La Marcha Federal que culminó el viernes 2 sigue originando debates entre las organizaciones de izquierda. Recientemente Izquierda Revolucionaria (IR) criticó la posición del PTS.
Viernes 9 de septiembre de 2016 11:49
Foto: FB Ate Sur
En la nota titulada “Masivo rechazo al ajuste macrista”, los compañeros de Izquierda Revolucionaria (IR) comienzan planteando -con razón- que la convocatoria a la Marcha Federal “integró a empresarios nacionales e intendentes (…) también a Boudou y Tomada. En resumen, mucho de los empresarios y funcionarios a los que no les tembló ni les tiembla el pulso para aplicar planes de ajuste, despedir y precarizar (…) una síntesis de la burocracia en el plano sindical, y referentes políticos que se mantienen leales al kirchnerismo, con cuyo liderazgo sería imposible derrotar al macrismo y sus planes de ajuste”. Pero antes de finalizar el mismo artículo, pareciera que es al autor de IR a quien “le tembló el pulso” en su escritura y de repente pasa a criticar al PTS por tener “un reflejo sectario” y “boicotear la movilización por considerarla de carácter patronal”; carácter que los mismos compañeros de IR dicen reconocer. ¿En qué quedamos?
Esto que pareciera un sinsentido para cualquier lector o lectora atenta, tiene su explicación.
Los compañeros de IR, más allá de que realicen algunas delimitaciones con la convocatoria de la marcha, no dejan de hacerlo con una mirada sindicalista, limitándose entonces a solo realizar correctas exigencias sindicales, de lucha, sin cuestionar el principal objetivo de la Marcha Federal: favorecer al kirchnerismo. Esto se ve claramente cuando al querer diferenciarse de los que formamos parte de la columna independiente de los convocantes a la marcha, nos dice que cometimos “el error de ponderar más la diferenciación con la burocracia convocante, que la protesta callejera contra el macrismo”. Es decir que para los compañeros de IR hay que ponderar la protesta callejera y masificarla sin importar los objetivos y la lucha política con los burócratas convocantes; por lo tanto delimitarnos claramente, y mantener una posición de independencia de clase, es para ellos un error.
Históricamente las posiciones sindicalistas prescindieron de la lucha política con los burócratas y políticos patronales. Es ese mismo sindicalismo el que hoy le impide a Izquierda Revolucionaria sacar conclusiones políticas de sus propias delimitaciones parciales con la convocatoria a esta nueva Marcha Federal.
Otra vez sobre su carácter de clase
Desde el vamos el PTS denunció que la Marcha Federal escondía detrás de demandas más que justas una estrategia de conciliación entre sindicatos y sectores de empresarios “nacionales” y los ajustadores del FpV.
En distintos artículos publicados en La Izquierda Diario (acá, acá y acá) denunciamos que los dirigentes de la CTA solo llamaron a parar a docentes -que a pesar de aquellos pararon masivamente- y a estatales de Capital -ATE Provincia de Buenos Aires directamente carnereó- a la vez que convocaban a una marcha política con un programa común con los empresarios de las PyME y con el objetivo de levantar a los dirigentes del FpV, tal como se pudo comprobar con la presencia de Scioli, Tomada, los Recalde y Boudou, entre otros. Muchos de ellos se agolparon en el palco.
Por eso denunciamos que la convocatoria a esta Marcha Federal era aún peor que la realizada en el año 1994. Si aquella terminó en la maniobra de De Gennaro y la CTA entregándole a último momento el palco a Chacho Álvarez, en esta oportunidad prepararon el palco anticipadamente, como lo reflejaron la reuniones de Yasky con Capitanich y los intendentes K. Es decir que era un objetivo explícito que de entrada definía el carácter pro FpV de la reciente marcha. A partir de tomar nota de aquella experiencia histórica y al ver las propias características de esta nueva convocatoria es que el PTS decidió no participar con sus propias banderas.
Pero esta decisión partidaria fue acompañada por la fuerte lucha política que dimos a través de las agrupaciones que impulsamos desde el PTS en aquellos sindicatos que oficialmente participaron de la convocatoria y llamaron al paro.
En todos ellos nuestra pelea se basó en la exigencia de la convocatoria a un paro nacional por parte de la CTA, que los sectores combativos y la izquierda denuncien la trampa política montada por los dirigentes de la Marcha Federal y convocar una columna independiente. Esta pelea política quedó evidenciada en las resoluciones votadas por las asambleas del Suteba La Matanza y Suteba Tigre.
