La ex presidenta habló en la Feria del Libro en la presentación de su libro "Sinceramente". En tono electoral, mencionó que su trabajo es un aporte al debate para salir de la crisis. En un discurso moderado, convocó especialmente a los empresarios (que vienen de saludar de forma entusiasta los "diez puntos" de Macri) y evitó toda mención al FMI o a la crisis de deuda que vive la Argentina.
Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Jueves 9 de mayo de 2019 20:39
En un lugar simbólico para los años kirchneristas, la Sociedad Rural, la ex presidenta Cristina Kirchner presentó este jueves su libro "Sinceramente", en el marco de la Feria del Libro.
En un evento con invitados adentro y un nutrido grupo de simpatizantes que siguió el acto desde afuera, estuvieron presentes personalidades de la política, el sindicalismo y la cultura como Fernando Espinoza, Verónica Magario, Teresa Parodi, Pablo Echarri, Pino Solanas, Victoria Donda, el humorista "Tute", el ex ministro Carlos Tomada, Jorge Taiana, el empresario propietario del Grupo América Daniel Vila, Adolfo Pérez Esquivel, Agustín Rossi, Eugenio Zaffaroni, Julieta Díaz, Aníbal Fernández, Alberto Fernández, Felipe Solá, Roberto Baradel o Hugo Yasky, entre otros.
El evento comenzó con un tono militante, con los simpatizantes kirchneristas cantando "vamos a volver", "Cristina presidenta", y el grito contra el actual presidente, MMLPQTP, que se convirtió en hit hace dos veranos en los estadios de fútbol y recitales.
Sobre el objetivo de la presentación, Cristina Kirchner señaló claramente que "quiero que este libro les sirva a los argentinos como un instrumento de discusión, de debate", enmarcando su discurso dentro de la crisis que vive la Argentina.
Por supuesto, a pocas semanas de la presentación de candidatos a presidente, que será el 22 de junio, esto fue leído por muchos como parte de su propia campaña electoral, aunque la actual senadora no hizo referencia alguna a su postulación.
Un "contrato social" sin romper con el FMI y con los empresarios que despiden y ajustan
El eje central del discurso de la ex presidenta fue su propuesta de "un contrato social de ciudadanía responsable".
En su alocución, Cristina Kirchner hizo dos énfasis especiales. El primero en realidad fue por medio de un estruendoso silencio a lo largo de todo su discurso respecto del FMI y del problema de la deuda pública, que es un tema acuciante en la crisis argentina.
Imposible pensar que esto fue un olvido, dado que es un tema central de la realidad nacional. Esta ausencia se explica entonces por la postura conciliadora con el FMI, como se ve desde hace meses con su ex ministro Axel Kicillof prometiendo que en caso de ganar las elecciones no romperán con el Fondo, y que pagarán toda la deuda a los especuladores, como han hecho en sus gobiernos anteriores.
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El segundo eje importante de su propuesta de "contrato" fue el insistente llamado a los empresarios. De forma recurrente la ex mandataria se dirigió hacia los hombres de negocios, convocándolos a generar empleo y advirtiéndoles que sin crecimiento económico y sin mercado interno ellos no pueden tener ganancias. Su modelo para esto fue reivindicar el Pacto Social de Perón, que, recordemos, terminó en la gran crisis del "Rodrigazo" e intentó ser garantizado mediante la utilización de la Triple A, que asesinó a luchadores obreros que cuestionaban este acuerdo, que entre otras cosas congelaba las paritarias.
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"Para que ganen mas plata tienen que ganar todos y comer todos", señaló. Justo a ellos les habló así, que no solo despiden y precarizan, sino que están muy acostumbrados a contestar con el bolsillo cuando se les habla con el corazón.
Sin ir más lejos, las cámaras empresariales vienen de reivindicar eufóricamente los "diez puntos" de acuerdo nacional que propuso el Gobierno de Macri, que proponen más ajuste fiscal, reforma laboral, previsional y pago de toda la deuda a los especuladores. Nada bueno puede venir por ese lado.
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También respecto del tema trabajo, la ex presidenta quiso despegarse de su imagen "populista" y reivindicó que bajo sus gobiernos y el de su marido bajaron la cantidad de planes sociales otorgados por el Estado, mientras que denunció que el número volvió a subir durante el Gobierno de Mauricio Macri.
Irónicamente, dijo que ahora hay más "choriplaneros". Se trató de un guiño a la derecha, que habitualmente usa estos ejes para cuestionarla, en el marco de un discurso, como dijimos, de tono moderado y conciliador que, de cara a las elecciones, busca ampliar su espacio político más allá de la base kirchnerista tradicional.
La mención a la crisis del 2001, por supuesto, no fue casual. La ex presidenta, cerca de las elecciones, busca instalar la idea de que ella puede sacar a la Argentina de la situación actual.
Vale recordar que desde hace más de un año, desde su espacio político vienen llamando a esperar a las elecciones como única vía posible para salir de la crisis.
Esta política, por un lado ya implicó que hasta el momento dejaran avanzar los planes del FMI, Macri y los gobernadores, con cientos de miles de puestos de trabajo perdidos y caída del poder de compra del salario.
En este sentido, tampoco fue casual que no haya habido mención alguna al rol de los diputados o senadores peronistas que le votaron todas las leyes a Macri y a quienes ahora llama a la unidad electoral, al igual que a los gobernadores peronistas.
Sin ir más lejos, este domingo se votará en la provincia de Córdoba, donde el kirchnerismo bajó su lista, favoreciendo a Juan Schiaretti el "amigo peronista" de Macri.
Si es difícil pensar que con estos aliados pueda haber una salida a la crisis favorable a las grandes mayorías, más lo es imaginar una situación mejor para el pueblo trabajador sin romper con el FMI.
Haciendo referencia a la salida de la crisis del 2001, Cristina Kirchner vende la ilusión de una situación que fue muy distinta a la actual. Lejos de las condiciones de crecimiento de los primeros años del Gobierno kirchnerista (basadas en el saqueo de la devaluación de Eduardo Duhalde y en un contexto internacional favorable, y que aún así no resolvieron problemas estructurales como la precarización laboral o la entrega del país al capital extranjero), hoy la situación argentina es mucho más compleja, siendo la subordinación al FMI y el creciente peso de la deuda dos problemas centrales.
La "renegociación" con el FMI que propone el kirchnerismo no puede traer nada bueno para el pueblo trabajador, dado que a cambio el organismo internacional exigiría más ajuste y reformas estructurales.
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En este marco, no es casual que la ex presidenta no haya hecho mención alguna a ninguno de los dos temas.
Contra los planes del macrismo subordinados al FMI, y contra las ilusiones que venden los distintos sectores del peronismo, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores viene de presentar sus propios "diez puntos", que parten de forma indispensable de la necesaria ruptura con el FMI y el no pago de la deuda a los especuladores.
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Por último, pero no menos importante, Cristina Kirchner tampoco habló de la pelea por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito por el cual se viene movilizando desde hace más de un año una enorme marea verde en todo el país. Vale recordar que en unos de sus últimos discurso públicos había llamado a unir "pañuelos verdes con celestes". Esta vez, optó por ni hablar del tema.
Fernando Scolnik
Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.