El presidente habló durante la apertura del 48º Congreso Nacional Bancario sobre salario y vacunas. También se excusó en el desastre macrista, pero las medidas de emergencia social y sanitaria brillan por su ausencia.
Miércoles 23 de junio de 2021 22:00
Alberto Fernández aprovechó la apertura del 48º Congreso Nacional Bancario junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof y el secretario general de La Bancaria Sergio Palazzo, para ensayar nuevamente su discurso de campaña. La economía y la salud fueron los dos temas centrales. Apuntó a dos culpables de la crisis actual: la pandemia y el gobierno heredado de Mauricio Macri.
¿La pandemia es nuestra enemiga?
El presidente de la nación apuntó a Juntos por el Cambio por las críticas que Macri habría realizado a la negociación con el fondo: “Mire Macri, yo pido eso al Fondo porque yo defiendo a los argentinos mientras usted se olvidó de los argentinos y nos metió en un problema enorme del que todavía no podemos salir”.
Si de salud hablamos, la derecha de Cambiemos no tiene desperdicio: durante la pandemia minimizó el virus, participó de marchas antivacunas, luego criticaron al gobierno por que las vacunas no llega. Como si fuera poco, piden la absolución de Chocobar, policía acusado de gatillo fácil.
En economía ya los conocemos: defienden la reforma laboral, la reforma fiscal, el sometimiento al Fondo Monetario Internacional y al Club de París. Macri nos endeudó a 100 años, no es opción. Pero lo que se dice poco es que esa deuda fue honrada por el Gobierno de Alberto Fernández desde el momento en que se sentó a negociarla sin investigarla. De todos los viajes del ministro de Economía Guzmán, salieron ganadores los organismos internacionales y Macri (que luego de hundirnos, salió impune).
Alberto dijo que lo que más le "importa" es que el sueldo de los trabajadores no se retrase y le ganen a la inflación. Pero los salarios están lejos de poder recuperar lo perdido: el acuerdo paritario para la administración pública del 35 % consolida la pérdida en el poder de compra, y el salario mínimo vital y móvil de $24.408 votado junto a los sindicatos, está lejísimo de una canasta de consumos mínimos.
Dice negociar con los organismos internacionales para "defender a los argentinos". Pero ¿a qué argentinos? ¿a los que se beneficiaron con el endeudamiento del país? Tengamos en cuenta que el pago de la deuda no benefició a las grandes mayorías, todo lo contrario: el pago al Club de París por U$S 430 millones equivale a un mes de IFE de $10.000 para cuatro millones de personas. Y recordemos que la eliminación del IFE aumentó en 10 puntos la pobreza infantil. Escuchemos los discursos con estos datos al lado. Nos quieren desinformados.
Alberto Fernández pidió para las elecciones "no olvidar que la Argentina estaba caída, muy golpeada" cuando asumió el actual Gobierno. Esto es así, y muchos votaron a Alberto para terminar con la miseria y lograr mejorar un poco la situación. Para muchos este discurso ya empieza a hacer agua. Tirar la pelota al córner cuando te toca decidir el destino de un país, no le da de comer a la gente. La Izquierda Diario conversó con Lucía, trabajadora de casas particulares, quien dijo "No me parece hablar del pasado para excusar el presente. Deseo que esto cambie porque se nos va la vida. Esto que vivimos no creo que sea vida".
El presidente de la Nación afirmó también que "nos vamos a poner de pie porque vamos a vencer a la pandemia”. Es verdad que la pandemia vino a profundizar la crisis actual -y la heredada-. Sin embargo, el covid-19 benefició a los viejos ganadores, creó algunos nuevos y perjudicó a los perdedores de siempre. Y esa desigualdad no se la podemos atribuir al covid-19.
Durante la pandemia la pobreza aumentó y afectó principalmente a las niñas, niños y adolescentes: hoy 6 de cada 10 menores son pobres y más de 760.000 trabajan.Casi un millón de niños dejaron de estudiar en todo el país, el 76 % de los alumnos mantienen el contacto con la escuela por whatsApp, solo el 17% de chicos tienen una computadora o teléfono propio y solo el 14 % pudieron hacer clases por zoom o meets. “Soy mama de 3 niños, estoy reclamando porque mis hijos tienen el derecho a estudiar y no pueden si no tienen las herramientas, yo tengo solo un celular que no me funciona bien”, comentó Marina, vecina del barrio Bajo Flores.
Las condiciones para acceder a la educación virtual y presencial son profundamente desiguales y se dejaron intactas. El ministro de Educación nacional Nicolás Trotta (Frente de Todos) reconoce esta realidad pero en 1 año y medio de gobierno no tomo medidas estructurales para revertirla. La deuda que generaron otros ahora la pagan los pibes y pibas que no acceden a la educación virtual.
Hoy las vacunas no alcanzan y en el futuro ¿con vacunas alcanza?
El Gobierno Nacional continúa haciendo eje de campaña en el plan de vacunación, aunque es claro que llega tarde: este martes hubo récord de muertes por Covid otra vez, los trabajadores siguen muriendo al estar expuestos al virus sin estar vacunados, y las dosis que vendrán son aún una promesa.
Ante a los nuevos problemas que generó el covid-19, el gobierno se quedó muy corto. No centralizó el sistema sanitario ni declaró de interés público a los laboratorios en el país. Los enemigos son los empresarios que hacen negocios con la salud, pero a esos Alberto nunca los quiso "vencer"; al contrario, beneficio son subsidios públicos a los laboratorios y clínicas prepagas.
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Alberto Fernández insistió en que "la vacuna es la que abre la puerta hacia el futuro". Con este discurso el Gobierno Nacional intenta comprar votos con promesas a futuro. Sin embargo, hoy las vacunas no son suficientes para calmar la incertidumbre que se palpa cotidianamente. Tampoco la ayuda social, recortada fuertemente en el presupuesto 2021, alcanza para poco y nada: faltan trabajos, salarios que recuperen lo perdido por la inflación y un acceso igualitario a una educación de calidad.
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De un lado y del otro de la grieta electoral, la salida para las mayorías que hoy necesitan respuestas es una deuda pendiente. En la derecha ajustadora de Cambiemos no podemos poner un gramo de confianza: ya hundieron el país y quieren volver para profundizar esa tarea.
El Frente de Todos prometió revertir esta situación y recuperar lo perdido, pero todas sus decisiones y agenda política tuvieron como prioridad, los intereses de los ricos, las empresas y los organismos internacionales. Los salarios que no se estiran hasta fin de mes -y el endeudamiento constante, la otra cara de los salarios bajos-, la imposibilidad de costear un alquiler, los desalojos violentos en las tomas de tierras, son todas muestras de las respuestas del gobierno frente a las necesidades urgentes de las mayorías.
Los trabajadores, trabajadoras, desocupados y jóvenes hartos de promesas, necesitamos que nuestra voz se escuche en las calles y en el congreso. Las voces de quienes apuestan por una alternativa de izquierda se siguen sumando, y reiteran el llamado a la unidad de la izquierda en estas elecciones. Nos quieren silenciar, y por eso hoy nuestra tarea es fortalecer esta tercera voz que solo conoce una grieta: la de nuestras vidas o sus negocios.