Vergonzosa posición de Uruguay. Silencio y complicidad ante la masacre de Israel en Gaza

Uruguay tuvo la semana pasada una posición vergonzosa en la ONU al abstenerse de votar una resolución de las Naciones Unidas que llama a un cese de las hostilidades y una tregua humanitaria inmediata.

Rompiendo con una tradición de décadas del país, el gobierno se alineó con el imperialismo en su defensa de la política criminal del Estado de Israel. Un Estado con uno de los ejércitos más poderosos del mundo viene practicando desde su propia fundación una política de limpieza étnica y ocupación de los territorios del pueblo palestino.

El gobierno se coloca incluso a la derecha de la ONU y su propuesta de 2 Estados como solución para el histórico conflicto entre Israel y Palestina. El gobierno ni siquiera nombra a Palestina como país, y no hace ni una mención a las víctimas de los ataques israelíes. De esta manera se termina alineando directamente con Estados Unidos y el Estado de Israel.

No es una guerra es un genocidio

La acción de las milicias de Hamas del 7 de octubre desencadenó una declaración de guerra del gobierno ultra derechista de Benjamin Netanyahu que se ha cobrado la vida de cerca de 8000 personas, muchas de ellas niños, y somete a la población de la franja de Gaza a un ataque permanente mientras se impide la entrada de ayuda humanitaria y víveres.

En Uruguay prácticamente todo el arco político se alineo acríticamente con la posición del gobierno de Israel, condenando el accionar de Hamas, pero guardando silencio o apoyando la política criminal del gobierno de Netanyahu y el genocidio que se está cometiendo contra el pueblo palestino.

A instancias del lobby sionista internacional y con la complicidad del imperialismo yanqui se ha hecho un lugar común pensar que es legítimo el accionar de Israel y que en todo caso se está defendiendo.

Pero la acción de Hamas del 7 de octubre hay que verla en el contexto de las décadas de opresión del Estado de Israel sobre el pueblo palestino , un pueblo perseguido, asediado, acorralado en sus cada vez más pequeños territorios, aislado y sin derecho a su propio Estado. Sin compartir la estrategia de Hamas, podemos decir que esto que sucedió es consecuencia de una política permanente del Estado de Israel de genocidio sobre el pueblo palestino prácticamente desde su existencia como Estado.

Los políticos del gobierno se escandalizan por el injusto sufrimiento de los civiles israelíes afectados por la acción de Hamas, pero se callan cuando hay una declaración de guerra de un estado infinitamente más fuerte contra una población civil a la que se la priva de las mínimas condiciones de vida digna (no hay agua, no hay electricidad, y además se la bombardea y ataca de manera indiscriminada en represalia a la acción de Hamas.

Tamaño genocidio comienza a tener resistencias en el propio pueblo israelí y en las masivas manifestaciones que recorren el mundo exigiendo la detención de esta matanza inhumana.
En este contexto la posición del gobierno y su abstención es totalmente repudiable y muestra el grado de sumisión al imperialismo y su ruptura con una tradición que tuvo el país a nivel internacional ante diferentes conflictos que se han dado en el mundo.

¿Otra vez la teoría de los 2 demonios?

Esto no es una guerra entre dos países, es un ejército de los más poderosos del mundo cometiendo un genocidio contra un pueblo. No compartimos el accionar de Hamas, pero su poder es incomparable con el poder de fuego del Estado de Israel.

Hacer estas equivalencias es reintroducir la teoría de los dos demonios a escala internacional; es decir toman los argumentos de aquellos que hacen un paralelismo entre el terrorismo de Estado de las dictaduras militares latinoamericanas con el accionar de las guerrillas. Es evidente que las acciones terroristas de una organización no se comparan con la gigantesca maquinaria de armas y guerra con la que cuenta el Estado de Israel.

¿Por qué paz luchamos?

Sectores que humanamente se horrorizan de las barbaries que comete el Estado de Israel en represalia a la acción de Hamas, hacen un llamamiento a la paz y el fin de los enfrentamientos.
El anhelo de una tregua frente a semejante masacre para que se logre la paz, es un planteo humanitario que sostienen también algunos sectores frenteamplistas. Pero vale preguntarse, ¿que paz sería esta? ¿La paz para que continúen las condiciones inhumanas de vida de palestinos de Gaza y Cisjordania?, ¿para que Israel insista en establecer nuevas colonias intentando reducir aún más el territorio palestino?

Si realmente queremos paz en medio oriente, hay que ir por más; hay que poder cuestionar a nivel internacional la existencia misma del Estado de Israel, en tanto Estado armado hasta los dientes y sostenido por Estados Unidos, que promueve una política sistemática de desconocimiento de los derechos del pueblo palestino a su autodeterminación.

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Movilización internacional en solidaridad con Palestina

En diversos países del mundo son sectores de los propios judíos los que salen a tirar abajo la farsa de que oponerse a la política del Estado de Israel es ser antisemita; es ser, en todo caso antisionista, una ideología reaccionaria que tiende a negar la existencia del pueblo palestino, y actúa en consecuencia: desde fines del 40 se propone reducir sus territorios y eliminarlo como pueblo con derecho a una identidad; es un apartheid y un genocidio, que en manos de los sectores ultraderechistas de Netanyahu se hace mas visible y evidente.

Las masivas manifestaciones de solidaridad con Gaza se extienden por todo el mundo, con multitudinarias marchas y concentraciones que denuncian la política del Estado Israelí.
En Uruguay la coordinación por Palestina viene planteando que el pueblo uruguayo retome su tradición de solidaridad con los pueblos oprimidos y agredidos.

Hay que seguir denunciando la vergüenza internacional que significa la posición del gobierno en la ONU para levantar una posición que condene claramente el genocidio en Gaza.

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