Dos políticas ante la marcha
En ATE Sur también dimos esa pelea, pero lamentablemente el sector mayoritario de la Comisión Directiva referenciado en Rompiendo Cadenas -con los cuales simpatizan los compañeros de IR- optaron por darle la espalda a la convocatoria de una columna independiente desde donde delimitarnos de los objetivos políticos impuestos por los dirigentes de la CTA. Para ellos nuestra posición era sectaria y nos aislaba de los “genuinos trabajadores” que marcharían con las organizaciones convocantes.
Finalmente decidieron integrarse a la marcha con una pequeña columna junto a los aceiteros, CTA-A de Lomas de Zamora, ATE Almirante Brown y el Suteba Bahía Blanca, cuya única lucha fue por llegar lo más cerca posible del palco donde se apiñaban los referentes K. De esta forma terminaron aislándose de forma sectaria del resto del sindicalismo combativo que en su columna independiente reunió alrededor de 3 mil genuinos trabajadores y militantes de la izquierda, y que con el acto realizado en el obelisco se convirtió en una alternativa independiente de la tramposa convocatoria de los burócratas de la CTA.
La pequeña columna impulsada desde ATE Sur -donde también participó IR- en el mejor de los casos, se limitó a realizar la exigencia de un paro nacional; pero esta justa exigencia es totalmente insuficiente y no pasa del plano sindical, al no estar ligada a una clara delimitación política de la burocracia convocante -que no solo es responsable de seguir dilatando la convocatoria al paro, sino que a la vez con la Marcha Federal organizón un acto político al servicio del peronismo.
La falta de delimitación de dicha columna no fue casual. Los trabajadores aceiteros son parte de un gremio que está dentro de la interna de la CGT y Enrique Gandolfo -dirigente del Suteba Bahía Blanca e integrante de la CSP Rompiendo Cadenas- venía de participar en un acto con el mismísimo Baradel.
Desde IR insisten con que “es un problema ponderar frente a la lucha contra el ajuste [convengamos, como planteamos antes, que la Marcha Federal fue un acto político que no tuvo ningún objetivo de lucha, NdR] la delimitación como si una misma táctica sea aplicable a cualquier movilización y contexto”. Un error. Siempre tenemos que delimitarnos de la burocracia; en aquellos casos en que se ven obligados a impulsar medidas de lucha impulsamos el Frente Único Obrero pero para “golpear juntos, marchar separados”. La delimitación y la lucha política con la burocracia es una tarea básica e imprescindible para todo aquel que pretenda desarrollar las tendencias clasistas en los sindicatos.
Con su posición sindicalista de prescindir de esta lucha política terminan perdonando a los dirigentes de la CTA que subieron al palco de la marcha a personajes como Boudou o Tomada, mientras acentúan su delimitación de la izquierda clasista.
(Mala) Táctica y su estrategia
La posición que defienden los compañeros de IR ante la Marcha Federal no es nueva, un debate similar mantuvimos durante la marcha convocada por la CGT y la CTA de los Trabajadores en Lomas de Zamora; tampoco se trata de un mero error táctico.
Su posición ante la Marcha Federal está inscripta en la reivindicación que hacen los compañeros de la estrategia del sindicalismo de liberación que en los años 70 defendió y llevó adelante Agustín Tosco. En un reciente debate que mantuvimos en torno a su figura, el compañero Agustín Lecchi -dirigente de RC e integrante de la directiva del SIPREBA- escribió que su corriente reivindica “la vocación unitaria y la política frentista defendida por el Gringo” [Tosco, NdR].
Como mostró la experiencia que prosiguió al Cordobazo, la vocación unitaria y la política frentista de Tosco -como parte de su sindicalismo de liberación- siempre apuntó a construir alianzas con sectores de la burocracia sindical y de los partidos patronales progresivos. Decía el propio Tosco: “En la Argentina, con el peronismo y el radicalismo de avanzada, con sectores de la centroizquierda e izquierda, con un programa de tipo nacionalista, democrático y revolucionario, vamos a construir el futuro”.
Es está equivocada estrategia la que se expresa en la posición de IR ante la Marcha Federal. Con esta política de impulsar la más amplia unidad, sin ponderar los objetivos políticos de sus dirigentes -que supuestamente colaboraría para “ponerle palos en la rueda al plan ajustador de Macri”- los compañeros de IR terminan cayendo en la trampa montada por los burócratas, que tienen entre sus objetivos “poner palos en la rueda” pero al desarrollo de las fuerzas antiburocráticas y clasistas.