Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el paro aumentaría hasta el 30% si se contabilizaran aquellos trabajadores y trabajadoras a tiempo parcial que desearían una jornada completa.
Lunes 3 de julio de 2017
¿Qué hay detrás de la supuesta recuperación económica? Empleos temporales, a jornada parcial y en condiciones precarias, este es el camino hacia la estabilidad anunciada por el Gobierno.
Desde el 2008 a esta parte no han dejado de aumentar los trabajadores y trabajadoras a tiempo parcial involuntario, es decir, aquellos que desearían trabajar a jornada completa.
La reforma laboral de 2012, que introdujo la posibilidad de realizar horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial marcó una tendencia que a día de hoy se ha convertido en "norma", una situación que lejos de revertirse se cronifica: puestos de menor duración, peor calidad y menos salario, menos cotizaciones y menos prestaciones sociales.
Como plantea el estudio, con la crisis, las empresas han reducido la demanda de trabajo, mientras que una importante cantidad de puestos de trabajo son a tiempo parcial, pese a que quienes los ocupan deseaban trabajar más horas, de hecho casi un 65% de trabajadores y trabajadoras a tiempo parcial lo son de manera involuntaria.
Es decir, la famosa "recuperación económica" se ha realizado a partir de la destrucción de trabajo a jornada completa y su conversión en trabajo parcial.
De hecho, el mercado de trabajo en el Estado español ha ganado 450.000 trabajadores a media jornada en los últimos diez años, mientras que ha perdido 2,6 millones de puestos de trabajo a jornada completa.
Este tipo de precariedad laboral también afecta más a las mujeres que a los hombres, ya que se extiende principalmente en los sectores de trabajo más feminizados. De hecho, una de cada tres mujeres ocupadas tiene un empleo a tiempo parcial y el 60% de ellas lo hacen porque no tienen alternativa. Sin embargo, otra gran parte de las mujeres con empleos a tiempo parcial, lo hacen para hacerse cargo de familiares dependientes, ya sean hijos e hijas, personas mayores o enfermas.
Una decisión que no podríamos llamar "voluntaria", pero no se contabiliza en las cifras del llamado "subempleo estructural". Viendo estas cifras, no quedan dudas de que la llamada "recuperación económica" ha afectado de forma positiva únicamente a los bolsillos de los empresarios y no al de los trabajadores y las trabajadoras, que siguen soportando el peso de la crisis económica sobre sus espaldas, aguantando peores empleos y peores salarios.
A día de hoy, la lucha por la derogación de las reformas laborales que precarizan el empleo y la pelea por la reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias, sin rebaja salarial, y una semana laboral de 5 días se presenta como la única alternativa, no solo para acabar con la precariedad laboral que cada día afecta a un número mayor de trabajadores y trabajadoras, sino también para acabar con el desempleo.