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Red Internacional
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Gimnasia artística. Simone Biles y las chicas superpoderosas

La gimnasia artística y el deporte a nivel mundial se encuentran atravesados por las contradicciones geopolíticas y fenómenos como los derechos de las mujeres y la salud mental, como lo han hecho deportistas contemporáneos, con Biles a la cabeza.

Domingo 4 de agosto 23:27

La gimnasia artística y el deporte a nivel mundial se encuentran atravesados por las contradicciones geopolíticas y fenómenos como los derechos de las mujeres y la salud mental, como lo han hecho deportistas contemporáneos, con Biles a la cabeza.
Simone es una referente sin lugar a dudas, pero no es menor reivindicar el trabajo en equipo que ella misma considera fundamental. La mejor de la historia en su capacidad física, potencia, nivel de seguridad. Records en medallas mundiales y olímpicas en gimnasia. Técnicamente tiene 5 elementos con su nombre, es decir que fueron realizados por ella por primera vez, como el doble mortal carpado en el apartado de salto. Sin lugar a dudas, lo que más ha disfrutado el espectador son las alturas de sus mortales, que parecen de alguien que vino de otro planeta. Nadie olvida a Nadia Comanecci, pero no se puede comparar como manzanas y bananas. El desarrollo tecnológico y propio de la disciplina, ha cambiado enormemente.
Tampoco se puede descontextualizar el desarrollo del deporte, ni de los seres humanos que ponen sus cuerpos y vidas a disposición de un objetivo. Muchas veces viciado por objetivos económicos, incluso de familias humildes de las cuales han surgido muchos deportistas. Pero no todos han tenido la talla de Biles.
En los juegos de París, lleva ya ganadas dos medallas de oro, restando los aparatos, pero hay algo que siempre genera dudas, es que si finalmente va a competir, y que va a hacer. En su documental cuenta cómo empezó a sufrir los “twisties “ (mareos) que son momentos de desorientación durante un ejercicio que puede tener consecuencias graves, ante lo cual no puede realizarlos en estas circunstancias. Es decir, que la salud mental aparece como un elemento, que de hecho es difícil de comprender, pues no es “visible”, no “te falta un pie” pero el sufrimiento es enorme.
Ahora bien, eso comenzó hace cuatro años, donde nuestra enorme gimnasta va por segundo título en Tokio 2020. Allí abandonó la competencia con el apoyo de sus compañeras y su equipo. El stress es la razón de los acontecimientos físicos que sufre la gimnasta, como otras, a lo cual se realizó un “destape” de la realidad de competencia: presión, exigencia extrema, etc. Ella, abanderada de todas las batallas, puso sobre la mesa que el objetivo del deporte no es ese sino disfrutar.
Pero para llegar a eso tuvo un enorme camino, donde salió a la luz que ella también había sido víctima del médico de la selección de gimnasia durante más de 20 años en EEUU, con más de 250 denuncias de abuso. Este escándalo tiene un capítulo aparte, pero la voz de Billes seguramente ayudó a muchos a re pensarse.
No todo es tan feliz como cuando las vemos morder las medallas, pero mejor quedarse con que tres afroamericanas como Biles, Rebeca Andrade de Brasil y Jordan Chiles, suben al podio en el mundial 2023, como dice la propia Biles.
Simone fue adoptada por sus abuelos de pequeña, con una vida de muchas peleas que la muestran hoy arriba de los podios, pero es bueno saber que en todos los sentidos y gracias a un enorme equipo profesional, logró volver a la gimnasia luego de dos años y llegar a los 27 años, edad adulta para el deporte, a disfrutar de estos juegos.
La gimnasia fue utilizada como deporte para medir hegemonías políticas, como lo fue durante la URSS y luego Rusia, donde cada medalla era parte de la carrera de la guerra fría. Nadia y muchas gimnastas sufrieron esto, así como EEUU que comenzó a exigir a gimnastas como Dominique Dause y otras jóvenes de hasta 13 años como fue el caso de Dominique Moseanu, quien terminó con causas judiciales sobre sus padres por la exposición y daños psicológicos.
Durante los 90/2000, crecimos muchos niñes en este contexto neoliberal, donde el juego se pierde. La gimnasia tiene la belleza de ser individual pero también en grupo, sin lo cual nadie podría ser feliz. Campamentos, coreografías, volar, volar en el aire con una mortal, pasar en las paralelas de una a otra con fuerza, con energía y alegría. Un deporte que podés inventar, pero sobre todo que educa a tu cuerpo a manejarse, a sentirse. La presión es muy fuerte, y muchas veces conduce a lugares malditos, pero estas chicas poderosas dan una impronta a nivel mundial, de que el deporte se juega.
Hoy no pudimos ver a las Rusas, ya que está prohibido que participen por la guerra con Ucrania, si bien Israel, en plena masacre palestina, desfiló en el Sena aplaudido por las cúpulas mundiales. Esta virtualidad, porque el equipo ruso ganó en Tokio 2020, que impide que disfrutemos de enormes atletas, potencia en este deporte, muestra que la realidad es otra.
El mensaje de niñas jugando, de volar en el aire y dar vueltas, es algo inolvidable. La comunidad entre compañeres, también lo es. Cuerpos de todo tipo, cada uno con su punto fuerte y su punto débil.
Esto es lo que añoramos para una realidad, cuando se imagina un mundo igualitario donde millones de niñes puedan tomar este o cualquier deporte, poder jugar y volar, y no solo aquellos que tienen la posibilidad económica.
Hace un tiempo, ante la consigna con un grupo de adolescentes sobre cuál es la ley que desearían ser con urgencia legislada, un joven puso: que en todas las canchas de fútbol se pueda jugar gratis.
No hay mejor resumen que este para que esos clubes, que en la Argentina quieren privatizar, son el lugar para muchos chiques que salen de sus vidas, quizás por un momento, para divertirse.