Viernes 12 de junio de 2015
Movilizaciones y cortes para reclamar plan de lucha y paro general del gremio gráfico.
En LID venimos informando sobre el conflicto en la gráfica Worldcolor, que el 30 de abril despidió a los doscientos ochenta y cuatro trabajadores del taller ubicado en el parque industrial de Pilar, perteneciente a la multinacional yanqui Quadgraphics. Esta empresa cuenta en Argentina con dos plantas, Worldcolor y los Talleres Morvillo en Avellaneda. Toda el área gerencial y comercial de la empresa funciona en Avellaneda, siendo el taller de Pilar una rama de esta empresa donde se imprimía gran parte de su producción hasta el anuncio de su cierre.
Mientras tanto la planta de Avellaneda sigue funcionando con plena producción y como manifestó la empresa en el ministerio de Trabajo, es superavitaria. Claramente se trata de un vaciamiento y lock out patronal, que aduciendo una falsa crisis lanzó un ataque para achicar la empresa y adecuarla a las necesidades actuales del mercado gráfico; cerrando una de sus dos plantas y despidiendo a todo su personal. Primero chantajearon a los trabajadores con una propuesta trucha de “cooperativa”, cuyo único objetivo era liquidar las conquistas de los obreros y transformarla en un taller precarizado hacia donde terciarizar trabajos (básicamente lo que era Worldcolor hasta el 2010, cuando los trabajadores se organizaron y terminaron con esa situación).
Esto parece ser algo que está claro para cualquiera que conozca el conflicto, menos para los compañeros de la naranja. Y sino veamos. El último viernes, se realizó en Avellaneda una reunión de las comisiones internas (CI) de Worldcolor y Morvillo, con la presencia de otras organizaciones, entre ellos delegados de Printpack y de la Bordó, PTS, PO, R.C., PCT, MST. Este encuentro surgió luego de una reunión de solidaridad con WC realizada días antes, donde se decidió apoyar las acciones que llevaran adelante los trabajadores en lucha, incluyendo los bloqueos de Morvillo, con el acuerdo de todas las organizaciones presentes, con la excepción del PO cuyos militantes se retiraron.
En esta nueva reunión los delegados de Morvillo, que pertenecen a la naranja Gráfica orientada por el Partido Obrero, insistieron con su postura de que la política de los trabajadores de WC es “suicida” y “criminal”. Por ello se oponen a los bloqueos de los talleres de Avellaneda que vienen haciendo los compañeros despedidos, con el insólito argumento de que los mismos no son una medida contra la patronal sino contra los trabajadores de Morvillo y formarían parte de una supuesta "provocación" y campaña de desprestigio contra la Naranja llevada adelante por los trabajadores de WC, su comisión interna y la Bordó Gráfica.
Nadie con un mínimo de criterio político puede sostener que 280 trabajadores despedidos, la mitad de ellas mujeres y madres, muchas sostén de hogar; que están sin cobrar, dedican a gastar su tiempo y energía en viajar 65 km hasta Avellaneda, acampar durante tres días bajo la lluvia y el frío, bloquear uno de las gráficas más grandes del país y hasta sufrir la represión policial, solo para desprestigiar a Sebastián Rodríguez de la CI de Morvillo y a la Naranja Gráfica! Esto más bien raya el cinismo.
Esta claro que los bloqueos son una medida no sólo lícita sino necesaria para enfrentar y golpear a la patronal de Quadgraphics-Morvillo, que acaba de despedirlos a todos. Se trata de 280 familias que quedan en la calle mientras su patrón sigue trabajando con normalidad. ¿Porque puede ser una provocación pararles la producción donde se puede hacer eso, en Avellaneda? ¿En qué cabeza puede entrar semejante acusación que solo tiene como consecuencia real impedir una acción fuerte por la cual su propia patronal pierde millones de pesos?
La Naranja dice que ellos han propuesto acciones de lucha alternativas, pero todas las que propusieron durante este tiempo se centraron en exigirle un plan de lucha al sindicato y en realizar movilizaciones. Tanto los compañeros de Worldcolor, como de Madygraf y la Bordó coincidimos con esa postura y hemos hecho movilizaciones al sindicato, cortamos la Panamericana dos veces (la última durante el paro nacional), también Corrientes y Callao en varias oportunidades y dimos la pelea en los plenarios de delegados por un plan de lucha y un paro general del gremio, incluso presentando mociones en común con la Naranja.
Pero si uno revisa las propuestas de la CI de Morvillo, no encuentra una sola medida de lucha que sea contra su patronal, que la golpee donde más daño le hace, como son los bloqueos en los “cierres calientes” que producen un daño económico importante u otras que toquen sus intereses. Aunque sea correcto no alcanza con haber votado el paro ante la amenaza de represión policial, cuando el taller ya estaba paralizado por el propio bloqueo de los trabajadores de WC. Tampoco es suficiente negarse a hacer los trabajos que antes se hacían en Pilar y ahora la patronal terciariza hacia otros talleres no sindicalizados, que el sindicato deja correr y los compañeros de WC que hoy se encuentran resguardando las instalaciones de la fábrica, no tienen fuerzas suficientes para frenar, taller por taller, buscando una y otra vez donde se imprime cada trabajo propio.
A diferencia de Donnelley donde la patronal se fue del país, en este caso la empresa sigue funcionando en Avellaneda y los trabajadores tienen la posibilidad de afectar sus intereses económicos, capitalistas, golpeando sobre la producción. Esto lo entiende cualquier trabajador con un mínimo de conciencia sindical, que para enfrentar ataques como despidos y cierres es fundamental afectar los intereses económicos de los empresarios. Es de mínima iluso pensar que solo con movilizaciones al sindicato, al ministerio o a la cámara empresaria gráfica -todas medidas válidas y que como dijimos se vienen llevando a cabo-, alcanza para enfrentar semejante ataque patronal.
Imaginemos por un momento que Mondelez-Kraft cierra su planta en Victoria, despidiendo a todos sus trabajadores. Sería obligación de la Comisión Interna de la planta de Pacheco impulsar medidas de lucha en solidaridad con sus compañeros despedidos. Si por conservadurismo o presión de la patronal no fuera posible convencer al conjunto de los trabajadores de tomar medidas de lucha, aún en ese caso una dirección clasista apoyaría las acciones que tomaran sus compañeros despedidos, como podría ser el bloqueo a la salida de los productos de la fábrica de Henry Ford. ¿Por qué habrían de oponerse los delegados y los trabajadores de Planta Pacheco a una medida así, que afectaría al conjunto de los intereses de esa patronal imperialista?
No entendemos cuál es la diferencia que ven los compañeros de la Naranja-Po con el caso Quadgraphics-Morvillo. Hasta ahora no han fundamentado porqué tomar acciones de lucha contra su propia patronal, sean bloqueos o medidas internas como asambleas, paros escalonados o las que decidiera la asamblea de trabajadores, sería una política “suicida” o “criminal”. Imaginamos que se refieren a las amenazas hechas por la empresa. Desde ya que existe una campaña de la propia patronal, que difunde la idea de que los bloqueos de los compañeros de WC hacen peligrar las fuentes de trabajo de Morvillo (que otra campaña haría la patronal sino esa?). Pero aún si esta campaña calara en la base, la obligación de los delegados sigue siendo apoyar las medidas de lucha de los trabajadores despedidos –o proponer otras- mientras llevan adelante una campaña de convencimiento hacia sus propios compañeros de la necesidad de enfrentar el ataque de su patronal que despidió a 280 trabajadores.
La CI de Morvillo debería explicar que si pasa el ataque en WC los obreros de Morvillo no van a "salvarse" sino todo lo contrario. Pero la postura de la Naranja parece que parte de esa ilusión, que puede calar en la base pero no en los dirigentes y que tiene como consecuencia la ruptura de la solidaridad de clase, sentando un antecedente nefasto opuesto a los principios básicos de cualquier luchador anti patronal y anti burocrático. Como cuenta Daniel Luna de WC en su carta, los trabajadores de Ipesa han sido sinceros en ese punto y les avisaron a los compañeros que no podían parar un trabajo. Incluso antes de los despidos, los mismos delegados le pidieron a los trabajadores de WC que bloquearan el taller y los invitaron a una asamblea con los trabajadores de Ipesa, donde los compañeros explicaron su conflicto y luego se votó parar.
En la reunión del viernes los compañeros de Worldcolor le plantearon a los delegados de Morvillo que ellos estaban dispuestos a suspender los bloqueos y a escuchar medidas alternativas de lucha contra la patronal, a lo que la CI de Morvillo respondió que no tenían ninguna propuesta alternativa y que 35 días después de los despidos, ellos no podían “improvisar” una respuesta. Una postura realmente vergonzosa viniendo de una organización que se dice clasista.
Llamamos a los compañeros de la CI de Morvillo y de la Naranja-PO a revertir de forma urgente esta posición de la que hace uso la patronal para seguir produciendo y ganando millones, trabajando en Avellaneda con total normalidad mientras deja en la calle a 280 familias. Es necesario encarar un plan de lucha en común contra la patronal de Quadgraphics-Morvillo, mientras seguimos exigiendo juntos un plan de lucha y paro general del gremio a la dirección del sindicato.