La Plaza Congreso se llenó de trabajadoras y trabajadores que repudian el plan de guerra de Milei. La impotencia del Gobierno para frenar la bronca popular se traduce en una respuesta reaccionaria con las fuerzas federales al frente. El “protocolo” hace aguas por donde se lo mire, pero la ministra de Seguridad no escarmienta.
Daniel Satur @saturnetroc
Miércoles 12 de junio de 2024 14:20
Fotos Enfoque Rojo
Durante la noche del martes y madrugada del miércoles el Ministerio de Seguridad de la Nación valló el Congreso y dispuso el despliegue de cientos de efectivos de las fuerzas represivas federales a su alrededor.
Como en cada masiva movilización ocurrida en los últimos seis meses, la intención de La Libertad Avanza y su ministra Patricia Bullrich fue limitar, amedrentar y atacar violentamente si considera “necesario” la enorme concentración de trabajadoras y trabajadores, jubiladas y jubilados y jóvenes que repudian el intento de consumar un nuevo saqueo a la población a través de la Ley Bases y el paquete fiscal en beneficio de las grandes corporaciones económicas.
Como sucedió en oportunidades anteriores, el megaoperativo se cargó de gestos y maniobras amenazantes, donde cordones de decenas de miembros de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y PSA se trasladan de una esquina a otra, se acercan a las columnas de sindicatos, organizaciones sociales, partidos de izquierda y gente “suelta” con clara intención de provocar una reacción que para ellos amerite avanzar con gases y palos. Algunos de los uniformados, incluso, no ocultó la portación de armas de fuego, lo que es ilegal.
Ahora se suma Prefectura al operativo represivo para evitar la llegada de la columna de Camioneros al Congreso. Sigue la tensión en el centro porteño. pic.twitter.com/iY2MdA0eEz
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) June 12, 2024
Durante toda la mañana y la tarde, las fuerzas represivas buscaron impedir (o cuanto menos entorpecer) la llegada de miles y miles de manifestantes a la Plaza Congreso. En el recinto, el bloque oficialista de senadores y sus aliados “opositores” se deshacían en explicaciones sobre los puntos del proyecto de Ley Bases que resignarían en pos de conseguir los votos necesarios para una aprobación en general del engendro normativo “clave” para Milei, Caputo y compañía.
Pero Bullrich, una vez más (y van…) fracasó. Su megaoperativo terminó siendo una sucesión de movimientos eclécticos de gendarmes, prefectos y policías. Llegaron a tirarles gases a quienes caminaban por las veredas y a cortar ellos mismos varias calles circundantes al Congreso, algo que supuestamente se busca impedir con el fantasmal “Protocolo de Orden Público”.
Y cuando en las cadenas informativas (incluso las chupamedias de Milei) empezaron a llover las críticas por lo inentendible de semejante despliegue, los uniformados recibieron órdenes cruzadas que derivaron, cerca de las 14, en el bizarro “encuentro” de un cordón de Gendarmería con otro de Policía Federal en la esquina de Rivadavia y Callao, donde terminaron siendo más los perros guardianes del poder que los laburantes movilizados. Algo parecido había ocurrido horas antes en Entre Ríos y Alsina.
Lo único a lo que pudo atinar el Ministerio de Seguridad fue a dividir a la masiva concentración, metiéndose entre las columnas y corriendo a fuerza de gas pimienta a las personas más dispersas o grupos más pequeños. Incluso avanzaron sobre sectores en los que había diputados y referentes políticos opositores que se habían integrado a la manifestación. A los diputados del PTS-FITU Nicolás del Caño y Alejandro Vilca la Policía Federal directamente les quiso impedir el ingreso al Congreso.
⚠️ #AHORA | INSÓLITO
¡Más provocaciones de Patricia Bullrich!
Con empujones y golpes intentaron evitar que los diputados nacionales @NicolasdelCano y @vilcalejandro ingresen al #Congreso. pic.twitter.com/B5Ez6uzkuL
— Frente de Izquierda Unidad (@Fte_Izquierda) June 12, 2024
Si el único objetivo fue alejar a parte de los laburantes movilizados unas cuadras más allá del Parlamento, ni siquiera eso consiguieron, ya que el grueso de quienes se vieron amedrentados por las fuerzas represivas terminaron volviendo a la Plaza por otras calles.
La impotencia de Bullrich y sus secuaces para frenar la bronca popular se traduce en una respuesta reaccionaria con las fuerzas federales al frente. El “protocolo” hace aguas por donde se lo mire, pero la ministra de Seguridad no escarmienta y como toda respuesta a su propio fracaso sólo apela a la violencia contra quienes reclaman democráticamente.
Es que, como se insiste desde el principio en este sitio, el ajuste brutal sobre la población sólo puede “pasar” con la represión constante contra quienes salen a luchar por sus derechos. Una represión cuya efectividad es inversamente proporcional a la masividad de las protestas. Por eso, cada vez se hace más urgente llenar las calles y marchar, imponiéndole a las siempre acomodaticias conducciones sindicales un paro general y un plan de lucha hasta derrotar los planes de La Libertad Avanza.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc