el aumento salarial este no pasa de la línea de la inflación, la que se come, en concreto, los aumentos.
Los sindicatos, especialmente las grandes organizaciones sindicales, como la CUT o el Colegio de Profesores, tienen que salir de la pasividad para que no sigan siendo los trabajadores los que sientan los zarpazos de la economía al servicio de los capitalistas. Sin embargo, estas organizaciones están secuestradas por burócratas y funcionarios ligados al gobierno o a sus partidos, evitando, así, que se exprese el descontento por las condiciones laborales que viven los trabajadores del país.
De ser así, de romperse esta pasividad, no sólo podemos empezar a responder estos golpes, sino que además podemos pasar a la ofensiva. Millones de trabajadores esperan que la reducción de la jornada laboral prometida por el gobierno traiga un cambio, sin embargo, si tomamos fuerza y pasamos a la ofensiva podemos ir más allá, podemos reducir la jornada laboral a 30 horas semanales, con jornadas de 6 horas diarias, 5 días a la semana y sin reducción del salario, repartiendo las horas de trabajo entre ocupados y desocupados para que todos y todas puedan trabajar, inclusive se podría avanzar a exigir una alza significativa del salario que responda a la canasta básica familia que actualmente bordea los $650.000 pesos.